Coincido con Fernández
Lira aunque hay que recordar que desde hace muchos años las llamadas
grandes Consultoras (de inversiones y riesgos) son las que detentan
el poder supremo en EEUU y en el mundo capitalista en general, con sus
grandes ramificaciones hacia la economía, las finanzas, el aparato
militar y comunicacional, y hacia todas las estructuras que de ellas
se derivan.
Esas gigantes consultoras
son las que viabilizan y hacen posible con mayor eficacia que el tipo
de concentración y centralización del capital y la producción responda
a su clase y sobre todo a sus grupos de interés que actúan en el plano
político, de manera que el rumbo y la dirección que tomen esos procesos
sean los que más les conviene a sus objetivos de dominación.
Si ahora es más evidente
para todos que esas grandes transnacionales son las que deciden el rumbo
financiero, económico y político que para ellas debe tener el capitalismo
es porque la profunda crisis les obliga a aparecer más visible, a tener
mayor protagonismo público y no menos importante es porque los grandes
medios de comunicación han perdido el monopolio de la comunicación
y una nueva red de informaciones se tejen desde las bases sociales promoviendo
un conocimiento mucho más oportuno y veraz acerca de lo que ocurre
en el mundo y por qué ocurre, algo que omiten deliberadamente las transnacionales
de las noticias.
No hay que olvidar a
Vladimir Ilich Lenin cuando hizo su famosa obra sobre el imperialismo
y expuso sus rasgos fundamentales (los monopolios, la exportación de
capital, el capital financiero, el reparto territorial del mundo) al
iniciarse el siglo XX, ni cuando el propio líder socialista ruso definió
que “la política es la expresión concentrada de la economía”.
A partir de ahí
hay que comprender que siguiendo las leyes del capitalismo, construidas
teóricamente por Marx, de que los capitales emigran hacia donde hay
mayores tasas de ganancias, no son precisamente ni Europa ni EEUU a
donde ha ido a parar esa masa critica de poderosos capitales que en
los últimos quince años le dio un vuelco a los tradicionales flujos
de capitales de inversión y posibilitaron que en la apuesta por China,
no ganara precisamente quien puso el capital sino quien hizo posible
la producción y la realización de las ganancias, lo que pudiera considerarse
como la primera gran derrota mundial económica del imperialismo porque
desde hace siete u ocho años esos excedentes de capitales en China
y esa gran producción china ha desplazado los capitales y producciones
estadounidenses y europeas, no sólo en muchos países del sur sino
también en el norte, y ha repercutido directamente, en varias formas
diferentes, en la política que es donde "se concentra la economía".
Hoy, el socialismo de
mercado de China ha elevado al país a ocupar el 2do puesto
mundial en producción interna bruta y el primero en varios sectores
de la economía, y mientras Europa y EEUU sufren recesión por más
de 3 años con secuelas sociales irreparables dentro del sistema capitalista,
el gigante asiático ha seguido su curso de crecimiento por encima del
8% y al mismo tiempo cooperado financiera y comercialmente con decenas
de gobiernos de Africa, Asia y América Latina. ¿Podrán las potencias
capitalistas alcanzar a China? ¿y EEUU evitar que se le vaya delante?
¿Bajo qué condiciones lo tendrían que hacer? ¿Son posibles? ¿Está
China sola en este empeño?
El análisis marxista
debe intensificarse, es parte de las tareas del momento actual, pues
hay que hacer obras, individuales o colectivas, semejantes a El Capital
y a "El imperialismo fase superior del capitalismo" pero a
la luz de los tiempos actuales y concluyéndola con el impacto que las
nuevas condiciones históricas, tanto objetivas como subjetivas, ejercen
sobre la política y la sociedad, lo cual nos guiará con mayor sabiduría
para comprender todo lo que ha pasado en aquellos mundos a los que el
Che dirigió su discurso en la Tricontinental en 1965 y en ese viejo
mundo en que, mientras hace más recortes sociales, más capitales emigran,
sea hacia China o hacia otra potencia del sur buscando -por ambición-
las mejores cuotas de ganancias y surgen más indignados en esas otroras
sociedades de bienestar.
Por cierto, el surgimiento
del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) en 2009 y
antes la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) en 2003 fueron
posible debido a la debilidad económica del sistema imperialista y
al impacto de las masas populares en los acontecimientos nacionales
en general y en las elecciones presidenciales en particular que han
fortalecido políticamente a las potencias emergentes.
Sin la comprensión de
lo general, en este caso el movimiento del mundo con sus principales
tendencias, difícilmente se pueda avanzar en comprender lo particular
de cada país y de cada una de sus regiones, y mucho menos transformar,
es decir, revolucionar las estructuras capitalistas y convertirlas en
socialistas, lo cual requiere el concurso consciente de al menos la
colectividad transformadora, esa masa crítica de la cual siempre nos
habla Hugo Chávez, con el liderazgo bolivariano característico, dispuesto
a hacer y cumplir lo que dejó pendiente Simón Bolívar.
Ahí está
Cuba, firme como una roca y dinámica como un huracán, con el pueblo
volcado en transformar las estructuras administrativas y productivas,
apoyados en los avances tecnológicos y científicos para actualizar
el modelo económico sobre el cual se seguirá construyendo el socialismo
cubano que tantos beneficios ha traído a los cubanos y cubanas y a
muchos pueblos del mundo.
El pensamiento bolivariano-martiano
va, cada día más, extendiéndose por todas las capas sociales y se
avizora su plena realización para los próximos años.
La fundación de la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) durante su naciente
Cumbre, con sus tres documentos programáticos (declaración, plan y
estatutos) y sus expresivos comunicados fijando la posición internacional
del máximo cónclave acerca de temas candentes de la región y el mundo,
es una contundente prueba de todo lo anterior y de que estamos en una
nueva época.
Precisamente, la nueva
época avizorada por los líderes populares latinoamericanos y caribeños
en la primera década del siglo XXI tiene su fundamento y expresión
en esa primera gran derrota económica del imperialismo mundial, sobre
la cual comenzarán a asentarse nuevas tendencias que abrirán más
el horizonte y “las grandes alamedas” a nuestros pueblos.
Para profundizar en este
crucial tema, la comunidad venezolana de profesionales de las relaciones
internacionales y defensores de la solidaridad mundial COVENPRI, constituida
recientemente e intercomunicada a través de covenpri@yahoo.es prepara un Foro Debate a realizarse el sábado
21 de enero con analistas internacionales (Lourdes Zuazo, Menry Fernández,
Romain Migus, Eva Golinger, Sergio Rodríguez, Thais Marrero, Neirlay
Andrade) que expondrán sobre la “Crisis del capitalismo y el resurgimiento
del Socialismo” desde visiones profesionales diferentes.
La CELAC es un primer
síntoma -que ningún gobernante de la región ignora- del salto cualitativo
ocurrido en la conciencia social de nuestros pueblos hacia la comprensión
profunda de sus potencialidades colectivas para vencer los obstáculos
neocolonialistas en la construcción del socialismo latinoamericano-caribeño,
la opción más viable para lograr el rápido desarrollo integral de
nuestras repúblicas y que todos logremos tener más seguridad, estabilidad
y felicidad.