El Presidente Nicolás Maduro, como buen hijo de Chávez, asume los momentos adversos como una oportunidad para profundizar la Revolución Bolivariana, por ello en la instalación del primer Consejo Presidencial, el de Comunas, realizado en Barquisimeto el 18 de julio de 2014, dijo: "Estoy trabajando para un plan de transformación total del Estado y de los restos del Estado burgués que aún quedan por allí (…) llenos de burocratismo, de corrupción, de indolencia, de lentitud, de abandono, tenemos que cambiarlo todo y la única forma de cambiarlo es con el Pueblo consciente, es la única forma".
En ese sentido los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular se convierten en un espacio de corresponsabilidad política con los diversos sectores organizados del "Pueblo consciente", al día de hoy están instalados los de Pueblos Indígenas, Cultura, Mujeres, Clase Obrera, Campesinos y Pescadores, Personas con Discapacidad, de los Estudiantes y la Juventud, y el de las Comunas.
El Consejo Presidencial de Gobierno Popular con las Comunas: Parte del Sistema de Gobierno Popular
"Transformarlo todo para servir al Pueblo", es una de las premisas convocantes para establecer un dialogo directo con el Presidente, parte del ensayo del gobierno popular, allí se crean propuestas que serán evaluadas para ser asumidas como políticas públicas, generadas desde las voces que expresan prácticas concretas de diversos sectores.
Por ello, el Consejo Presidencial de Gobierno Popular con las Comunas (CPGPC) se piensa como la articulación de ese sujeto y sus diversas escalas organizativas presentes en los territorios (variando según la forma de agregación y de coordinación planteadas por el poder popular) como lo son las ciudades comunales, ejes, corredores, bloques territoriales y bloques estadales, construyendo así una estructura legitima que internamente agrupa vocerías por líneas de trabajo para la generación de propuestas y seguimiento de los acuerdos.
Más de un año de funcionamiento, con varias sesiones con el Presidente, con acuerdos para dinamizar a las Comunas y a las instituciones revolucionarias, con una agenda común de trabajo para golpear a la burocracia. Podemos evidenciar que se han realizado avances tremendos que han permitido ir definiendo características, aportes y enseñanzas para ir consolidando al Sistema de Gobierno Popular, aunque aún queda mucho por hacer.
Los Consejos Presidenciales: Espacio de tensión permanente
Para ello debemos ir definiendo el espacio: los Consejos Presidenciales son un ejercicio de corresponsabilidad política, que parte de la diferencia, y la complementariedad del gobierno y los sectores sociales, en el marco de la democracia participativa y protagónica. Se genera el espacio para que nazca lo nuevo partiendo de la voluntad política para sincronizar agendas y métodos, aún en el caso que se tengan posturas encontradas en la caracterización de la tarea.
El reconocimiento del Otro y la Otra, así como la construcción de confianza es fundamental, si partimos del hecho que es un espacio de tensión permanente, es esa su naturaleza. Los tiempos y métodos del gobierno deben reconocer el de las organizaciones y viceversa, su síntesis será clave para el momento político que nos toca asumir. Algo debe quedar claro: no hay razón burocrática que se deba imponer, los métodos a acordar son desde el Pueblo y partiendo de la territorialización de las políticas revolucionarias.
La autonomía necesaria para la corresponsabilidad
No existe un espacio de corresponsabilidad que construya gobierno popular si no se construye desde la autonomía del Pueblo organizado y la institucionalidad revolucionaria. Se deben presentar dos miradas en mesa, que partan del mismo proyecto estratégico como es el Socialismo, pero revestidas de complementariedad y de contradicción, el ejercicio de la nueva política es llegar a acuerdos para definir un plan de lucha para la profundización de la revolución.
La autonomía es consecuencia lógica de uno de sus postulados convocantes: ser autogobierno. No es para separarse del resto de la política que impulsa la Revolución, ni para apartarse del proyecto chavista y bolivariano, todo lo contrario, es la autonomía necesaria para apropiarse de ella y hacerla efectiva desde nuestros propios esfuerzos, desde sus instancias. Claramente nos lo decía en el Libro Azul el Comandante: "En tal sentido, las comunidades, barrios, pueblos y ciudades deben contar con los mecanismos y el poder para regirse por un sistema de autogobierno que les permita decidir acerca de sus asuntos internos por sí mismos, a través de procesos y estructuras generadas en su propio seno", allí la clave.
Es fundamental superar esa visión de que los Consejos son un espacio político para controlar desde los aparatos o para distribuir la renta, errores que tarde o temprano harán que la iniciativa muera, se convierta en un cascaron vacío para elaborar sólo pronunciamientos que gusten a algunos oídos y escenarios, o en un sorteo de lotería en el cual gana quien este en primera fila o hable con la voz más fuerte, sin que contribuyan a la acción revolucionaria.
Debe convertirse en una instancia para la construcción de la política revolucionaria, en el encuentro de los y las militantes revolucionarios y revolucionarias con su gobierno para interpelar, corregir, proponer y salir con una línea eficiente de programación para la gestión y lucha compartida.
Esto implica una voluntad política expresa del gobierno revolucionario que debe plantearse una nueva forma de relación para ejercer el gobierno. El rentismo ha generado una lógica burocrática para el hacer que debe ser derrotada, no sólo es reproducida por el gobierno solamente, sino también por el movimiento popular. La identificación de cómo opera y su deconstrucción es fundamental para el avance del Sistema de Gobierno Popular.
Por el Socialismo: ¡Comuna o nada!
¡Chávez Vive!