¿Qué hacer frente a un ataque o invasión del imperio de EEUU?

A raíz de que las ofensas del imperio, contra Venezuela, se han ido intensificando; y, aún antes de manifestarse he alertado, a través de mis artículos, que más temprano que tarde el imperio yankee nos iba a invadir, inclusive dije "que, indefectiblemente el imperio vendría por nuestro petróleo, pero que no sabíamos cuando; pero ahora yo creo que no hay un solo venezolano que no sepa, que solo es cuestión de días para que vengan a hacerse con nuestro petróleo. Escúchese bien, con NUESTRO PETRÓLEO, y hago énfasis en el término nuestro, porque eso nos obliga a defenderlo ya que es parte de nuestra soberanía, de él depende nuestra sobrevivencia: nuestra alimentación, nuestra educación, nuestra salud y, en términos generales, nuestro "modus vivendi".

Yo lamento mucho, que quienes debieron haberme oído, no lo hicieran, se dejaron llevar por aquella mala conseja, de algunos de nuestro políticos, de que el imperio no nos iba a invadir, y, cuando éste mostró los dientes, dijeron que eran fanfarronerías de sus voceros; inclusive, cuando dije que estábamos siendo bombardeados por una severa guerra de cuarta generación y que había que crear un organismo multidisciplinario para hacerle frente y neutralizar sus matrices de opinión, saltó uno de ellos y dijo que ese era un tipo de guerra nazi y nosotros no éramos nazis; y, quizás, esa decisión de ese personero es una de las causas que ha imposibilitado nuestra defensa correcta y oportuna. Ya sabemos, que todas las futuras invasiones del imperio van precedidas de manifestaciones de este tipo de guerra, que tienen como finalidad la de modelar las opinión pública, tanto interna del país a ser invadido, como de la externa, de manera de justificar la tal invasión. Recuerden el caso de Iraq, y la tenencia de armas de destrucción masivas; o de Afganistán porque allí se encontraban los autores del atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, que ya todo el mundo sabe que ese atentado fue una maniobra imperial, que costó más de cinco mil víctimas, para poder tener una excusa para poner en práctica el concepto de guerra preventiva. Los efectos de este tipo de guerra de cuarta generación son más demoledores que los misiles modernos, porque van dirigidos a la toma de tú cerebro, de manera que hagas lo que se te ordene, no importa que se te planten las más atroces medidas contra tu país; tal y como está sucediendo con la mayoría de nuestra oposición, que llegan al extremo de manifestar su complacencia con la destrucción de Venezuela.

En mis últimos artículos propuse la necesidad de darle prioridad a la protección de nuestra soberanía, desarrollando una plataforma de defensa que pudiera generar un grado de disuasión que impida que seamos atacados e invadidos. Por Dios, si sabemos que tenemos las reservas de petróleo más grandes del mundo, teníamos, obligatoriamente, que llegar a la conclusión que, tarde o temprano, el insaciable apetito de conquistar el mundo por parte del imperio los traería directamente a nuestro País. En este punto, pido que no nos desesperemos, detengámonos, por un instante a pensar en la solución que nos dejo nuestro comandante eterno, de que "solo el pueblo salva al pueblo", y si lo digerimos mejor, es la única solución de que disponemos en estos instantes. Ahora bien, en qué consiste este principio, que por cierto, ya fue utilizado por el valeroso pueblo de Vietnam frente a la invasión imperial en la década de los años sesenta. Pues bien, este consiste en poner en vigencia, sobre la marcha, el principio del "pueblo en armas"; o sea, seleccionar dentro de los cuadros del Polo Patriótico a un millón de voluntarios, en la mejor edad, para que se ocupen de salvar nuestra Patria. Habrá que entrenarlos rápidamente en aquellas tácticas de apoyo a nuestra valerosa Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Es una tarea titánica, pero indispensable para nuestra salvación. Todo esto implica que debemos rebuscar, donde sea, el armamento individual necesario para que este arrojado grupo de héroes pueda cumplir su gloriosa misión.

En el campo internacional nos queda el recurso de acudir a las dos potencias que pueden hacerle frente exitosamente al imperio yankee, como lo son Rusia y China, y plantearles un pacto de defensa mutua, que se resumiría en esta frase salvadora: "cualquier ataque o invasión a Venezuela será tomado como un ataque a las antes mencionadas potencias, y, en consecuencia, estas obrarán como si se tratara de un ataque o invasión a ellas. Esto, por supuesto, actuaría como freno inmediato a las aspiraciones imperiales, dado que un escenario como este sería desventajoso para el imperio, porque trasladaría una futura guerra a las cercanías del territorio sede del imperio (home land), que ha sido una de las premisas de EEUUAA, de alejar los posibles teatros de guerra lo más posible de ese su "home land ".

En el ámbito continental, afortunadamente Chávez nos dejó unos anillos de seguridad formidables, como lo son la CELAC, LA ALBA y UNASUR; y, como quiera que no se trata únicamente de la seguridad de nuestro País, sino de toda América Latina, debemos presionar a estos organismos para que se declaren en sesión permanente hasta tanto haya pasado cualquier peligro de ataque o invasión a la patria de Bolívar, que es la misma Nueva Jerusalén de Dios, y que seguro estoy, de que Nuestro Señor no va a permitir que ninguna bota imperial ensucie nuestro sagrado suelo.

Ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y Comandante en Jefe de su Fuerza Armada, dígame usted donde debo acudir para servir a mí País con el mayor amor, diligencia, lealtad y la experiencia obtenida en mis treinta y cuatro años de servicio militar a mi idolatrada Patria.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2163 veces.



Braulio Martínez Zerpa

Coronel en retiro de la Aviación Militar Bolivariana y abogado del pueblo. Independencia y Patria Socialista.

 brauliomartinez@cantv.net

Visite el perfil de Braulio Martínez Zerpa para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Braulio Martínez Zerpa

Braulio Martínez Zerpa

Más artículos de este autor