Luego de pasadas las elecciones del 07 de octubre, vemos como la revolución Bolivariana ha consolidado democráticamente su continuidad, afirmando ser mayoría en 22 de las 24 entidades del país. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió a escala nacional, inclusive en el estado Mérida donde la oposición logró una victoria, el Táchira se convirtió en el único espacio geográfico donde las fuerzas contra-revolucionarias de manera alarmante se consolidaron, alcanzando el 56,23% de los votos de la entidad, cuando a nivel nacional el Presidente Chávez alcanzó el 55,13%.
Ahora, revisemos algunos de los factores que pudieron haber influido en la obtención de estos resultados. En primer lugar, veamos el sector empleo, cuando a nivel nacional las cifras alcanzan un 59% de formalidad, el estado Táchira apenas llega el 45%, según las últimas cifras presentadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), manteniéndose así desde 2004.
Hay que recordar, que la última victoria contundente por parte de la revolución se obtuvo justamente en el año 2004, cuando en las regionales se alcanzó el 57,47% de los votos, donde se perdieron 05 alcaldías, mientras que el capitán Ronald Blanco Lacruz, perdió en apenas 03 municipios, con una abstención del 48,49%.
Esto demuestra significativamente, que a partir de esta elección la revolución, parece haber generado cierto grado de estancamiento en el desarrollo de las políticas públicas, o descontento que además activó el voto opositor por cuanto en los comicios del 2008 ya la abstención rondaba el 31,55%.
Otro elemento a considerar, nos refiere a la situación de la frontera Colombo-Venezolana, y en ello los fenómenos que se configuran en cuanto a contrabando de alimentos, insumos para la construcción de viviendas y combustible, e inseguridad principalmente proveniente de los hechos generados a raíz de las situaciones presentes en Colombia. También a los conflictos diplomáticos entre ambos países.
En cuanto al problema referido a la inseguridad, destaca que ante una tasa de homicidios de 50 por cada 100 mil habitantes en la entidad, el 69% de los mismos tienen como móvil el sicariato, una actividad que no ha sido propia de la nación, sino que se deriva fundamentalmente del conflicto colombiano.
Por otra parte, destaca pese a los esfuerzos realizados para incrementar la producción agrícola, la ausencia de una política integral que ha inhibido la capacidad potencial de este sector, que requiere una acción institucional agresiva que permita compaginar los esfuerzos que desde el ejecutivo y las fuerzas productivas del estado se vienen realizando, involucrando las Fábricas y Empresas Socialistas al servicio de la producción del Táchira.
La gestión pública local, viene siendo un factor fundamental, ya que en el caso particular del Táchira, son los que han permitido evaluar la acción revolucionaria. Recientemente los resultados de las elecciones presidenciales permiten corroborar esta afirmación.
Para recuperar el Táchira, resulta necesario abogar en un primer término por una gestión pública al servicio del pueblo, que no ha sido lo ocurrido con el gobierno opositor. Ahora el término de eficiencia es la más pertinente, pero no cualquiera, sino la eficiencia revolucionaria, de forma tal que permita generar una acción institucional transfiriendo competencias a las bases populares.
“... de nada sirve decretar constitucionalmente el poder en manos del pueblo si, al mismo tiempo, dicho poder no lo ejerce cotidianamente el pueblo organizado.” Miguel Ángel Pérez Pirela (Del Estado Posible. Crónicas de una revolución) }
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