En latinoamérica, en la primera década de nuestro siglo XXI, hemos vivido procesos políticos que han emergido de las singulares e históricas manifestaciones populares que han hecho resistencia a lo largo de la gran patria latinoamericana contra la foranea avanzada neoliberal, y que han impulsado el empeño de nuestros y nuestras líderes, de rescatar la soberanía y dignidad de nuestros pueblos. Ante el desgaste y fracaso del modelo neoliberal que nos exige sin demora virar radicalmente el destino de desaparición de la humanidad en nuestro planeta; nos planteamos el desafío de impulsar desde nuestros procesos sociales, un proceso de refundación de nuestra patria, signado a un modelo de sociedad que desborde el marco social, institucional, y productivo que hemos llevado en forma de lastre desde la guerra emancipatoria que iniciamos desde hace poco más de 200 años(1).
Unidad en la america meridional como proyecto gran nacional Bolivariano; originalidad en nuestras instituciones, gobiernos y modos de fundarlos; despliegue de procesos de educación popular y creación heroica; horror a la oligarquía, fortalecimiento de la soberanía popular y autodeterminación de nuestros pueblos(2), son parte invaluable del acervo histórico y pensamiento latinoamericano que hoy nos inspira y señala un horizonte de posibilidad concreta para materializar el desafío antes señalado.
La refundación estructural de nuestra sociedad, debe recorrer las manifestaciones concretas de nuestra cotidianidad que aquí y ahora vivimos. Y aquí y ahora tiene una connotación importante: Estamos situados en una territorialidad concreta que a su vez lleva una carga cultural, que nos describe ahora como pueblo; y es en el ahora, donde está abierta la posibilidad de avanzar en nuestro proyecto de emancipación. Pero, ¿qué contiene, o qué está contenido en esa carga cultural?, ¿cómo podemos dibujar o aproximarnos a toda la compleja maraña de relaciones que constituyen esta estrutura social?, y ¿qué es aquello dentro de esta estructura social, que crea y re-crea las actuales relaciones de producción?.
Sobre esto último tenemos la convicción de que el modelo de Ciencia y Tecnología en el cual nos movemos(3), juega aquí y ahora, un papel radical en la reproducción de la estructura actual de nuestra sociedad. Podemos sostener esta afirmación por un lado, en la vasta obra de Oscar Varsavsky, quien profundiza en el tema de que no cualquier estilo científico será compatible con un estilo de sociedad determinado(4). Por otro lado, podemos considerar que esta carga cultural que mencionábamos, contiene manifestaciones como Educación-Formación, Democracia, Producción Económica, Relaciones de Poder, Comunicación, Prácticas de Trabajo, Organizacion Social, Apropiación del Conocimiento, Relaciones Sociales de Producción, Ejercicio de Gobierno, Estado-Nación, que no son más que la expresión concreta del gran y complejo sistema de Ciencia y Tecnología que hoy se muestra ingenuo, inocente y apartado de estas expresiones.
La no neutralidad de la ciencia y tecnología, y la expresión amplia y multidimencional de esta en nuestra cotidianidad social, son dos premisas que nos llevan ineludiblemente a plantearnos el estudio-refundación radical de nuestros actuales Sistemas de Ciencia, Tecnología e Innovación(5). Desde luego, este proceso de estudio-refundación radical, debe cuestionar o dudar de los métodos tradicionales del quehacer científico y tecnológico, dado que el mismo método existe en y para un contexto cultural determinado. Por ello es necesario volcarnos hacia la investigación histórico-filosófica y el rol del investigador-sujeto-social en dicho proceso. Tambien nuestro proyecto político, indispensablemente es materia prima para emprender esta empresa, guiándonos por la compleja red de categorías y lineamientos manifiestos en el Primer Plan Socialista de la Nación 2007 – 2013 (Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación), en sus siete directrices de acción política; sosteniendo como cualidad fundamental, el que un Sistema de Ciencia y Tecnología para nuestro proyecto político nacional y gran nacional, debe ser -más que un sistema delimitado-, un proceso en constante revisión, que en su devenir integre y potencie la tríada Sujeto, Proyecto, y Territorio, cuya realización se exprese en dar respuestas a los “problemas” concretos de nuestra sociedad. El avance en este estudio-refundación necesariamente debe aproximarse a los aspectos de i) las relaciones sociales de poder en el marco de una espiral histórica de luchas sociales en nuestra sociedad; ii) la arquitectura actual, en la que se circunscribe el aparato de gobierno, institucionalidad-pública y cómo esta influye en el accionar político para la refundación de la patria; iii) la nueva geometria del poder, en vías de la organización y consolidación del poder comunal; iv) el actual modelo productivo en el que devienen modos, medios y relaciones de producción, sustentados por las existentes formas de propiedad; v) el actual sistema de educación universitaria que re-produce la formación de sujetos-pieza de la maquinaria productiva capitalista (especialización del trabajo), y fragmentación del conocimiento; y vi) la arquitectura actual del poder legislativo, y su posibilidad de detonar el ejercicio de la democracia directa en nuestros pueblos.
Aquí el lector podrá delirar, esgrimiendo a la pregunta ¿qué tiene que ver todo esto con un Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación?. Por ahora invitaría a plantearse las siguientes preguntas: ¿acaso en lo antes mencionado, no existen formas de organización y formas de instrumentalización material e inmaterial (tecnología dura y blanda), que produce y re-produce a cada una de estos aspectos?; ¿acaso estos aspectos no entrarían imperiosamente en el objeto de un Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, redimensionado al tamaño desafío de Refundación Patria que nos demanda la historia?.
Esto hasta aquí, -con la intención de ir más alla-, es un esbozo de tema para explorar, debatir, invitar y proyectar una vida-trabajo de investigación-praxis que garantiza con certidumbre, un camino lleno de más preguntas que respuestas, y esto indudablemente en-revolución, es un firme indicador, de que vamos por buen camino. ¡Patria Socialista o Muerte, Venceremos!
*Investigador en Tecnologías Sociales para la Gestión de Gobierno y Ejercicio del Poder Popular
Fundación CENDITEL
farraez@gmail.com
Notas:
(1) Léase con detenimiento el preámbulo de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV)
(2) El pensamiento y obra de Simón Bolívar, Simón Rodriguez y Ezequiel Zamora, son nuestros tres pilares constituyentes de nuestro Proyecto Nacional Simón Bolívar, que se manifiesta en un horizonte temporal definido por el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007 – 2013.
(3) Asumamos por ahora, que “tenemos” un sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, pero dejemos abierta la posibilidad de que en el debate “descubramos” que tal sistema, no sea otra cosa en el mejor de los casos, que una sombra borrosa de un sistema foraneo de Ciencia y Tecnología.
(4) Esta tesis es defendida ampliamente en: Varsavsky, O. (2006) Hacia una política Científica Nacional. Caracas: Monte Ávila Editores
(5) Dimensión Gran Nacional: Este marco de investigación-pŕaxis estaría vinculado directamente a la Directriz del PPS 2007 - 2013: Nueva Geopolítica Internacional, en su política: Desarrollar una plataforma de investigación y conocimiento para el soporte teórico de las iniciativas de transformación en el marco de la nueva geopolítica mundial (VII – 3.6.2).