Al Pueblo De Venezuela,
Al Gobierno Bolivariano de Venezuela,
A los Pueblos y Gobiernos del Mundo,
A los Medios de Comunicación Nacionales e Internacionales,
A la Opinión Publicas Nacional e Internacional,
Al Mundo entero,
Hermanos y Hermanas:
Aquí estamos nosotros, los descalzos, los pata en el suelo, los desdentados, los recientemente visibilizados, los de abajo, a quienes nos buscan en las elecciones, a los que nombran en sus discursos, a los que nos llaman al combate cuando hay que dar la vida. Aquí estamos, con nuestra moral en alto, nuestra conciencia de clase, nuestros valores inmutables y nuestras convicciones revolucionarias fortalecidas a través del combate, dispuestos a ofrendar la vida cuando el pueblo pobre y sufrido lo requiera.
Aquí estamos, cargados de propuestas, de ideas, de capacidades, pero sobre todo de moral incorruptible, para aportar en el “Qué” y “Cómo” hacer para consolidar este bonito proceso que viene desde abajo, con los de abajo.
Partamos de algunas premisas:
- Tanto en Venezuela como en todo el mundo, se libra una guerra entre la Burguesía y el Pueblo (no se confunda Pueblo con el concepto de población), dos clases sociales antagónicas, en donde la primera mantiene sus privilegios a costa de la explotación y sometimiento de la otra.
- Debe entenderse que en el Proceso Revolucionario venezolano, el gobierno bolivariano no es un fin último a defender; es y debe ser un instrumento para que el Pueblo Pobre llegue a construir el Poder Popular Comunal, forma de poder verdaderamente revolucionaria y popular.
- Un revolucionario es aquella persona que persigue el bienestar colectivo, enfrentando a la burguesía como su enemigo de clase, manteniéndose firme en sus convicciones ideológicas, sin adoptar las costumbres ni cultura de estos enemigos.
- El Pueblo Revolucionario debe garantizar tres factores primordiales para poder defender y consolidar el Proceso Popular Revolucionario: el aspecto cognitivo (conocimiento cultural, social, político, ideológico y técnico), el económico (procurar la autogestión a través de unidades productivas, socialmente justas y rentables) y el de defensa (formación en estrategias y tácticas militares, de guerra de guerrillas, de guerras no convencional; así como también procurarse contar con los equipos y herramientas necesarias para su efectiva defensa).
En consecuencia, y en medio del actual contexto venezolano, latinoamericano y global, el Pueblo Revolucionario debe:
1.- Hacer esfuerzos para sobreponerse al sectarismo, cacicazgo, a las visiones reduccionistas o grupales de la Revolución, e impulsar la unificación del movimiento popular revolucionario en torno a su propia naturaleza autónoma del poder político gubernamental; rescatando su beligerancia, su naturaleza rebelde, su criticidad necesaria; estimulando su creatividad popular y su propias capacidades de crear su realidad inmediata.
2.- Darle primordial importancia a los Valores que conducen el accionar diario, por encima de las políticas, las ideologías, e incluso a los modelos económicos. Reafirmar valores como la honestidad, la solidaridad, el respeto, la cultura de la paz, el trabajo, el amor al prójimo.
3.- Llamar a las cosas por su verdadero nombre: al corrupto, corrupto; al traidor, traidor; al incapaz, incapaz; sin importar en que bando se encuentra. Mientras se siga manteniendo la impunidad popular, e incluso hasta se voten por aquellos que, aún traicionando los preceptos revolucionarios de la moral, la lealtad y los principios éticos, y tan solo por estar dentro del gobierno o dentro de nuestra organizaciones, no se les denuncian ni enjuician, no podremos realmente refundar nuestra sociedad.
4.- Se debe procurar la formación ideológica y técnica de toda una nueva generación que asuman la causa revolucionaria; y no sólo actúen persiguiendo beneficios económicos o privilegios individuales o elitescos, a través del hecho político. Aquí es fundamental la propagación de escuelas de formación ideológicas, círculos de estudios, estrategias educativas revolucionarias, lejos de la tutela de todo ente de poder, para mantener el carácter autónomo y popular de las mismas.
Por su parte, el gobierno bolivariano deberá dar signos inequívocos de reafirmación de su carácter revolucionario y popular, procurando cumplir estas proposiciones:
1.- Los miembros del gobierno bolivariano, comenzando por el Presidente de la República, ministros, asambleístas, gobernadores y alcaldes deben dar ejemplo de austeridad y desprendimiento en su vida diaria. No pueden decirse combatientes del capitalismo adoptando las costumbres y valores de la burguesía. Se debe exigir a todos los miembros del gobierno bolivariano ser auténticos entre sus prédicas y sus prácticas.
