(EVITAR LA GUERRA Y NEUTRALIZAR A LOS GUERRERISTAS ES UN ACTO PATRIOTICO)
Me escribía un amable lector sobre la insistencia de este "opinador", sobre el hecho histórico en los temas que trato, cosa que aprovecho para decirle por esta vía, que no hay evento por pequeño que sea que no esté ligado al pasado y no se le puede negar la relación en la escritura, las partículas o detalles arman y vinculan, la vida espiritual y material. Quiero comentarle además sobre una exigencia que me hace de ir: "al grano que es lo que nace", esto en realidad, no es tan así en las ciencias agrícolas. Pero bueno, vamos a sembrar una idea a mi manera, a ver si fructifica, ¿Verdad Kotepa?
En estos días copa todos los espacios de la comunicación, el lenguaje de la Guerra, de presiones y amenazas provenientes de todas partes; Casablanca, Pentágono, Unión europea, algunos países latinoamericanos y todo ello acompañada de supuestas movilizaciones de tropas, flotas y generales. Esta abundante información puede interpretarse de muchas maneras, entre otras pensando que, dada la realidad actual venezolana y la experiencia histórica, no deben subestimarse las posibilidades de la materialización de las amenazas. Tampoco debe extrañarnos la visión insensata y desquiciada de unos cuantos "peliculeros" imaginándose a una caterva de marines gringos entrando en nuestras ciudades con sus tanques, carros de combate y ¿Jeep o Hummer? En plan de liberadores lanzándonos chocolates, después de la acostumbrada devastación.
Por otra parte, tampoco debe sorprendernos ver a ciertos líderes sudorosos encaramados en tarimas discurseando y prometiendo su inmolación si es necesario e invitando a los oyentes a seguirles en el sacrificio.
Las emociones y la admiración e ingenuidad por los hechos heroicos, son propias de todas las edades, situaciones y tiempos. Recuerdo en mi infancia la alarma pública que causó la presencia de un caimán en el rio Neverí, cerca del viejo puente en el barrio Portugal en la ciudad de Barcelona. La poblada en la orilla veía al saurio y hacia conjeturas; cerca de mi estaba un condiscípulo de la escuela primaria, muy nervioso e inquieto, caminaba para allá y para acá, colocaba la mano izquierda con frecuencia en el cuchillo que llevaba en la cintura, era mi compañero de clase integrante de los Boys Scout, y portaba su impecable uniforme, ¿cuántas ideas heroicas no pasarían por su mente en aquel momento?, mientras tanto el caimán se vacilaba su baño vespertino.
Sin embargo, anécdotas de la infancia aparte, hay que entender que hay situaciones verdaderamente graves como las que atravesamos en nuestra nación, por lo tanto, que La Fuerza Armada y las milicias Bolivarianas hagan sus ejercicios, para mantener el tono muscular y aceitada la maquinaria, es un acto normal, sin que eso implique alardes y alharacas, porque al fin y al cabo eso forma parte de sus atribuciones constitucionales: la defensa de la Soberanía Nacional.
Lo que si hay que revisar y evitar es la vocinglería política a la cual estamos habituados culturalmente en la vida electoral y trasladarlas mecánicamente a este delicado contexto. El que más ofrece y grita, ese es un "vergatario", no estamos para la demagogia y la palabrería bélica, pienso que como pueblo y nación no somos los más interesados en la guerra. La historia de las guerras es maluca, y el esfuerzo e inteligencia que hay que desplegar es para evitar el despertar de los cañones, neutralizar a los guerreristas y evitar la guerra, esto sería un verdadero ACTO PATRIOTICO.
