En la sociedad de dominación, en la cual nos formaron a muchos de nosotros, la política era asunto de políticos; y creo que lo implementaron siguiendo la tesis que en Grecia se había erigido la cuna de la democracia, los griegos denominaban idiotas a los habitantes de la ciudad que, dedicados a sus asuntos privados, no ejercían sus derechos políticos de participar y decidir sobre las cuestiones de la ciudad-Estado. Bajo esta concepción en la democracia del puntofijismo, que dominó en toda la IV República, la sociedad regida por parámetros de la democracia representativa, consideran al igual que los griegos, que hay más idiotas que ciudadanos: diseñan políticas, impulsan acciones específicas, promueven candidatos o ellos mismos son candidatos, y la gran mayoría de la población, en el mejor de los casos, acude a votar los días de elección.
La minoría política, al publicitarse a sí misma como representación de la voluntad del pueblo, de manera activa mantiene alejada a la gente de los escenarios de toma de decisiones y de discusión política, no le perdonan a un pueblo que además de elegirlos, discuta, cuestione y decida sobre asuntos relacionados con el poder que ellos entienden solo de su competencia.
En el marco de la nueva cultura política participativa, es indispensable eliminar la distinción entre dirigentes, militantes, simpatizantes y amigos, tal y como lo ha consagrado la experiencia de la partidocracia.
Desde hace algún tiempo se ha venido planteando en el seno de órganos politizados y organizaciones populares, que la vieja manera de hacer política en Venezuela, centrada en el modelo de democracia representativa, confronta una crisis de legitimación que se ha agudizado con la puesta en marcha de la explosión del poder comunal a través del quinto motor de la revolución y que paulatinamente la ha venido desplazando.
En ese combate que se sucede entre lo que no termina de morir y lo que esta emergiendo, se agudizan también las contradicciones entre las distintas fracciones y grupos que están en el poder, buscando apoderarse de las palancas gubernamentales, mantener cuotas de poder y privilegios, a las que se les denomina “derecha endógena, izquierda ligth” o simplemente los gato pardianos.
A partir del del proceso eleccionario de relegitimación de la revolución y su comandante en diciembre de 2006,la población mayoritaria acudió al llamado de su líder indiscutible y su propuesta de continuidad en el gobierno para seguir generando los cambios, pasa esto entonces por ir adquiriendo identidad y conciencia política, identidad y conciencia ideológica, es allí donde debemos profundizar. ¿Qué significa rumbo al socialismo del siglo XXl?, ¿que significa Venezuela es roja rojita? Es necesario que esa gran masa de compatriotas que votaron o no por la continuidad del proceso derive hacia un estadio superior del pensamiento para comprender aún más y llevar adelante los postulados del socialismo nuestroamericano , inédito y en construcción permanente.
Como el hecho político en sí mismo es un acto inherente al ser humano, es decir el ser humano por naturaleza es un ser político, proveer a la población de una buena educación política e ideológica juega un papel de primer orden; no sólo se trata de convencer a la gente para que crea en las propuestas, debe existir, además del mensaje una actitud ética, moral y militante, que se comprometa con las propuestas y el sentir de la gente, más sobremanera cuando estamos hablando de transformaciones y vuelco hacia otra realidad distinta, reflejada en el marco del socialismo del siglo XXl. Nuevo Socialismo que implica la discusión sobre la propiedad privada, poder popular, proceso constituyente y democracia. Toda esta discusión va desde la ética socialista hasta el alcance de la plena felicidad, pasando por la redefinición de nuestro actual modelo económico, el reordenamiento territorial, las políticas internacionales soberanas, que implican una nueva institucionalidad, hasta la organización política revolucionaria en la que militaremos. Igualmente ese sujeto político , que hemos dicho somos todos y todas, debe saber definir, identificar y caracterizar al enemigo y sus aliados en todos los espacios y las responsabilidades que este tiene en lo interno y externo donde opera; para poder identificarlo y caracterizarlo como enemigo ideológico, necesariamente se requiere de una mínima formación política e ideológica, para poder combatirlo e impedir su avance y posicionamiento tanto en las estructuras del estado, así como en los espacios territoriales.
La conciencia revolucionaria está íntimamente relacionada con un alto grado de compromiso individual y colectivo, así como una alta disposición para entender los cambios y propulsarlos, pero además debe poseer un factor de convicción adicional; el componente ideológico que es la expresión política más alta de compromiso revolucionario. Una de las principales tareas que nos impone la realidad actual en el camino de la profundización y consolidación del proceso revolucionario es el conocimiento a través de la lectura y el estudio constante y colectivo, tanto de los discursos del comandante, los grandes teóricos universales y nacionales, así como las producciones no sistematizadas de los creadores el pueblo; para poder ir blindando nuestra práctica con las herramientas teóricas, que le den más fortaleza a nuestra revolución.