"La mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas" Bauman
Seducida por las palabras, viene a mi mente la nostalgia, puesta de moda en los últimos años en nuestra sociedad, sentimientos de anhelo sobre las ausencias del presente que se llena de recuerdos del pasado. En la época actual, la nostalgia se ha puesto de moda desde una perspectiva tímida y oculta, pues nos hemos dado la tarea de sustituir de manera análoga con las características de moda de la época sin darnos cuenta que lo que estamos es llenando el pozo con más vacío.
Tal es el caso de las redes sociales y las comunidades virtuales, que día a día buscan asemejarse más a nuestras realidades tan anheladas y nostálgicamente recordadas, deshumanizando nuestra sociedad, nuestros entornos, en este sentido, nos hemos distanciado no a consecuencia del COVID-19 sino a consecuencia de nosotros mismos, donde nos hemos consumido en una sociedad postmoderna que promete la instantaneidad de la información y el viaje a lugares inimaginables, alejándonos de la esencia de la vida y el verdadero alimento del alma.
Estos días fríos, llenos de ausencia, donde rostros de amigos y familiares se confunden con el nublado clima tormentoso, en sí no sé cómo explicarlo, pero sé que muchos se sentirán igual...pienso que este ciclo ya es hora de cerrarlo y explorar otros senderos y escenarios donde se pueden compartir, dar y recibir en la misma medida hasta encontrar el equilibrio tan deseado que de paz y tranquilidad al alma, el valor agregado de nuestras acciones no tiene precio y vale cuanto nosotros mismos somos capaces de calcular..., nadie más que uno mismo sabe cuánto valor se tiene y cuanto se es capaz de dar, cuanto es capaz de extrañar.
Bauman (2016), afirmó "Hoy la mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas, que sean tan sólidas que no puedan cambiar en el futuro", nos habla de un mundo líquido, donde las conexiones tienen más relevancia que las relaciones, sin embargo, somos de la vieja guardia tratando de fijar en nuestras mentes esos recuerdos del pasado que cimenten nuestras acciones en el futuro; considero muy particularmente desde las entrañas donde se albergan los sentimientos más profundos que nuestra sociedad está pasando a gaseosa y en cuestión de milésimas de segundos ya todo se ha desvanecido, almacenado en nuestra memoria ram algunos de los eventos que van atravesando nuestra vida.
Mirando con nostalgia las líneas anteriores, me problematizo sobre si ¿las redes sociales mi mejor aliado o mi peor enemigo en esta pandemia?, ojo no me refiero a la pandemia del COVID-19 me refiero a la pandemia de la cual nosotros mismos somos responsables, la pandemia del desapego, el distanciamiento, la que nos lleva al mundo gaseoso desvaneciendo hasta nuestra existencia, solo el aroma a lo que en algún momento existió, que no dio chance ni siquiera de recordar.
