Pocas veces escribo para reclamarle a mi Revolución cosa alguna, soy de los que piensa que en una Revolución no se debe pedir sino dar y esa es mi filosofía. Pero esta vez si pienso exigir mi vergatario.
Recuerdo aquellos dos días de su promoción presidencial, tremendo celular que hacía de todo, contestaba las llamadas, sacaba fotos, videos, leía el periódico, era despertador, tenía música, grabador, vibrador y tantas otras bondades que pensé en lo pendejos que fueron aquellos sifrinos que habían gastado sus reales comprándose su Black Berry en varios millones, pues ahora la revolución Bolivariana les pasaría por encima, a punta de tecnología China con un tremendo vergatario que sólo nos costaría 30 Bs.F.
Aquellos días decidí esperar que amainara la furia del mercado, con la seguridad de que pronto conseguiríamos vergatarios como arroz. Estoy empezando a sentirme medio arrecho, pues el viento se llevó las promesas del Presidente y yo me quedé con mi viejo celular esperando que se cumplan las promesas del vendedor más grande del mundo.
He leído de reclamos sobre los carros iraníes, sobre los jeep tan famosos, pero en verdad que yo en Metro resuelvo mis problemas de transporte, podré sobrevivir con la humildad necesaria y la alegría de construir a diario un futuro para mi país, pero tengo un gran malestar por no volver a saber nada del famoso vergatario.
Paso el día del Padre y el día del Niño y no se vio ni una oferta del vergatario. Aquí como que salimos jodidos comandante. Ya mi viejito celular no le cabe ni un número más, todo el mundo saca a relucir sus Black Berry y yo ni siquiera he podido encontrar a nadie que tenga la dicha de ser afortunado propietario de su tan elogiado vergatario.
Quisiera entonces hacer formalmente mi reclamo a Movilnet, imagino que yo no soy el único afectado por esta situación , tan solo una explicación, o cualquier estudio de mercado donde uno entienda por donde es que se están repartiendo los famosos vergatarios me tranquilizaría.
Yo puedo esperar hasta Diciembre, pero quiero tener mi vergatario.
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