“Una ciencia que anda por las nubes,da gloria a sus cultivadores,pero no da respuesta a nuestros problemas sociales”Arístides Bastidas
Introducción
El desarrollo del siguiente ensayo es un aporte que se realiza para seguir contribuyendo desde el pensamiento crítico-reflexivo a la construcción del Socialismo Bolivariano, a partir del Proyecto Político Nacional, enlazándolo con el Estadal y vinculándolo tanto al quehacer universitario como a la proximidad local.
Se toma como referencia la propuesta para el debate de la formulación del Primer Plan Socialista del Estado Táchira 2013-2016, concatenado con el Programa de la Patria 2013-2019, destacando los insumos para el estímulo de la participación comunitaria, en la generación de un modelo de desarrollo alternativo, que permita superar la fase de la resistencia, y que concentre esfuerzos en la generación de una nueva subjetividad revolucionaria hegemónica, con sujetos transformadores.
Se esboza en dos apartados, que definen conceptualmente la acción propositiva, por lo que en este sentido más que un ensayo, el presente documento es una presentación formal a las universidades, de lo que se considera deben ser las acciones a emprender a partir de la actual coyuntura para desarrollar procesos transformativos.
El primer apartado se describe la actual coyuntura, describiendo el contexto mundial, latinoamericano, nacional y estadal, vinculándolo al modelo de desarrollo deseado y las propuestas que emergen del debate nacional, así como del liderazgo asumido los últimos años por el Comandante Hugo Chávez, desde que definiera el socialismo como meta política nacional.
El segundo apartado, contiene la propuesta y en ella se desglosan los elementos referidos a: la formación integral emancipadora socialista, la investigación acciónparticipativa como estrategia metodológica, Proyecto como Eje Transversal para el acompañamiento del Plan y la triada para un nuevo modelo de desarrollo: Universidad-Estado-Comunidad, como concepto emergente.
La coyuntura actual
Las confrontaciones del siglo XX, dadas por dos guerras mundiales, un conflicto de guerra fría, que culminó con la caída del socialismo real, y con ello la teoría del fin de la historia (Fukuyama, 1992), acompañado de simbolismos dominantes tales como la Globalización como hecho hegemónico del capitalismo y el imperialismo (Díez, 2008), que profundizaron las expresiones aplastantes y deshumanizantes en contra de los pueblos del mundo, a favor de los intereses de las élites oligarcas y burguesas y de las clases sociales privilegiadas.
En Latinoamérica, este hecho se tradujo en procesos de inestabilidad política, que representaron a finales del siglo pasado, graves crisis económicas y sociales, con Gobiernos e Instituciones que representaban los intereses del Consenso de Washington, y que afectaron sustancialmente a los ciudadanos en todo el continente.
En ese contexto la educación vino acompañando tales procesos y el debate se tornó lejos del desarrollo de un pensamiento alternativo, en cambio devino en uno colonizado, oprimido, que para Díez (2008) aunque presenta vestigios de resistencia en algunas experiencias locales, todo el aparato institucional y el sistema se ha tornado para favorecer las clases dominantes.
Las discusiones han pasado al debate del acceso al sistema educativo, en una lucha entre la gratuidad y la privatización de la misma, y se concentran allí las reflexiones, lo que pone en un segundo plano los asuntos de fondo referido, al tipo de educación que se desarrolla, o los intereses que esta representa.
A pesar de ello, el Siglo XXI encendió las luces de la esperanza, y con la llegada de la Revolución Bolivariana se despertó en todo el continente una alternativa, no solo contra-hegemónica de resistencia anti-capitalista y anti-imperialista, sino que al mismo tiempo se desarrolló una nueva propuesta para la construcción de una nueva hegemonía (Harnecker, 2006).
La definición del socialismo como propuesta política, reavivó el debate reflexivo del pensamiento crítico, y en consecuencia el cuestionamiento a los modelos de desarrollo de progreso ilimitado, que atentan no sólo contra el ser humano, sino en detrimento de la naturaleza, por tanto pone en peligro la vida en el planeta.
