Tantos calificativos hemos oído y leído acerca del pronunciamiento hecho por el Presidente de los Estados Unidos, en el cual se declaran en estado de "emergencia" por considerar a Venezuela como "seria amenaza nacional" para la seguridad, utilizando falsos argumentos como la violación de los derechos humanos y otras falsedades.
A sabiendas que el tipo no ha dicho pistoladas ni hace gárgaras con el decreto publicado, y más allá de quedar perplejos, no hay dudas que hemos entendido perfectamente el mensaje. Nos tienen ganas. Nos quieren echar una vaina.
Acerca de las reales intenciones de la ley ejecutiva no hay espacio para la imaginación. Cada mes y cada día del calendario de cualquier año, de cualquier siglo, nos refiere a fechas funestas y momentos sangrientos, determinadas por decisiones como las anunciadas por el señor Obama.
El imperialismo norteamericano, ahora cuando algunos se convencen que sí existe, no ha tenido un ápice de hermandad ni gesto de solidaridad con Latinoamérica ni con cualquier país del mundo que pretendan subyugar por poseer las materias primas que les interesa.
Acabar, desolar, dejar miseria y tristeza a sus pasos ha sido la constante. Aquí en la Américanuestra el saldo es demasiado costoso. Con regímenes militares y civiles afectos diezmaron a nuestros países por décadas. En nombre de la democracia, los derechos humanos y la libertad han invadido, valiéndose de una descarada y grosera desigualdad militar para someternos e imponer gobiernos títeres y desnacionalizados.
De manera que ante la decisión tomada por el Presidente Obama en contra de nuestro país, los calificativos emitidos por prominentes líderes dejan al desnudo o en pelotas las macabras intenciones de un "premio nobel", en cuya hoja de servicio como primer presidente afrodescendiente, destacan las invasiones y matanzas con increíbles y sorprendentes pretextos.
Con el cuidado de morirse de la risa o afirmar "a otro perro con ese hueso", no dejamos de estar convencidos que Obama es más peligroso que un mono con una hojilla. De manera que para muchos la amenazante decisión es: inaceptable, injerencista, ridícula, coercitiva, ilegal, unilateral, intimidante, lamentable, grave, etc.
Nuestro hermano y líder Boliviano, Evo Morales, alerta en sus declaraciones que con este nuevo ataque imperialista, Estados Unidos está "planificando la intervención militar a Venezuela". Les recuerda Evo que ya se acabó el tutelaje y ya no se viven tiempos de colonia. Exige que Obama "debe pedir perdón a Venezuela por sus amenazas".
Bien acertado y contundente Evo, a sabiendas que la exigencia es a la soberbia, a la omnipotencia imperialista y a quien no solamente nos quiere torcer el brazo sino vernos arruinados como país y calcinados con sus bombas.