¿Quién dijo miedo?

Es posible que el gobierno de los Estados Unidos, y de manera muy especial su Presidente, estén sorprendidos con la reacción mostrada por el pueblo venezolano y todo latinoamérica, luego de emitir su amenazante decreto en contra de nuestro país.

A sabiendas de lo aventurero que han sido todos los gobiernos norteamericanos y en conocimiento de su conocida agresividad cuando se proponen invadir pueblos y montar mandatarios títeres, no dudamos que el "premio Nobel" ha sido portavoz y ejecutor de las peores políticas para sembrar terror y desolación en países que les apetece por su abundante materia prima.

Ante tan nefasta decisión del Presidente Obama, rechazada en el mundo entero para su sorpresa, no hay que bajar la guardia. Si en algún momento había que dormir con un ojo abierto y el otro cerrado, ahora hay que hacerlo con un ojo abierto...y el otro también. Y con el riesgo de ser consignista o panfletario, ya se han dado cuenta allá en el norte que es una verdad esto de: "Alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina".

De que se han sorprendido, no hay dudas. Se han dado cuenta que la solidaridad recibida por Venezuela tiene la profunda razón de patria grande. Refleja de manera clara y contundente los grandes deseos de todos nuestros países de vivir en paz y exigir el respeto que nos merecemos. De reivindicar ante quienes nos pretenden avasallar el carácter soberano y la firme decisión de nuestra autodeterminación.

Afirmamos que la razón y la convicción del camino decidido a partir de 1999, no nos envalentona. Nos embarga un profundo sentido de querencia y respeto por nuestro pasado y presente, como consecuencia de ser herederos de la grandeza patriótica y libertaria de Bolívar, Sucre, Miranda, Zamora, Chávez y tantos héroes y heroínas que cada día nos inspiran y fortalecen. Y más allá de los confine patrios, esta América está sembrada de coraje y dignidad.

De manera que nos llena de orgullo la decisión de respaldo y solidaridad de UNASUR, ALBA, CELAC, Grupo 77+China, No Alineados y el apoyo infinito y amoroso de muchas organizaciones políticas internacionales, frentes sociales y personalidades

Nos da fuerza ver a nuestros compatriotas volcados a convertir sus firmas en dardos que apuntan al corazón de los miserables. Las movilizaciones que han seguido a la amenaza imperial son la muestra de un pueblo que exige vivir en paz y decidido a labrar su destino. Esto precisamente no le gusta a los círculos de poder de los Estados Unidos. Menos le agrada el alto espíritu de cuerpo y unidad que embarga hoy al pueblo venezolano.

Lo cierto es que ante la soberbia del Presidente Obama, le hemos respondido con firmeza y exigiendo el respeto que nos merecemos. Venezuela seguirá movilizada y alerta ante los premiados nobeles del guerrerismo.



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Juan Azócar


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