En este sentido, la Revolución Bolivariana, consciente de que no se puede transitar hacia un proyecto político que tiene como bandera el Socialismo sin la planificación, Chávez (2007) generó el Primer Plan Socialista de la Nación, en el marco del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, pero también como el nuevo rumbo a transitar por el Proyecto Nacional Simón Bolívar. Este acontecimiento representó un hecho sin precedentes en el contexto nacional e internacional, por insertar el signo frontalmente ideológico, para la conformación de una nueva hegemonía.
Fue el mismo Chávez (2012), quien en su propuesta de gobierno Programa de la Patria 2013 – 2019, redefine en el devenir histórico y en el futuro por venir los retos y desafíos de la Revolución Bolivariana y al respecto indica:
(…) es una nueva forma de planificar, la planificación integral socialista, desde ahí tiene que partir la construcción del socialismo, desde la misma planificación, por eso les pido líderes políticos, líderes sociales, pueblo todo, juventud, estudiantes, campesinos, clase obrera, todos a discutir el programa y a convertirlo en bandera de batalla (…)[i]
En este sentido se asume tal instrumento, como una iniciativa para profundizar a partir de la planificación participativa la construcción del Socialismo, y además reconoce las distintas expresiones cuando, identifica a los actores sociales que en él deben estar, es por ello que Chávez (2012) se refiere luego “son ustedes el pueblo venezolano el que le va a dar profundidad, legitimidad y fortaleza indestructible al Segundo Plan Socialista de la Nación”.
Este hecho, representa un mandato a los responsables de desarrollar los procesos de planificación en cada uno de los espacios, a contribuir sustancialmente en la apertura del debate reflexivo, pero también en la construcción mediante un diseño de pirámide invertida (Bonilla, 2002), donde sea el pueblo como un todo quien determine el rumbo a seguir por las instituciones que los representan.
Ha implicado en el caso del estado Táchira, una propuesta política participativa en el cual se han integrado más de 1.100 Consejos Comunales (Vielma, 2013), y que ha permitido generar un Plan de Desarrollo Estadal 2013-2016, realizado por el pueblo, sin visiones tecnócratas de la planificación. Se asume, en consecuencia tal instrumento como el Primer Plan Socialista del Estado Táchira que de acuerdo a la Gobernación de la Entidad (2013) tiene su razonamiento en la siguiente disposición: “(…) porque desde la definición que hiciera la Revolución sobre el Socialismo Bolivariano, es la primera vez que los movimientos sociales, pueblo organizado y Estado participan de forma activa y consciente en el proceso de planificación y desarrollo de su entidad.” (p. 1)
Esto por un lado, genera expectativas importantes por la gente, pero por otra obliga a las instituciones propiciadoras de conocimiento a desarrollar procesos transformativos que permitan agrupar colectivamente los esfuerzos que se vienen haciendo en beneficio de la sociedad, porque si el Plan del Estado Táchira, es consecuencia del Programa de la Patria, el sistema educativo como un todo se encuentra en la obligación de contribuir críticamente y creativamente a la formulación de soluciones concretas, así como el acompañamiento durante su ejecución y control, pero que además sirvan de excusa para generar procesos de cambio en las comunidades, y convierta a los sujetos en partícipes de los mismos.
