La revolución es cultural en Mérida y Venezuela

La historia se reitera, por ser parte de la esencia de verdad como transformación y conduce sus pasos paralelos a las grandes ideas que nacen del propio corazón del pueblo. Se dice pueblo porque se forma parte de él, de su cultura, de la vivencia y experiencia del saber tradicional a la que se refiere el teatro de calle, urbano, tititritero, de circo, comediante, dramático y popular.

La historia social del teatro, del pensar y hacer escénico, de la formación y producción estética corporal, es la síntesis de las artes y del sentir y pensar estético. En ciertos periodos del tiempo, por crisis políticas y sociales, el teatro se disgrego y es gracias a los juglares, saltimbanquis, malabaristas, marionetistas, titiriteros o payasos que el teatro no desaparece y al contrario asume su papel histórico.

La historia es testigo y constata la lucha permanente donde se pretende desplazar la auténtica cultura del pueblo, creadora y transformadora. En esas pretensiones la cultura del espectador, las salas de teatro quedan vacías, evidenciándose la ausencia del hecho teatral, entregando y quedando los espacios para ser utilizados por actividades no auténticas y propias del hecho cultural expresivo del pueblo. Son espacios que pasan a ser sustituidos por las actividades de la ideología de la sociedad dominante, de pequeños grupos con sus contravalores contrarios a los del pueblo, que es la mayoría.

La sabiduría, la memoria de los pueblos, es la esencia de la ética de los cultores, de los artistas, de los creadores, en particular para quienes hacen vida cultural activa en la calle. Hoy en día, como en ningún otro tiempo, se debe reivindicar el importante papel histórico y social del TEATRO DE CALLE, del TEATRO POPULAR, TEATRO DE TÍTERES, por excelencia. Gracias al Teatro de calle y popular el hecho teatral ha renacido a lo largo de la historia y a pesar de su valiosa labor, los trabajadores de ese género artístico hoy en este proceso de transformación, de cambio político, de revolución, no han recibido la justicia social que se merecen y que legalmente es un derecho constitucional. Situación que prueba una !Contradicción en la Revolución!

En estos hermosos días que la historia ha permitido vivir en Mérida y Venezuela, los artistas profundamente comprometidos con la transformación, con la revolución de liberación y autonomía para la soberanía cultural, hijos e hijas de este bravo pueblo, manifiestan que se padece de la indiferencia institucional y políticas de estado. Se padece de los aburguesados y burócratas funcionarios públicos incompetentes que se han apoderado de las instituciones

En la Institución Cultural del estado Mérida FUNDACEM, tanto como en el Gabinete Estadal del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se ignoran, no se acude a los grupos culturales, no se atiende, se rechazan y niegan los proyectos de la mayoría de las agrupaciones del arte teatral. Un caso particular es el proyecto de “Héroes, Próceres y Heroínas” que es un trabajo teatral de calle, idea original del Colectivo Artístico “Simulacro No Teatro”, quienes han realizado vida cultural activa desde hace 27 años, en Caracas, Vargas y Mérida. Fue un ejercicio escénico presentado en el estado Vargas para participar en el carnaval turístico del año 2007 que resultó ser la carroza ganadora del primer premio por su contenido patriótico y antiimperialista. La experiencia fue expuesta como una propuesta ante la gerencia de la extensión comunitaria de FUNDACEN. La gerencia dio la espalda ante las necesidades básicas del proyecto y además, violando los derechos de autor, de la dedicación a la investigación y a la creación del colectivo, se apropiaron de la propuesta expresada, materializándola en una “Carroza Bicentenaria” de muy mal gusto, negadora de la estética escénica.

El colectivo “Simulacro No Teatro” tiene mas de cinco (5) años abordando el tema de Héroes y Heroínas, convencidos de los planteamientos de una revolución socialista, participativa y de Democracia Comunitaria, con relaciones horizontales y construcción colectiva, resaltando la dignidad y ética del ser ente humano. La propuesta es comunitaria frontalmente anti-capitalista y anti-iimperialista

y no han recibido ningún tipo de respaldo de las instituciones culturales en sus distintos ámbitos.

