Introducción
Contrario a todo maniqueo chovinista, relato que solo ha servido a los imperialistas, el conflicto en la frontera Colombo-Venezolana, no obedece a una pugna de nacionalidades, a la confrontación entre dos pueblos, uno abusado por el otro y el uno con el derecho a defenderse del otro. Tal como han arengado morbosamente los medios de ambos países.
Aclaremos, que la frontera entre ambos países, en realidad es la partición del territorio por dos estado/nación y fue delimitada originalmente con el fin expandir y asegurar el proyecto de colonización del reino de España, de la explotación de las riquezas y la fuerza de trabajo contenida en este territorio. Por el occidente el virreinato de Nueva Granada y por el oriente la capitanía general de Venezuela.
De los peligros de tales particiones nos advertía el general Francisco de Miranda, quién por el contrario consideraba que la posibilidad de vertebrar un mundo nuevo pasaba por la consolidación del proyecto denominado precisamente Colombia, que trataba "la unión de los latinoamericanos como condición de liberación"; tal proyecto fue asumido también por Bolívar quien en su carta de Jamaica de la que recientemente se conmemoraron 200 años arengaba por la unión de América, mas grande por su libertad y gloria que por la extensión de su territorio y sus riquezas.
También es destacable, la historia de heroicidad e iniciativa política y económica que se ha desarrollado en esta frontera; de la que en su lado andino se propició la Comuna de los andes contra la dominación española, el paso de la campaña admirable libertadora, incluso a finales del siglo XIX, esta región fronteriza constituyó un gran centro de producción agrícola, que fue pulmón de la economía de ambos países. Entonces podemos afirmar que la presencia de las repúblicas separadas de Colombia y Venezuela es el proyecto de la traición y la claudicación ante los imperios, es la división de los pueblos para que reinen los poderosos.
Dos Modelos de economía y política.
Con la explotación del petróleo en Venezuela se propició por un lado el apalancamiento del gran capital de los carteles petroleros, no sin lucha, resistencia y conquista de reformas por parte del pueblo trabajador, vale recordar la gran huelga petrolera de 1936, el impulso popular por la reforma de hidrocarburos gestionada por el medinismo, y finalmente el pacto de punto fijo, en los que se configuró un modelo económico cuyos ingresos centrales son captados por el estado nacional, ingresos que fueron gestionado para los intereses imperialistas en la denominada IV República y que hoy son el sostén de la política social del gobierno bolivariano. Por otro lado, en Colombia, el modelo económico se basa en la explotación agrícola, minera y también del petróleo pero los ingresos centrales son propiciados y captados por el capital privado. Que en todo momento ha intentado imponer sus privilegios por la vía del terror a los campesinos y al pueblo trabajador colombiano, que también ha librado una resistencia heroica. Podemos decir que ambos modelos son estructuralmente neocoloniales, es decir, son producto de la división internacional del trabajo que imponen los monopolios transnacionales y su mercado mundial.
Sin embargo, debemos añadir que a comienzos de siglo XXI, los espacios de la marginación económica y social de poblaciones enteras dejados por el proyecto neoliberal ensayado a sangre y fuego en Colombia, los tomó sin pestañear la economía lumpen-proletaria a través de la producción y el trafico de drogas, que llegó a ser tan poderoso que tiene presencia determinante en el congreso, tuvo un presidente, cooptó y desplegó tropas paramilitares para sembrar el terror en toda la población e instituyó un régimen de economía ilegal en la frontera con Venezuela, base de operaciones del trafico de drogas, armas, prostitución y paramilitarismo (exportación) por un lado y por el otro del contrabando de gasolina, alimentos y rubros subsidiados por el estado venezolano (importación).
Cabe destacar, que el tráfico de combustible fue legalizado en Colombia a través del Decreto 2340, logrando que el 80% de las personas que llevan combustible de forma ilegal a Colombia paguen impuestos, taza, marcaje y expendio, todo esto atesorado por el estado nacional.
Tal dominio de los agentes del narcotráfico caotizó y relativizó el dominio del imperio estadounidense en la región, que responde interviniendo al país con la instalación de siete bases militares cuyos fines fueron controlar la producción de coca, subordinar a los procesadores de cocaína y a los traficantes internacionales y además intensificar la destrucción de la insurgencia revolucionaria.
Con estos controles, se haría franco y abierto el enfrentamiento entre los dos modelos de economía/política. El de la revolución bolivariana que apuntalada en la renta petrolera, se centra en la presencia del estado y su rol de protector social, sostiene un peso importante en las políticas sociales, educativas y culturales, además de fuertes subsidios a los alimentos, gasolina, servicios, vivienda entre otros. Y por el otro, el proyecto neoliberal, de la privatización arrodillada a los monopolios multinacionales, de los TLC con Estados Unidos, de las bases militares y de la economía mafiosa.
Caída del precio del petróleo genera agotamiento de la gestión social del capitalismo rentista
A pesar de la protección social y las reformas políticas que propician una democracia dinamizada por la participación de las masas populares, “sin llamarnos a engaños”, Como se refirió el presidente Chávez, la formación económica social en Venezuela es capitalista, rentista y dependiente. En resumen se trata de una economía dependiente de la renta petrolera, conectada al mercado mundial, situación que la revolución no ha logrado transformar estructuralmente, lo que ha supuesto que en estos años:
1. La Revolución bolivariana ha mantenido el subsidio a la gasolina que se eleva a 15 mil millones de dólares cada año, lo que implica la mitad de sus reservas internacionales.
2. La Revolución bolivariana ha sobrevivido a la enorme fuga de capitales de los sectores privados, que se estima que en 10 años ascendió a 200 mil millones de dólares.
3. La revolución bolivariana, aún con el control cambiario soportó los mega fraudes en el uso de las divisas, que en dos años llegaron a ser mas de 20 mil millones de dólares.
4. La Revolución bolivariana ha tenido que sobrevivir a que el 40% de los alimentos que llegan al país y que son subsidiados se trafiquen hacia Colombia. Y que se fuguen más de 100 mil barriles de gasolina diarios.
Pero cuando la crisis mundial del capitalismo golpea los precios del petróleo, llevándolos a menos de 40 dólares, la base material que sustentaba la convivencia de por un lado, el sostenimiento de la protección social y por el otro el apalancamiento del modelo de acumulación de los explotadores privados, comienza a agotarse. Por tanto, llega la hora de detener la hemorragia.
El presidente Maduro en medio de una difícil situación de desabastecimiento y presiones a la moneda, elige por los momentos no intervenir el comercio importador, tampoco controlar las industrias de rubros principales, tampoco opta por incrementar el precio de la gasolina, sino, que optó por el cierre de las fronteras.
Con esta medida, se frena la hemorragia en la frontera con Colombia que compromete la estabilidad económica y social y la continuidad del gobierno bolivariano; Pero el epicentro de este conflicto que se traslada hasta el estado Colombiano y que debe dilucidarse, es ¿cual modelo Político/económico puede sostenerse en medio de la volátil caída de precios de las materias primas, de la crisis mundial del capitalismo?, será eliminar los subsidios y la inversión social como sugiere la canciller Olguín y el coro de los neoliberales?, ¿será el construir una frontera legal y de paz? O será la revolución del poder popular, el socialismo? En los próximos capítulos evaluaremos estos y otros escenarios.