Se cumple con lo expresado por Mészáros citado por Giordani (2007) como la:
“(…) toma de decisiones democrática sustantiva desde abajo mediante la cual se hagan factibles tanto la coordinación lateral como la integración englobadora de las prácticas reproductivas. Y viceversa. Porque sin el ejercicio conscientemente planificado y globalizadoramente coordinado de sus energías y aptitudes creadoras, todo cuanto se diga acerca de la toma de decisiones democráticas por los individuos son palabras vanas. Tan sólo ambas en conjunto pueden definir los requerimientos elementales de la alternativa hegemónica socialista al orden metabólico social del capital”. (p. 60)
En el contexto local, específicamente en el ámbito universitario surge una interrogante fundamental como ¿De qué manera se puede asociar la formación, investigación e integración socio – educativa al marco de desarrollo de la Entidad?. Su respuesta puede tener varias connotaciones: la primera de ellas referirse de forma sumisa sin cuestionamientos, la segunda la de obviarla por no considerarla pertinente o la tercera asumirla como marco para todos los procesos que se generan en la Universidad con un pensamiento crítico capaz de reflexionar y construir creativamente. En la última opción se circunscribe cualquier propuesta que pretenda aportar al desarrollo del Táchira, pero que además debe ser la tarea del sistema educativo universitario como un todo.
Si bien es cierto, en principio el Gobierno Venezolano a través del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (ONCTI), ha iniciado por definir las necesidades de investigación para el desarrollo nacional (MCTI, 2012), esto no es suficiente puesto que aún sigue refiriéndose a elementos exclusivamente normativos dentro de un contexto nacional que requiere transformaciones profundas, pero que además generaliza y no se adecua en muchos casos al entorno local.
Esta tarea concreta local, donde la Universidad juega un papel fundamental, dado su carácter no solo de estudiar la realidad, sino por su capacidad de crear nuevo conocimiento, dada la proximidad que tiene con los entornos comunitarios, y en el caso particular de los procesos de municipalización, tal afirmación no tiene precedentes en la historia educativa nacional.
Los nudos críticos, siguen estando relacionados con las visiones encontradas de la Universidad en el marco de la crisis orgánica planteada por Gramsci (Gantiva, 2008) donde lo que muere no termina de morir y lo que nace no termina de nacer, que implican por un lado caer en tentaciones de conservar los criterios y baremos del tradicionalismo inherente universitario, que presenta vestigios como por ejemplo la existencia de una Ley de Educación Universitaria, que pertenece a una República extinta, o por otra parte divagar en eufemismos reformistas, que conservan posiciones hacia lo interno del claustro universitario pero que no miran hacia los espacios comunitarios o territoriales.
En la actualidad, existe una universidad desconectada del contexto del desarrollo local, porque si bien es cierto las universidades deben tributar sustantivamente al proyecto nacional, solo esto es posible si en su ámbito de acción existe una acción coordinada, con visión estratégica, no solo desde la mirada propia, sino compartida y armónica con el resto de la sociedad.
Por ello el Primer Plan Socialista del Estado Táchira representa una oportunidad para engranar las líneas de acción previstas por la Universidad con el Desarrollo Regional, enmarcándola en un Proyecto Político que tiene como meta el Socialismo.
Propuesta Formativa
Formación integral emancipadora socialista.
Desde la Universidad, específicamente a través de la municipalización de la educación universitaria, se presenta una oportunidad sin precedentes en el contexto histórico-social del campo educativo Venezolano, en principio porque aproxima la universidad al entorno local, pero además promueve el desarrollo de proyectos que tienen carácter vinculante con las comunidades de estos espacios, por lo que desde la praxis educativa el proceso enseñanza – aprendizaje, adquiere connotaciones que trascienden la lógica subyacente educador – educando, sino que se incorpora al contexto social específico.
Es así como se empieza a vislumbrar un nuevo horizonte, y las nuevas prácticas educativas, presentan además nuevas relaciones de poder, donde el espacio de formación adquiere un sentido crítico, de cuestionamiento permanente, donde se construye colectivamente, y los aportes sustantivos tienen un significado de transformación, con una meta política socialista.
Esto abre la ventana de un nuevo sujeto, con lo que se refiere en la propuesta, pero no cualquiera, sino uno concientizado, crítico, reflexivo y capaz de transformar su realidad desde una visión de conjunto y de totalidad.
Es una oportunidad para abordar desde la Universidad el marco de desarrollo no solo Estadal, sino Nacional, puesto que como hemos visto este tributa sustantivamente al Programa de la Patria, 2013 – 2019, la relación armónica adquiere significado, para el desarrollo de los distintos programas de formación.
