Margarita; una perla que muere de sed

Desde lo alto, en el cerro, de niños podíamos divisar, en el horizonte, las gabarras aproximarse a las costas margariteñas, la de los sesenta y setenta, traían agua, agua para margarita, entre meses, cada cierto tiempo los "enormes y famosos" tanques de concreto construidos, según el abuelo José, en época de Pérez Jiménez, eran abastecidos de agua dulce traída de tierra firme en gabarras. La gente feliz, se aglomeraba en las playas, era un espectáculo ver llenar mediante una larga manguera o tubería los enormes tanques…Libre dios aquel margariteño, de entonces, que derramara una gota…

Entrada la cuarta, de los 70 y 80, pocos fueron las construcciones de estas que se mantuvieron activas, se extinguieron las gabarras, llegó el agua por tubería desde el macizo del Turimiquire y de Clavellinos. Surgieron a lo largo de toda la isla, nuevas y de menor capacidad unos tanques de almacenamiento similares a un cubo que llamamos "cantarillas". Los embalses para almacenar agua de las cuencas de la isla, el de Guatamare, según los viejos, nunca conservaría el agua que en él se depositara, el de san Francisco de Macanao, no se terminó de construir. Pasaron los años y Margarita, la Perla del Caribe, siguió siendo una isla carente de agua potable propia.

A comienzos de la quinta, 2003, 2004, se replanteó el rescate de las viejas edificaciones perejimenistas ya muy deterioradas en su gran mayoría. Como alternativa, optó por la construcción de nuevos sistemas de almacenamiento y bombeo con el agravante de mala calidad, la mayoría nunca retuvo el agua y los sistemas de bombeo "desaparecieron". La población margariteña en la última década ha crecido de manera exponencial y con ella las necesidades mayores de agua potable, entre otras cosas.

Hoy, en crisis económica, como en los malos momentos de la cuarta, vemos a Margarita, la Perla en el Caribe, como la gallina de los huevos dorados, como mina para el flujo turístico internacional, pero nos quedamos ciegos, sordos y mudos ante el problema de agua potable. Para el desarrollo sostenible del turismo, como fuente generadora de riquezas y bienestar, es imperativo el solucionar de manera permanente el problema de agua potable en nuestra región insular. En Margarita, Coche, La Tortuga, Los Roques…

Desde la sala situacional de Hidrocaribe, Nueva Esparta, informan, explican a diario las dificultades en el escaso flujo que llega a la isla por las ya incontables averías del sistema de aducción submarina y se entiende, cuando se sabe lo viejo y obsoleto que debe estar dicho sistema. Más allá de la fuerte sequía vivida en toda Venezuela y en gran parte del mundo, es tiempo, momento de pensar en una nueva, moderna y definitiva forma de suministrar agua potable. El margariteño entiende, se solidariza, se resigna, pero también se calienta por la impotencia cuando, para que las comunidades sean atendidas, en los planes de contingencia con los camiones cisternas, se les exigen tantos y tantos requisitos. ¡La gente no tiene tiempo de andar buscando papeles. Quiere agua! Existe una disposición gubernamental de "no exigir fotocopias o documentación impresa en oficinas públicas"

En la hora de las dificultades, de la tragedia, no pueden ni deben quienes dirigen Hidrocaribe, someter al pueblo a más y más burocracia para unos cuantos litros de agua al mes. El pueblo los escucha, los entiende y sabe que no tiene una solución mágica, pero por favor, no pidan papeles como condicionante para entregar un vaso de agua.

 



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Felipe Marcano


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