El Colectivo “Teatro de Títeres y Marionetas Colibrí” con mas de 30 años y reconocido localmente, en el ámbito del estado, nacional e internacionalmente, por su labor de Educación a través del Arte en beneficio de la infancia, presentó el proyecto de “Encuentro Internacional del arte de los Títeres Colibrí” y no fue considerado y apoyado por FUNDACEM y demás instituciones culturales Municipales y Nacionales. Se ignoran los proyecto “Arte Escuela”, “Arte- Turismo”, “Domingos Infantiles con el Arte”, “Circuito internacional del Arte para la Infancia “ que responde a la nueva diplomacia Pueblo a Pueblo para la integración humana y política. El proyecto “Arte Escuela” es para traer la infancia, junto a los maestros, al teatro, a los talleres de formación estética y contribuir en la formación del hábito de participación, de asistencia a la cultura y formación del público que serán los adultos sensibles, si crecen incorporados a otra actividad contrarias al alcoholismo, la drogadicción, la prostitución, la violencia de los medios o el ocio destructivo y vicioso. La ignorancia y negación de los proyectos son comportamientos institucionales que van eliminando la continuidad de una labor en favor de la formación cultural de la infancia, jóvenes, adultos y la participación de la organización comunal, escolar y trabajadores de la cultura.

Son varios los casos de proyectos presentados por los trabajadores de la cultura y rechazados por FUNDACEM que atenta contra la auténtica cultura del pueblo. La pregunta que se hace el movimiento cultural de las Artes Escénicas en Mérida y que es una preocupación extensiva a nivel nacional es: ¿Sólo los funcionarios de las instituciones culturales son los socialista y revolucionarios, defendiendo sus intereses personales, familiares, grupales, con sus cargos burocráticos y negando, sometiéndolos a la decadencia, el trabajo de los grupos culturales, que le sirven para la justificación de sus cargos?

Desde la propia experiencia de los grupos culturales se puede afirmar que la mayoría de los revolucionarios por convicción, comprobada con años de acción, de trabajo voluntario, de labor por la cultura popular y los saberes creadores del pueblo están fuera de la estructura cultural formal y desasistidos, prácticamente invisibles. Por el contrario, la mayoría de quienes están dentro de las instituciones, son aquellos disfrazados de lo que no son, los que defienden las superestructura de la sociedad capitalista negándose a su des-construcción y cambio de las instituciones que exige la revolución, son los que coquetean descaradamente con las comodidades del sistema de la sociedad consumista, asumiendo posiciones injustas y en lo oculto mantienen la defensa de su ideología, individualista, de relaciones verticales, negadoras de consulta a los colectivos, mercantilista y capitalista. Es por ello que rechazan rápidamente a los trabajadores que son los activistas de la resistencia cultural y no dejan pasar en las instituciones culturales los proyectos y comportamientos de construcción colectiva y de relaciones horizontales que contribuyan a consolidar una sociedad con justicia social y una cultura socialista. Responden, en sus comportamientos a la contra-cultura de la lucha por el poder que niega el contenido auténtico de la palabra política, resaltando el egocentrismo, posiblemente pos sus complejos de inferioridad, que no son compañeros de nadie, que rápidamente pierden la memoria al asumir el cargo burocrático y son los negadores de lo expuesto por el Che Guevara cuando afirma”Si eres capaz de indignarte ante cualquier injusticia entonces eres mi compañer@

Ayer, hoy y siempre la cultura está y estará en la calle por cuanto es el alma, la energía, la voluntad, la vocación, el amor, el espíritu, o la cosa en si de los pueblos, necesaria además de lo físico, de alimentación, vivienda, vestido o trabajo. Los trabajadores y trabajadoras culturales, pueblo venezolano, con urgencia requieren y exigen, a corto mediano y largo plazo una auténtica planificación, aplicación y evaluación de políticas culturales de estado transformadoras e integrales, junto a la producción, difusión, formación, infraestructura, publicación con registro histórico para no perder la memoria y atención al personal con justicia social, protección y seguridad social para todo trabajador y su familia. Son políticas que se deben construir colectivamente con los sectores correspondientes al mundo circundante de los hacedores del arte, respondiendo a la Democracia Comunitaria para que se lleve toda abstracción a la práctica y se supere el discurso idealista o platónico nunca alcanzable, retórico y sofista de las palabras vacías que no se concretan en la vida, en la existencia de los seres entes humanos tanto singularmente como comunitariamente.