La educación de sujetos críticos, parte igualmente de su asociación con su contexto local, con la capacidad de identificarse con un proyecto político emancipador. En este sentido, la propuesta pretende desatar las ataduras de los formalismos de las aulas de clase y expandir la formación a la sociedad toda, para desarrollar de esta forma verdaderos procesos de educación popular, donde se reconozca el saber comunitario como uno epistemológicamente válido, en el que la Universidad actúe como activador, no solo como observador, espectador o investigador de los objetos-individuos sino que contribuya en su transformación social.
La Investigación Acción Participativa
La investigación acción participación (IAP) como metodología para el abordaje de una propuesta formativa integral del Primer Plan Socialista del Estado Tàchira, representa un elemento que para Bonilla (2012) nos refiere al legado de Fals Borda en la conformación de docentes en permanente aprendizaje, en el profundo contexto de generar conciencias, sobre la base de una propuesta de educación popular[ii].
El proceso de transformación universitaria, requiere que, específicamente en la transversalidad e integralidad de proyecto, a través de la Investigación-Acción-Participación (IAP) aplique los cuatro momentos no lineales y recursivos planteados por Montero (2006), como lo son: la familiarización, la problematización, la sistematización y el plan de acción, para iniciar un proceso como decía Freire (1996) donde “nadie educa a nadie, y nadie se educa solo”, entendiendo el espacio educativo desde la perspectiva del marxismo (materialismo histórico y materialismo dialéctico) como la realidad concreta. En este sentido será la comunidad el espacio no solo para el proceso enseñanza - aprendizaje sino para la transformación, donde los educandos asumirán cada momento de la IAP, desde una perspectiva crítica, que va más allá de la relación con el educador, porque aunque inicien su participación como agentes externos, progresivamente se deben ir incorporando como sujetos activos del quehacer comunitario.
La perspectiva crítica de los educandos requerirá de la identificación de las contradicciones existentes, pero igualmente de la disposición de los conceptos emergentes, resultantes del ascenso que se consigue al abordarse el método dialéctico de lo abstracto a lo concreto planteado por Marx (Dussell, 2010).
El proyecto comunitario, como finalidad, si bien es cierto tiene sus objetivos particulares, termina siendo una excusa para desarrollar procesos transformativos comunitarios que tributan en la construcción del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI. Se entiende en consecuencia como una acción en la que todos forman parte, y son corresponsables de los planteamientos emanados, en un trabajo que requiere el acompañamiento y la guía metodológica del educando y el educador, quienes también en contravía aprenden de la comunidad, y permite construir colectivamente nuevo conocimiento mediante la sistematización de la propia experiencia.
La Familiarización
Montero (2006) define la familiarización como:
(...) un proceso de carácter sociocognoscitivo en el cual los agentes externos e internos inician o profundizan su conocimiento mutuo captando y aprehendiendo aspectos de la cultura de cada grupo, a la vez que encuentran puntos de referencia comunes, evalúan los intereses que mueven cada grupo, desarrollan formas de comunicación, peculiaridades lingüísticas y comienzan a desarrollar un proceso compartido (...) (p. 78)
La familiarización se desarrolla en esta propuesta como una acción coordinada a partir de los distintos programas de formación, en el que a través de la intervención comunitaria, relacionada con el área de proyecto, se articulan con demás instituciones que poseen responsabilidad formativa o ejecutoria del Plan (Dirección de Planificación y Desarrollo de la Gobernación, Instituto Autónomo del Poder Comunal del Estado Táchira-INAPCET, Consejo Federal de Gobierno, Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales, Universidades, entre otras). Esto se debe a que se refuerzan los procesos de anclaje comunitario existente y se fortalecen los vínculos, donde todos los actores institucionales juegan un mismo rol.
En el caso de la Universidad su función no se sujeta solo al área de los programas de formación, sino que puede trascender áreas administrativas, investigativas y socioeducativas igualmente.
