Gracias a los triunfos de gobiernos de izquierda y de avanzada, América Latina se ha convertido en una de las regiones del mundo que experimenta mayor estabilidad política, económica y social. Los tres últimos quinquenios han ido perfilando una zona que con acertado pasos en su proceso de integración nos arrojan hoy un resultado altamente alentador acerca del futuro de la región.
Sus instancias, que obedecen a principios claramente geopolíticos así lo definen. Hablamos entonces de la CELAC, MERCOSUR, UNASUR y el CARICOM. Y más allá de estas organizaciones que en los últimos tiempos han jugado, cada una, un papel estelar en el proceso de la estabilización política, hay que destacar la inquebrantable voluntad de la mayoría de sus gobiernos en aportar los fundamentos para estos logros.
En todo este panorama que de manera optimista calificamos de esperanzador, persisten contradictoriamente nubarrones y lunares que manchan la deseada tranquilidad de sus habitantes. Tal es el caso de quien en un momento se erigió en “dueño del patio trasero” y mantiene el triste papel de “socio” instigador, provocador y camorrero.
Otra referencia es la exorbitante cantidad de bases militares en suelo colombiano. Siete bases militares en un país cualquiera, nos habla un de territorio ocupado. Este detallote, más la situación de Puerto Rico y la Cárcel norteamericana de Guantánamo, Cuba, son claras muestras de la soberbia, desfachatez y macabro coloniaje por parte de los Estados Unidos.
Bien, hay una América que se ha venido sobreponiendo a la maldad y se abre paso fuerza un labrado liderazgo popular que viene de sus propias entrañas. Es así como hoy podemos reafirmar en cualquier escenario o consulta, un resultado inequívoco y para referirnos a Daniel Ortega, Nicolás Maduro, Pepe Mujica, Rafael Correa, Raúl, Dilma y Lula, entre tantos.
Todos estos nombres nos hablan de un proceso de liberación que comenzó en la última década del siglo XX con referencias político-ideológicas claves. Inspiración en nuestras propias raíces, héroes y libertadores. Quienes hicieron férrea resistencia hasta el exterminio por parte de ejércitos invasores y quienes lograron grandes victorias para liberarnos. Cada pulgada de nuestro territorio, que fue bañada de su sangre, tiene el olor de la batalla, coraje, rebeldía y victoria.
Todo lo anterior para decir que no es nada casual la seguidilla de arrolladoras victorias populares que se vienen sucediendo a lo largo y ancho de nuestramérica. Son victorias que se están dando en base a resultados y haber convertido el ejercicio de gobierno en práctica democrática diaria, tangible y palpable.