Sería demasiado larga la relativa histórica respecto al comienzo y desarrollo de la problemática del transporte de pasajeros particularmente en Valencia, por supuesto, donde los usuarios hemos sufrido lo peor, igual la resumo señalando que los adecos–copeyanos y sus derivados en los gobiernos estadales y municipales hoy, fueron cómplices y negociadores imperdibles (mafias los llaman algunos); eso sí, en aquellos tiempos tuvieron respuestas populares de calle, contundentes, oportunas y victoriosas que en otros artículos de Aporrea las he expuesto anteriormente
Estas mafias, hoy mutadas hacia un extraño sindicalismo monopólico y sin patrono, cuales delincuentes de guerra, se aprovechan de los efectos de la problemática económica que se viene agudizado en la República en dos variables realmente ventajosas para ellas: lo primero es que de verdad está trastocada la capacidad del Estado para seguir con la trampa importadora, ante ello, los transportistas sabiendo de la necesidad de movilización y traslado del pueblo, nos chantajean a todos bajo la amenaza de paro total por la "falta de repuestos y demás insumos del transporte", lo que les permite entre otras formas de botín de guerra, recortar al mínimo las rutas e imponer los precios de los pasajes ante el incomprensible silencio de las autoridades; lo segundo, aunque sea una contradicción es válida: la paciencia de lo/as usuario/as, quienes en su sabiduría popular asumen que la revolución bolivariana, por ahora, sí, por ahora, sigue siendo pacífica.
Por otro lado, siendo el transporte vehicular un medio indispensable para el traslado de gente y bienes materiales, las mafias se han convertido en un vaso comunicante que se conecta como una tétrica red para el tráfico delincuencial de mercancía, de allí se ha ramificado todo un entramado que se transforma en la versión perversa de la unidad cívico-militar-policial realmente anti pueblo.
Cívico porque la integran transportistas de todo tipo y clasificación, en este sector hay particulares y gente de gobiernos en distintas instancias y responsabilidades; militar: son estos quienes han de garantizar el desplazamiento de los bienes y los ciudadanos sin los menores contratiempos pero algunos se hacen los musues. Podríamos afirmar que esta alianza funciona bajo el código del silencio como toda mafia y por eso vemos que de parte de los gremios no existe denuncia concreta de las fulanas alcabalas matraqueadoras que están, que supuestamente están a lo largo de todas las carreteras del país, así como tampoco se ven por ninguna parte las respuestas institucionales para resguardar el decoro institucional ante la mediática y trastocada imagen devenida de cualquier señalamiento lanzado por transportistas y demás comerciantes contra militares de todos los cuerpos y policías en todos los renglones, afirmando que los "pobres distribuidores" son víctimas de constantes matraqueos por parte de la GN, PN Bolivarianas fundamentalmente; excusa perfecta para "justificar" la grosera imposición de precios de los productos.
Volviendo a los transportistas de pasajeros en Valencia, sin descartarlo en otras ciudades y estados, éstos se han convertido en una verdadera plaga, pues, no tienen compasión con nadie ni de nada. Por una parte utilizan a cuasi-delincuentes disfrazados de choferes y colectores, actuando empatotados como cualquier ratero para despojar a los indefensos y necesitados pasajeros del dinero efectivo armados de una cara de cañón y gruñendo cual animal rabioso, la mayoría de las veces sin la presencia de autoridad alguna, sea policial-militar o civil gubernamental propiamente, pero si está, se hace la vista gorda o la negocia. Por la otra, los transportistas, siendo receptores de efectivo por excelencia, se dan el tupé de desconocer nada más que al Banco Central de Venezuela y con ello a todas las instituciones relacionadas con la vigilancia, regulación de la circulación, vigencia y legalidad del cono monetario nacional; esto lo estamos viendo desde que el billete nacional, convertido en una mercancía más y apetecible por los facinerosos traficantes de bienes comestibles, de salud o energéticos, tal como ha ocurrido con los tres últimos y el actual cono monetario, recordemos la primera desaparición de los billetes verde agua de 50 y luego el marrón de 100 por ser los de alta denominación.
Esta situación fue precedida del desconocimiento de la vigencia progresiva de los billetes de Bs 1, 5, 10, 20, llegando al colmo de romperlos ante los ojos impotentes de usuario/as que trataban de pagar su pasaje con esa moneda de curso legal, claro, en la medida que los compradores no les aceptaban billetes de baja denominación por hacerles mucho bulto, estos inescrupulosos transportistas dispusieron que ya no valían nada. Fue tan exitosa esa perversa práctica para los transportistas en desconocer y destruir los billetes "viejos" que en el menor tiempo impusieron la no vigencia el de 100 Bs F. a pesar de que el gobierno lo mantuvo vigente a la entrada del Bs S. mientras se completaba la cantidad suficiente para su plena circulación de los bolívares soberanos.
Estos malandros del transporte de pasajeros sin excluir a ninguno, sea privado o público y/o los enmascarados, le vienen dando al Billete Soberano igual maniobra, ya que bajo la misma causa y conducta empezaron con desconocer la moneda de Bs 1 y ahorita lo hacen con el billete de 2 Bs. S. sin que nada ni nadie indique que no lo harán con el de 5, 10 y en adelante, claro, ya tienen la orden y la cumplen a complacencia gananciosa de los compradores y traficantes de dinero para que no reciban los billetes de baja denominación. La prueba de esto es que esos delincuentes y realmente en un esquema de conspiración permanente contra el gobierno y el pueblo en general, plenamente consciente del daño que causan y los intereses mezquinos del lucro fácil e ilícito que procuran, no depositan el dinero efectivo obtenido a diario en los bancos nacionales como cualquier comerciante sensato haría en circunstancias normales.
Cuánto durará esta situación? Ya el presidente Nicolás Maduro planteo los tres ejes de su verdadero gobierno a partir del 10/E, entre ellos la lucha contra la corrupción y el burocratismo que son gemelos perversos, asimismo, dio la orden para salir en defensa del pueblo a toda radicalidad, esto no excluye las acciones contundentes contra los transportistas delincuentes, a quienes seguro, estando bien cerda de las manos de un pueblo arrecho, en las primeras de cambio serán cuales capataces, los alumbradores los postes referenciando símbolo o trofeos para demostrar que la justicia se habría retomado y por lo tanto, el transporte de pasajeros quedará en buenas manos.
Abg. Gustavo C Vásquez Q.