Resulta muy común caer en el error de pensar sobre la linealidad de los momentos definidos en la IAP, y más aún graves cuando pudiéramos dar por concluido el anclaje comunitario, ya que si lo perdiéramos ignoraríamos la participación de los agentes internos como sujetos de transformación de su realidad. Si esto ocurriera, debemos volver a la familiarización independientemente del momento donde nos encontremos; de allí la recursividad de la IAP.
La Problematización
Luego de haber obtenido el anclaje comunitario, resulta necesario iniciar el proceso de identificación de necesidades, en este momento iniciamos el diagnóstico en la problematización (Montero, 2006), desde la perspectiva de Ander-Egg (1995) como nunca acabado y en permanente actualización.
Para Montero (2006) las necesidades representan un juicio de valor, las circunstancias concretas en el contexto que lo originan que surgen del desajuste entre expectativas y condiciones de vida, “... son también estados motivadores de la acción para satisfacer la carencia, solucionar el problema, corregir el daño, superar la acción negativa.” (p. 94).
Hasta este punto, es necesario destacar que tanto la Gobernación con la participación de más de 1.100 Consejos Comunales, como el Consejo Federal de Gobierno con la Sistematización de 1.412 Planes de Desarrollo Comunitario Integral, poseen un levantamiento de información valioso que debe ser considerado como insumo primario para las intervenciones intencionadas y planificadas por la Universidad. De lo que se trata al final es de constatar y revisar permanentemente no solo las demandas sino el avance en la construcción de soluciones de forma conjunta.
Montero (2006) propone algunos procedimientos para la problematización como: (a) análisis de construcciones artesanales o de representaciones pictóricas de la comunidad; en la que todos puedan expresar sus ideas mediante un colage o dibujo grupal, observando y tomando nota de lo que ocurre, donde los agentes externos puedan presentar preguntas problematizadoras, y en conjunto con los agentes internos desarrollar las conclusiones, y (b) la reunión de discusión-reflexión colectiva crítica necesarias para la desnaturalización y desideologización, fundamentales en el proceso de concientización.
La problematización conlleva la identificación de categorías para la intervención comunitaria y transformación de la realidad, pues de ellas se derivan los objetivos, que en el caso particular de los Proyectos Comunitarios de las Universides estarán asociados al Primer Plan Socialista del Estado Táchira.
La Sistematización
Dado que, de lo que se trata es de producir conciencia y concientizar, bajo la premisa de Freire, podemos indicar que, la valoración de los expertos debe ser apropiada y discutida por la comunidad, a través del cual se pudieran percibir necesidades no sentidas, y por otra parte la sistematización de las expresiones de las personas en el contexto comunitario, de nuevo para generar una apropiación colectiva del conocimiento.
La devolución sistémica es un paso fundamental en el desarrollo de la propuesta, para ello resulta necesario definir la sistematización, que para Latorre citado por Cifuentes (1999) se refiere a un método de investigación que busca obtener conocimiento científico de una realidad social, y que requiere de la experiencia y la reflexión.
Cada circunstancia es única e irrepetible, por lo que un proceso metodológico de sistematización es complejo. Por ello resulta indispensable contar con un proyecto de que permita desarrollar esta actividad, de forma tal que podamos obtener un nuevo conocimiento, de acuerdo a los objetivos planteados por la investigación.
Para Capó, Arteaga y García (2010) el proyecto de sistematización debe incluir: la delimitación de la experiencia a sistematizar, que para los Proyectos Comunitarios será en consecuencia de acuerdo a lo enunciado en el Plan por la Gobernación del Estado Táchira (2013) “(…) los Ejes Territoriales previstos en la construcción de una Nueva Geometría del Poder (…)”, la identificación de los ejes centrales de la sistematización referidos a los programas de la Universidad, la conformación de preguntas problematizadoras relacionadas con los ejes, análisis e interpretación crítica de la experiencia para lo que se requiere por tanto sumergirse en la indagación y relación entre teoría y práctica, las conclusiones del proceso de problematización, y la proposición de acciones transformadoras, tanto a la descripción del cómo se desarrolló el proceso de generación del plan, y cuál es el mismo.
