El Chama, principal curso fluvial del estado Mérida, nace en el páramo El Buitre, sector Mifafí, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Según el geógrafo Gustavo Silva León, se le identifica como quebrada Mifafí en su nacimiento, y sólo comienza a recibir el nombre por el que es bien conocido en los Andes venezolanos y el resto del país, varios kilómetros aguas abajo (Gustavo Silva León, "Análisis hidrográfico e hipsométrico de la cuenca alta y media del río Chama, estado Mérida, Venezuela", Revista Geográfica Venezolana. Mérida: Universidad de Los Andes, vol. 40, 1999, p. 15). Discurre por buena parte del territorio merideño, desplazándose primero por un gran valle longitudinal y luego por una abra transversal hasta su desembocadura en el lago de Maracaibo. Su longitud total es de unos 180 kilómetros.
Chama es un topónimo indígena, empleado por los colonizadores españoles en crónicas, documentos y otros textos desde los primeros años de la ocupación territorial. No obstante, cabe advertir que el primer nombre que recibió a partir de la conquista el río aquí reseñado, fue el de Guadiana, tal como su homónimo de la Península Ibérica. En su denominación definitiva influyó la presencia, en el sur del lago de Maracaibo, de una parcialidad indígena llamada Chama:
"Llamó a este río Juan Rodríguez el río de Guadiana, a imitación de otro río que de este nombre hay en España, y después por respeto de pasar por cerca de un pueblo que en los llanos de la laguna está llamado Chama, de quien españoles han tenido noticia y vístolo muchos años antes en tiempo de micer Ambrosio y de otros que llamaban abajo a este río de Chama y perdido el que Juan Rodríguez le puso de Guadiana. Los naturales, que en sus riberas están poblados, como son muchos, cada cual lo llama en su tierra como quiere, y por esta causa no se pone aquí nombre propio" (Pedro de Aguado, Recopilación historial de Venezuela, tomo II, p. 397).
En cuanto al significado del término, hay muchas dudas y poca certeza, pero vale la pena destacar en el presente escrito lo que al respecto señalan el sociólogo Julio César Salas y el historiador del arte Franklin Cañizales. En primer lugar, Salas creía que el onomástico Chama provenía de otras lenguas prehispánicas, considerando que hay topónimos parecidos en áreas etnolingüísticas como la prequechua y la náhuatl:
"Su nombre Chama es análogo a Chimu del valle de Chicama en el Perú, comarca donde fueron encontrados los Chimues, pueblo de anterior civilización a la misma quichua o inga, en cuya toponimia encontramos pueblos llamados Chame y Chamaya y una comarca Chamaca así como en el Ecuador hallamos Chamas y Chamacon en Darién, Chama y Chamal en México (…)" (Julio César Salas. Etnografía de Venezuela, 1956, p. 33).
Mientras que Cañizales, basándose en el Diccionario y Gramática Chibcha (María Stella González, trascripción y estudio histórico- analítico), y en aspectos simbólico-religiosos de los antiguos indígenas, cree que la verdadera grafía del vocablo referenciado es Chamab, que proviene de la lengua chibcha, y, a diferencia de Salas, se anima a dar un significado:
"El Río Chama es el reflejo en la tierra de esa direccionalidad de la Vía Láctea al momento del nacimiento. Es una direccionalidad sagrada, subrayada por el verdadero significado del río Chama, que al traducirlo, sería: CHAMAB = "Nuestra sangre". El sentido estaba asociado a la sangre del nacimiento, la sangre del dios y el camino que siguieron los seres que bajaron del cielo". CAÑIZALES, Franklin, "Ojos del Creador, Hijos de Santa Lucía: la presencia iconográfica de Santa Lucía como continuidad del pensamiento religioso prehispánico MUCU (MUPQU) en la región merideña".Dirección URL: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/200/20001102.pdf).
Menciónese que al verificar el significado del término Chamab en el Diccionario y Gramática Chibcha, se nota que no hay concordancia entre lo señalado en este texto y lo expuesto por Cañizales. La palabra sangre corresponde a Hyba según el diccionario (Ob. cit., p. 317), y evidentemente contrasta (por no decir otra cosa) con el término Chamab indicado por Cañizales. En realidad, este autor hace la afirmación forzando una analogía morfológica y conceptual, y de acuerdo a lo que supone era el sentido espiritual del río Chama para los antiguos pobladores "merideños".
Rubén Alexis Hernández
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