2.- Combatir la burocracia y el nepotismo, el compadrazgo y el amiguismo imperante dentro de las estructuras del Estado, designando a personas con competencias, morales y técnicas, para ocupar dichos cargos. Igualmente acabar con la dualidad de funciones entre los funcionarios del alto gobierno, así como la viciada costumbre del permanente enroque, que favorece la impunidad entre quienes han cometido actos de corrupción.
4.- Los proyectos planificados y ejecutados por el gobierno deben ser públicos en sus objetivos y metas, para que el Pueblo Revolucionario pueda supervisar su ejecución y ejercer correctamente la Contraloría Social. El gobierno debe apalancarse política y gerencialmente en el conocimiento de los Profesionales y Técnicos venezolanos, de las organizaciones populares revolucionarias, de los cultores y revolucionarios probados, como factores vitales para el Proceso revolucionario y el desarrollo de la Patria;
5.- Debe hacerse una cruzada efectiva en contra de la Impunidad y la corrupción. Deben haber sanciones ejemplarizante en todos los ámbitos del Estado, que envíe un mensaje irrefutable de que no hay intocables ni privilegiados ante la Ley. Y quienes ostenten cargos públicos de elección popular y traicionen la confianza de sus electores, deben ser castigados con mayor fuerza; así como también aquellas personas que ejerzan cargos en instituciones claves para el desarrollo y bienestar del país, como el sector militar, directores de centros de salud, de empresas estratégicas, de alimentos, entre otras.
6.- Ser responsable, transparente y temperados en la administración de la renta petrolera, e invertirla eficientemente en el desarrollo de otras áreas de gran importancia para el país, que permita la sustitución de importaciones, favorezca la producción de alimentos, de tecnología, ciencia, tecnología, arte y cultura. Que prive la austeridad, aún en la abundancia, ya que de lo que se trata la revolución es de Valores contrarios al consumismo y al despilfarro de recursos.
8.- Retractarse de darle beligerancia, tanto a la delincuencia como a los terroristas. Ante los violentos únicamente debe aplicárseles la Ley. A las mafias de las cárceles deben ponérsele fin de manera inmediata. A los terroristas agrupados en partidos políticos deben ser enjuiciados. Se debe estimular y apoyar a quienes practican el respeto a la vida, a lo ajeno, a quienes no atentan contra el patrimonio público ni contra la propiedad privada; a quienes ejercen en su diario vivir los valores ciudadanos y revolucionarios. Con ellos debe ser el dialogo.
9.-.Desarrollar, difundir y ejecutar un Plan Nacional de Valores, donde se le de un uso estratégico a los medios de comunicación como herramienta indispensable en una revolución, difundiendo junto a los logros de la revolución, que la gente deje de robar o comprar cosas robadas, que no actúen únicamente por dinero, que no persigan obtener fortunas a través del facilismo, que no mientan ni envidien a los demás, que no se refugien en las drogas ni sean permisivos con el narcotráfico. Todo ello, no en forma de discursos o cadenas, sino de manera pedagógica y creativa en Radio y Televisión.
Tanto el Gobierno bolivariano como el movimiento popular revolucionario deben reflexionar sobre sus debilidades y errores cometidos, y definir estrategias en conjunto (no unidireccionales Gobierno-pueblo) en función de avanzar el la construcción del nuevo modelo de sociedad que se persigue.
La Coordinadora Simón Bolívar está aquí, construyendo el Poder Popular, aportando, haciendo la crítica necesaria, respaldando las iniciativas populares y las políticas gubernamentales a favor del pueblo. Estamos aquí, defendiendo ésta, nuestra revolución, al igual que defendimos al gobierno aquel 11 y 12 de abril de 2002, cuando eran perseguidos por la ultraderecha que hoy está de invitados en la “Casa del Pueblo”, no por nosotros, sino por el gobierno.
Aquí estamos, dispuestos también al dialogo, cuando el gobierno crea conveniente interactuar como iguales con el Pueblo Pobre y Revolucionario; también dispuestos a participar en la toma de decisiones gubernamentales, siempre a favor del Poder Popular.
Cuando muchos claudican, cuando otros sucumben al oportunismo, aquí estamos, y decimos ¡Presente! ¡Patria o muerte! Sin vacilación.
Aportando en la Construcción de la Revolución Permanete,
Con Bolívar y Chávez, decimos ¡a la carga!
Desde Venezuela, Tierra de Libertadores, a 522 años del inicio de la Resistencia antiimperialista en América, y a 204 años del inicio de Nuestra Independencia,
Coordinadora Simón Bolívar
Revolucionaria, Solidaria, Internacionalista, Indigenista, Popular y Socialista.