El Plan de Acción
El plan de acción presenta los objetivos, estrategias, acciones, recursos y cronograma de actividades, previstos para la aplicabilidad de los proyectos comunitarios que surgen a partir de la intervención articulada de la Universidad y que se encuentra vinculada con el Primer Plan Socialista de la Entidad.
Su concreción al igual que la sistematización, permite reflexionar críticamente sobre las posiciones actuales y los tópicos de ciencia a los que se refiera su praxis educativa, pero adicionalmente permite construir nuevo conocimiento e igualmente conceptos emergentes.
Proyecto como Eje Transversal para el acompañamiento del Plan
Lo importante de definir la estrategia metodológica, tal como la IAP para abordar la propuesta formativa integral de participación comunitaria para el abordaje del Primer Plan Socialista del Estado Táchira, radica en el trazado de la ruta a seguir para alcanzar los objetivos esperados. Sin embargo, ubicarlo en el contexto universitario es una tarea pendiente, ya que pudiera confundirse con tareas institucionales o de otras organizaciones que pretenden funciones similares.
En este sentido, dado que todos los programas de formación presentan a Proyecto Comunitario, como eje transversal de cada carrera, resulta pertinente este espacio, para integrar de forma holística la formación, investigación y vinculación social, en relación articulada con el Plan de Desarrollo Estadal.
Esto devendría en dos fuentes importantes de información, una de ellas relacionadas con un Banco de Proyectos asociados al Plan, y otra de carácter orgánico con la construcción de una Red de Inteligencia Social concientizada, y constructora de nuevo conocimiento.
La triada para un nuevo modelo de desarrollo: Universidad-Estado-Comunidad.
Con McLaren (2006) se ha planteado que la educación tiene como meta política el socialismo, y que la pedagogía crítica tributa en este sentido. Ahora bien, una vez definido el Proyecto Político Nacional como uno Socialista, al menos en el horizonte estratégico, pero igualmente se ha planteado en el Estado Táchira la misma definición, no queda sino engranar todos los componentes para desarrollar una fuerza creativa que estimule el avance real en los términos propuestos.
Adicionalmente se estimula la formación y conformación de un Estado de nuevo signo (Bonilla y El Troudi, 2004), que en nuestro caso se ha denominado Comunal, consustanciado en las estructuras sociales emergentes, tales como Consejos Comunales, Frentes y Movimientos Sociales.
La posibilidad de generar entonces de forma sinérgica acciones para generar una educación para el socialismo, no es solo una oportunidad sino una obligación, pero esta carece de sentido, si solo se hace a partir del claustro universitario o si no se generan espacios realmente creadores en los contextos locales, con valoraciones que re-signifiquen el concepto tanto de formación, investigación como de integración socio educativa. En fin la triada Universidad-Estado-Comunidad rompe las concepciones tradicionales dominantes y emerge como una nueva categoría emancipadora, que tribute a una verdadera transformación universitaria.
Referencias Bibliográficas
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[i]Discurso del Comandante Hugo Chávez en la inscripción ante el CNE de su candidatura a las elecciones Presidenciales 2012, momento en el cual presenta su propuesta de Gobierno Programa de la Patria 2013-2019, el 11 de Junio de 2012, donde se desarrollan en él cinco Grandes Objetivos Históricos relacionados con Garantizar la Independencia Nacional, Construir el Socialismo, Convertir a Venezuela en una Potencia, Desarrollar una nueva geopolítica internacional y Preservar la vida en el planeta. Este documento es el Segundo Plan Socialista de la Nación, y se enmarca en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019, como continuidad del Proyecto Nacional Simón Bolívar.
[ii]Intervención del Doctor Luis Bonilla-Molina en Curso Introductorio de la Maestría de Educación Comparada, celebrada en Junio de 2012 en el Centro Internacional Miranda.
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