Se manifiesta la necesidad de des- construir las estructuras actuales del Ministerio del Poder Popular para la Cultura e instituciones culturales de los estados y Municipios, que repiten y responden a la ideología de la sociedad dominante capitalista, donde la cultura se divide en especialidades por tipos de conocimientos de particularidades y producto estético- artistico e ignora su servicio social o sentido comunitario, fortaleciendo la competencias, los genios y premios a los famosos, como es el Instituto de las Artes Escénicas y Musicales o el Instituto de las Artes Visuales etc. Se propone una nueva estructura sustentada en su servicio en sentido comunitario, con su respectivo Desarrollo Integral, correspondiente con la producción, la difusión y programación, la formación, la investigación al lado del registro o archivo y publicación, la infraestructura con el patrimonio cultural, el personal junto a la seguridad social. Una política orientada a reunir toda la actividad cultural y artística- estética que se ejecuta y dispone en el país para compartir las experiencias en todas las áreas del arte y crear, diseñar, difundir, programar, formar etc al servicio de la comunidad, local, a nivel de cada estado, nacional e internacional.

Es una nueva estructura en Instituciones, que se ajustaría a una realidad concreta donde se reúnan todas las manifestaciones del arte con sus experiencias y se organicen de acuerdo al servicio que presta a la comunidad. Así se estructuraría el Ministerio de la Cultura y se contaría con el Instituto de Producción Cultural, (IPC), el Instituto de Difusión y Promoción Cultural (IDPC), el Instituto de Formación Cultural (IFC), el Instituto de Infraestructura y Patrimonio Cultural, el Instituto de Investigación, Archivo y Publicación Cultural (IIAP) y el Instituto de Personal y Seguridad Social Cultural (IPSSC).Es transformar cada instituto presente actualmente por el otro instituto que reúne todas las arte y que lo identifica su labor al servicio de la comunidad. Un caso posible de aplicar es el Instituto de Artes Escénicas y Musicales que se puede cambiar por el Instituto de Producción Cultural que tenga aporte, registro, seguimiento y evaluación de todo hecho cultural y de arte productivo en todos los campos tanto de música, como de teatro, danza, plástica, literaria, constructivo (artesanal) o audiovisual, a nivel local municipal, del estado, nacional e internacional.

Se pide que se supere en las instituciones, de una vez por todas, la asignación a dedo de personal, amigos y familia sin ningún tipo de defensa de cargo, con previo diagnóstico, experiencia y propuesta, donde se pruebe la capacidad profesional, frente a otros que concursan por el puesto en el medio cultural -artístico y político. Se solicita que cierren las puertas y eliminen la corrupción y las oficinas incompetentes, que siguen engordando la burocracia con el dinero que pertenece al pueblo, y consolidando la superestructura de la sociedad mercantilista, consumista y capitalista súbdita del Imperialismo y su globalización. Oficinas incompetentes que no cumplen con los convenios, donde supuestamente desaparecen las datas o expedientes de los grupos culturales, que borran y dejan las computadoras en blanco para fácilmente despistar la corrupción cuando el personal sale de los cargos. En el caso de Mérida cambiaron una Institución, el Instituto Merideño de Cultura, IMC, por una Fundación, la Fundación para la Cultura del Estado Mérida, FUNDACEM, símbolo de la privatización y el capitalismo, con la intensión de desviar las supuestas pruebas de la corrupción de 8 años y hasta ahora ninguna institución no se ha manifestado.

Basta de repetir historias, salio un ministro, entró otro ministro y regreso el ministro que salio, y que de nuevo vengan con otro discurso y contenidos de propuesta cada vez que se cambia de Ministro y de personal en cada Instituto y dirección, generando la perdida de credibilidad, por la falta de planificación y políticas, y el desgaste de los trabajadores de la cultura. Que se aplique la ley y si dejan la computadoras en blanco, haciendo desaparecer la información, se denuncie el personal responsable al Ministerio Público, se aplique la ley de carrera administrativa y se castiguen los culpables.

Basta ya de ese absurdo comportamiento sostenido a lo largo de los años de revolución, donde el presupuesto es deficiente para los artistas, creadores, trabajadores y productores del arte y las actividades culturales y notablemente suficiente para las nóminas de los empleados de la burocracia de las instituciones culturales. La cultura no se hace con el personal administrativo, fundamental es el personal que produce la cultura, que es el trabajador o artista creador y productivo, que no puede ser explotado y negado. Sin los productores culturales no pueden hacer vida las instituciones culturales y cumplir con su razón de ser, que es prestar el servicio cultural a las comunidades. La Revolución Bolivariana no debe seguir financiando un personal e instituciones que niegan su razón de ser y pasan a ser entes públicos que permiten la generación, en nombre de la cultura, de pequeños ricos y la nueva clase burguerrupta o burguesía corrupta.