No hay que olvidar que si se trata de Guerra, y, de muerte, este pueblo venezolano sabe algo, pues tenemos unos cuantos años sometidos a una Guerra, con sus constantes fallecimientos por carencias de medicamentos, por la descompensación biológica por falta de nutrientes (hambre) y enfermedades que se derivan de ello, y el hampa que aporta lo suyo. Es decir hay una afectación demográfica y un desgaste físico- psíquico-social prolongado. Entonces ¿al grano que también nace? La Guerra como lo han señalado los clásicos es una forma de hacer política, y hay que agregar a ello que también pueden ser asuntos de "negocios" por aquello de que política y economía, no marchan separados. La Guerra hasta ahora, su característica ha sido la violencia en todas las formas: exacciones saqueo, destrucción, REPARACIONES y, entre otros pagos: infames tributos.
Recordemos en el Mundo Antiguo, el origen del Minotauro, fruto de la concupiscencia de Pasifae con un hermoso toro del rebaño de su marido Minos rey de Creta. Este monstruo encerrado en el Laberinto cada cierto tiempo requería para satisfacer sus necesidades: de jóvenes y doncellas enviadas de Atenas, obligada a TRIBUTAR a Creta, seguramente por deudas bélicas. Pero el asunto no se queda en la mitología, porque en la realidad las guerras en todo el mundo antiguo implicó: muerte, destrucción, secuestro de mujeres, pago de tributos a los vencedores, despojo de tierras y esclavitud. Ahora bien en las sociedades posteriores el comportamiento no es el mismo, PERO SE PARECEN.
En nuestra Venezuela de comienzos del Siglo XX, bajo el gobierno de Cipriano Castro, las potencias europeas Inglaterra, Alemania e Italia, con el pretexto de deudas contraídas por la nación y supuestos impagos; en el marco de un país azotado por severos problemas económicos y fuertes contradicciones políticas endógenas, establecieron un bloqueo a la nación, cañonearon algunos puertos importantes y hundieron varios buques venezolanos. Después de esta agresión los tribunales internacionales, partiendo de un viejo aforismo "la historia la escriben los vencedores", quienes también hacen las leyes, le impusieron al país agredido Venezuela, unas duras REPARACIONES DE GUERRA , además del pago de las deudas anteriores supuestas generadoras del conflicto, lo que significó, impuestos y varios años de estrecheces económicas de la población. En 1913 Juan Vicente Gómez, instalado como gobernante después de la defenestración de su compadre les informaba a los venezolanos sobre el pago total de la deuda.
En la Primera y Segunda guerra mundial, a la Alemania vencida le impusieron severas reparaciones de guerra (Tratados de Versalles y Potsdam) y además del endeudamiento que adquirían con las empresas transnacionales restauradoras de las ciudades, fábricas y la infraestructura vial.
Tratándose de vencedores, vencidos y reparaciones, uno se pregunta ¿Los franceses pagaron reparaciones por sus años de guerra contra Vietnam del Sur, donde fueron derrotados política y militarmente de manera clara en Dien bien Phu, Igual pregunta nos hacemos con los gringos que tuvieron veinte años lanzando bombas, para destruir la total infraestructura de Viet Nan del Norte exterminar a la población y, además utilizaron cuanta cosa química disponían, para eliminar la vegetación, cultivos, y animales (tierra arrasada) sin embargo , también fueron derrotados y echados de aquellos territorios. Pero insisto ¿Pagaron reparaciones?
Cuando leemos sobre las guerras del pasado y vemos las imágenes en el cine, los millones de muertos soldados y población civil, tanta destrucción, el horror de los campos nazis de concentración, tortura y muerte, pensamos que eso es pasado, que esa locura no nos toca, resulta que la demencia bélica está muy cercana en este Siglo XXI: Libia, Afganistán, Siria, Irak y otras naciones que conocemos menos, pero donde igualmente ha habido experiencias atroces, que solo caben en la razón de la sin razón. Esas naciones en su mayoría destruidas o semidestruidas, aún liberadas del horror de la guerra, sus pueblos pagarán por generaciones a los agresores, el costo de los misiles, bombas y proyectiles con que destruyeron sus bienes y asesinaron a sus gentes.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL
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