Estados Unidos Vs Venezuela: Confrontación o negociación

Aunque ya se produjo una respuesta relativamente negativa por parte Departamento de Estado a la iniciativa del Presidente Maduro de que la Union de Naciones de Suramérica, UNASUR, promoviera una facilitación del diálogo con el gobierno de los Estados Unidos acerca de las actuales tensiones generadas por la política injerencista que ese gobierno mantiene en los asuntos internos venezolanos, debe considerarse positivo el hecho de que se reconociera que existen mecanismos directos de diálogo entre las partes para abordar el actual clima de tension y que se utilizara intencionadamente la expresion “en este momento”, que podría significar que el gobierno del Presidente Barak Obama no descarta, de plano, la posibilidad de abordar ese mecanismo en otras circunstancias y hacer presumir, como corresponde a un tratamiento diplomático de tales diferencias, que las palabras y el acento utilizado por la vocera del Departamento de Estado, no significa un “no rotundo” a la facilitación propuesta por Venezuela; razon por la cual, no solo es necesaria su continuación sino su ampliación, a través de otros mecanismos regionales como la CELAC e, incluso, por la CARICOM, tradicional amigo de los Estados Unidos de América y hoy, un socio importante de Venezuela en el Caribe.

A diferencia de la Cuba revolucionaria de 1959-1962 cuando se expropiaron de compañías de propiedad de ciudadanos estodounidense, se derrotó una invasión mercenaria financiada y dirigida por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de los Estados Unidos de América y, se estuvo en un estado de tension extrema por la presencia de misiles nucleares de la Unión Soviética en territorio cubano, las dieferencias entre los gobiernos de la República Bolivariana de Venezuela y los Estadas Unidos no estan relacionadas con ninguna reclamacion patrimonial ni politica internacional ni mucho menos, económicas, por cuanto Venezuela mantiene sus inversiones petroleras en los Estados Unidos a traves de CITGO, sigue surtiendo al mercado estodounidense cerca de 900 mil barriles diarios de petroelo y derivados, varias importantes emptresas petroleras estodounidense como la CHEVRON participan en igualdad de condiciones que otras corporaciones internacionales en el desarrollo de los yacimientos petrolíferos del la Faja del Orinoco, además de que Venezuela sigue invirtiendo miles de millones de dólares anuales en la compras de bienes y servicios – excepto material militar por la prohibición ilegal del gobierno de los Estados Unidos – del mercado estodunidense y, no existe ninguna restricción ni prohibición de inversion de empresas y ciudadanos estodounidenses en la economia venezolana ni tampoco, la política de defensa ni la modernización de los sistemas de armas de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana representan una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos ni de sus aliados en la región

En esencia, entonces, el conflicto planteado por el gobierno de los Estados Unidos de America con la República Bolivariana de Venezuela es de naturaleza geopolítica por el el carácter Soberanista, Socialista y Antimperialista de su Revolución Pacifica y Democratica y sus efectos integradores de la unidad de las naciones de América Latina y el Caribe, lo cual ha erosionado la centenaria hegemonía estounidense en la región, a lo cual se le une el control soberano que la República Bolivariana de Venezuela tiene de lo que se ha probado es la mayor reserva petrolífera del planeta; yacimiento de incalculable valor estratégico en tiempos de agotamiento – sin sustitución posible a la vista – de los combustibles fósiles, sobre los cuales el gobierno de los Estados Unidos y las corporaciones petrolíferas de ese país y del centro capitalista mundial pretenden reasumir su control, despues que de manera negociada la industria petrolera venezolano fue nacionalizada por el gobierno del president Carlos Andrés Pérez en el año 1975 y, el Presidentre Chavez, expulsara la alta gerencia de la empresa estatal PDVSA por estar asociada a las transnacionales del petroleo y pretender la reprivatización de la industria; además de participar directamente en el Paro de la industria petrolera en Abril y diciembre de 2002, en frustrados intentos de los empresarios, partidos politicos burgueses, burocracia sndical y la elite petrolera - con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos de America – de derrocar la Revolución Bolivariana al mando del Comandante Supremo Hugo Chávez Frias..