Se hace un llamado de atención para que se supere las deficiencias y estado de caída, de la noble labor en palabras e idealismos platónicos, de la Misión Cultura y en la realidad, concreta cotidiana, el marcado tratamiento desigual y de apoyo que se le da a los artista de provincia, con respecto a los artistas de la capital, que hace el Ministerio del poder Popular para la Cultura y concretamente el IAEM. Se siguen financiando grandes proyectos en Caracas e ignorando los proyectos de provincia. En el año 2009 se entregaron proyectos en la Dirección de la oficina del Señor Carlos Arroyo y nunca se recibieron respuestas.

Se aclara que se aplauden y respaldan iniciativas como la del núcleo endógeno Nuevo Circo y la Compañía Nacional de Circo. Se consideran iniciativas de alta calidad y al alcance del pueblo. Lo que no se puede aceptar callados y con brazos cruzados es que no se haga extensiva a nivel nacional la política cultural de recuperación de espacios y no se apoyen con similar aporte proyectos e iniciativas parecidas en Mérida, como es la recuperación del Teatro Rafael Briceño que actualmente esta alquilado a una iglesia protestante y las iniciativas de las demás ciudades del interior. En Mérida se propone seguir el ejemplo que Caracas dio tanto con el el núcleo Endógeno Nuevo Circo como con la expropiación alrededor de la plaza Bolívar de Caracas para consolidar el “Paseo Bolivariano de Rescate de Memoria Histórica-Cultural”.

Como proyecto serio y planificado dentro de la política cultural del gobierno, en memoria y celebración del Bicentenario, en todas las plazas Bolívar de la Capital de Municipios del Estado Mérida y demás Estados de Venezuela, se debe expropiar para crear en cada una el “ Paseo Bolivariano de Rescate de Memoria Histórico-Cultural”, con su respectivo museo interactivo bolivariano, galerías y espacios para el arte. A la vez se propone se tome la experiencia del núcleo Endógeno Nuevo Circo y hacer de la plaza de toros de la ciudad de Mérida, la llamada monumental, un núcleo endógeno para sustituir las Ferias Internacionales del Sol, del alcohol y la prostitución por la gran Feria Internacional Cultural del Sol. Mérida, ciudad que fue una vez ciudad cultural y hoy es la ciudad de la indigencia cultural, donde se multiplica, frente a los centros educativos o de salud, las licorerías que promueven el alcoholismo, los carteles del narcotráfico para el consumo de droga y la delincuencia en la población estudiantil y juvenil, negando el trabajo del arte y sus trabajadores culturales, necesita ser atendida con urgencia. El pueblo merideño esta abandonado en el ámbito cultural y con toda la responsabilidad así se manifiesta.

Hoy a 200 años de la independencia, en honor al Bicentenario, se pide que rápidamente se haga justicia social a los trabajadores culturales, teatreros, titiriteros, músicos, poetas o artesanos y al resto de los que entregan su vida por el proyecto cultural de los poderes creadores del pueblo. Se exige que se cancele la deuda social que se tiene con los trabajadores de la cultura y no se olvide que la Revolución es Cultural. La revolución es cultural y ésto no es sólo una frase, teoría y palabras, son hechos y productos fácticos que contribuyan a la felicidad social y a la soberanía cultural por el derecho a la heterogeneidad cultural a partir de los saberes populares y la tradición: Un encuentro creador entre el pasado y el presente para transformar, abrir caminos propios y construir el horizonte histórico del devenir. Para finalizar se deja un mensaje para la reflexión:

“Socialismo es una palabra hermosa, y hasta donde yo se, en el socialismo todos los miembros de la sociedad son iguales, ninguno se halla en una situación inferior y nadie esta por encima de los demás. En el cuerpo individual la cabeza no es superior porque está en la cima del cuerpo, ni son inferiores las plantas de los pies porque están tocando la tierra. En la misma forma en que los miembros del cuerpo individual son iguales, lo son los miembros de la sociedad, esto es socialismo.”

Mahatma Ghandi

Los trabajadores de la Cultura, correspondientes con las agrupaciones colectivas de las artes escénicas del Estado Mérida, se reunieron el día sábado 15 de mayo 2010 en el Centro Cultural Tulio Febres Cordero de la ciudad de Mérida y en función de aportar en la lucha para superar la crisis cultural, que afecta al pueblo de Mérida y a la Patria Bolivariana de Venezuela, decidió y aprobó exponer públicamente el documento expuesto.

bettyoso@hotmail.com

Se cuenta con el respaldo de las firmas de los grupos que apoyan del Estado Mérida


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Betty Osorio

Profesora de la Universidad de Los Andes, Mérida y titiritera

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