Otro golpe de estado se lleva a cabo en Ecuador. Esta vez el gorila es nada más y nada menos que Lucio Gutiérrez. La excusa, por demás pueril, reivindicaciones gremiales de la policía nacional de ese país. Un grupo de recalcitrantes trata de subvertir el orden constitucional secuestrando al Presidente mientras se prepara para agredir al Pueblo que se acerca al Hospital de la Policía, donde está Rafael Correa.
Es curioso ver las declaraciones de ciertos voceros institucionales, cuyos discursos resbalosos, imprecisos y rebuscados, no logran ocultar su intención de ganar tiempo para ver si se cuaja el golpe o fracasa. Tal es el caso de representantes universitarios e incluso de voceros militares que llaman a respetar el hilo constitucional pero no dicen si rescatarán o procurarán preservar la vida del presidente secuestrado. Ya se habla de estado de excepción para evitar un baño de sangre. Qué conveniente para los golpistas.
Este tipo de declaraciones no nos son ajenas. Durante aquel Abril de vendavales, los timoratos estaban a la orden del día. Los vericuetos para no decir nada o aparecer ecuánimes cuando en realidad el terror los sobrecogía. Los entaparados y guabinos que medraban en el gobierno hicieron carantoñas a los golpistas y hasta pronunciaron discursos de despedida como bazas ante lo que asumieron inevitable.
Hoy el Pueblo ecuatoriano pasa por una prueba de fuego ante el fascismo interno y extranjero. Unasur, la Alba y los dirigentes progresistas de América tienen un gran reto: No puede pasar otra vez lo de Honduras. Estados Unidos no ha condenado el golpe ni lo hará, pues tiene sus garras infames metidas por completo. Tratarán por todos los medios de sacar del país al Presidente, de cercenar las libertades democráticas para contener la furia popular. Resulta proverbialmente ridículo escuchar el representante de Washington expresar que no sabe lo que esta pasando exactamente en Ecuador, cuando simples mortales como nosotros tenemos certeza de lo que allá sucede.
El plan es desarrollar golpes consecutivos en Latinoamérica. Desarticular Alba y Unasur. Si logran su objetivo en Ecuador, Vendrán pronto por lo que ellos consideran la cabeza de los cambios en la Patria Grande
Hoy más que nunca debemos andar rápido, como una columna guerrillera, en esta guerra asimétrica que desarrolla el imperio en contra del ideal integrador de nuestros libertadores, pues pronto estallará una segunda debacle económica que postraría al imperio. De allí su desesperación y su audacia para arremeter contra la soberanía de nuestros Pueblos.
Patria, Socialismo y Comités de Defensa de la Revolución.
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