Los actuales reclamos del gobierno y el Congreso de los Estados Unidos sobre la presunta violación de los derechos humanos a la dirigencia y los activistas violentos de un sector de la oposición derechista venezolalana y, de manera especial, su solicitud de libertad para los dirigentes y militantes de partidos de la oposición procesados y condenados por la probada comision de diversos delitos contra la propiedad pública y privada, lesiones graves y asesinatos de civiles, funcionarios judiciales, policiales y militares y otros delitos, durante la operación subversiva identificada como LA SALIDA, que aún comanda el cabecilla contrarevolucionario Leopoldo Lopez; no solo es una injerencia inaceptable en los asuntos internos que viola el principio de Derecho Internacional consagrado en la Carta de las Naciones Unidas de “No Intromisión en los Asuntos Internos de los Estados” , sino que con ella pretende esconder su principal objetivo, eol cual es conocido por el pueblo venezolano y gobiernos y pueblos hermanos de Nuestra América y el mundo: el derrocamiento de la Revolución Bolivariana y el control de la riqueza petrolera venezolana; motivos causas que no han estado, no estan ni podrán formar parte de ninguna negociación con los Estados Unidos de América ni ninguna otra potencia extranjera.

Ello no niega que exista una amplia agenda de situaciones políticas, económicas y de seguridad que pueden ser atendidas por las vías diplomáticas por ambos gobiernos, en un plano de igualdad y respeto mutuo, porque, más allá de las profundas diferencias de intereses entre ambos Estados y gobiernos, no es sensato ni inteligente desconocer la existencia de intereses legítimos de los Estados Unidos de América en la región, los cuales se derivan de ser el país con mayor nivel de inversiones en América Latina y el Caribe y hasta hace poco, el mayor inversionista en Venezuela, la existencia de un intercambio comercial y tecnológico importante con el Mercado venezolano y receptor relevante de materias primas estratégicas, petróleos y derivados y alimentos para sus industrias y población provenientes de la región, cuya importancia deben ser consideradas a la hora de producirse diálogos y negociaciones; de la misma manera que el gobierno bolivariano tiene el legítimo derecho de incorporar en la agenda temas como la seguridad de nuestras inversiones en CITGO, el embargo de piezas y equipos militares de nuestros sistemas de armas de origen estadounidense, la interferencia y provocación de naves aéreas y marítimas en sus espacios soberanos, la aplicación del tratado venezolano-estaounidense de extradición y el cese al bloqueo financiero contra sus créditos en la banca multilateral, el tratamiento al gobierno venezolano sobre material de drogas y terrorismo, la aprobación de normas internas de los Estados Unidos que interfieren en los asuntos internos del pais, la material migratoria y consular y entre otros temas.

Iniciar ese proceso de acercamiento, exploración y contacto es hoy más importante porque la estrategia del gobierno de Barak Obama y su Partido Demócrata seguramente sufrirá un mayor giro hacia posiciones intolerantes con Venezuela y otros países de la región como Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia, en la medida en que se acercan más las elecciones de noviembre de 2016 porque, luego de su aplastante derrota en las elecciones para la renovación de la Cámara de Representantes y del Senado estadounidense, necesita con urgencia recuperar los cuantiosos aportes financieros del lobby sionista – hoy abiertamente inclinado hacia los republicanos sobre el tema Venezuela por su solidaridad con la causa palestina -, las corporaciones financieras y del complejo militar-industrial y los votos decisivos del electorado belicista que votó por sus ofertas de seguridad social, para poder tener alguna posibilidad de victoria en los comicios presidenciales.

En conclusion, apostando por las ventajas políticas que significan la posibilidad de establecer un mecanismo de diálogo y negociación sobre temas mutuamente acordados, la iniciativa de facilitación internacional de UNASUR y CELAC, combinada con algunas iniciativas de carácter judicial nacional e internacional y una efectiva cobertura mediática a los pronunciamientos del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela sobre sus diferencias con el gobierno de los Estados Unidos, pueden ser hoy, la manera más adecuada para construir un escenario de convivencia con el gobierno de los Estados Unidos, en el cual las diferencias y las tensiones no serán eliminadas - dada la naturaleza esencialmente política del conflict -, pero ayudará a canalizar tales confrontaciones y neutralizar sus efectos mediante la intervencion facilitadora de terceros interesados legitimamente en mantener a America Latina y el Caribe como una Zona de Paz, Democracia y Desarrollo con Justicia Social.


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Yoel Pérez Marcano


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