Simón Bolívar en 1806 viajó a los Estados Unidos, el caraqueño había partido desde el Puerto de Hamburgo a Norteamérica.
Pocos datos se tienen sobre la estadía del futuro héroe venezolano, en las tierras de George Washington.
Es posible que en ese tiempo Simón pudiera admirar un sistema político sin nobleza, pero sabía que no se debía copiar a los yanquis en el sistema político.
Muy claro lo dejó en el Discurso de Angosturas: "….con respecto a la Nación Americana, debo decir , que ni remotamente ha entrado en mi idea asimilar la situación y naturaleza de los Estados Unidos tan distintos como el Inglés Americano y el Americano Español."
Seguramente mucha seria la decepción al ver el comportamiento de los norteamericanos en lo relativo al movimiento independentista, poco a poco se iría formando una opinión sobre la política yanqui.
Primeramente el gobierno de los Estados Unidos insinuaba a las colonias españolas que se independizase y que apoyaría a los diputados que les enviasen.
La Junta Suprema de Caracas el 19 de abril de 1810 envía emisarios a Norteamérica, Juan Vicente Bolívar, Telesforo Orea y José Rafael Revenga y cuando les remite 6.000 pesos para que compren armas , les responde el gobierno gringo: que toda la producción la tenían destinadas al gobierno español.
En Inglaterra, Miranda y Bolívar no consiguen bueno resultado ya que la "pérfida Albión" aduce que están aliados con España en contra de Napoleón Bonaparte.
Telesforo Orea llega a los Estados Unidos el 23 de abril de 1811 y casi un mes después se entrevista con James Monroe; Secretario de Estado, y James Madinson; el Presidente; que le manifestaron que el gobierno consideraba necesario mantenerse neutrales en el conflicto entre las colonias y España.
Lo único que consigue Orea es que le permitieran comerciar armas con casas comerciales particulares.
Concluyendo el año de 1812 se intentó obtener ayuda de los Estados Unidos para Venezuela y Nueva Granada enviando al venezolano Manuel Palacios Fajardo que el 26 de diciembre se entrevista con Madinson, Monroe y el Secretario Graham, quienes manifiestan la sorpresa de que exista Nueva Granada después de los triunfos de Monteverde en Venezuela.
Tres días después Monroe le participa a Palacios que los Estados Unidos no pueden comprometer su neutralidad.
Bolívar el 18 de agosto de 1815 acusa a España de aniquilar el Nuevo Mundo y acabar con sus habitantes, en una carta dirigida al Editor de. Royal Gazette.
En su Carta de Jamaica, más tarde decía: "….nosotros esperábamos con razón que todas las naciones cultas se apresurarían a auxiliarnos…."
"….No solo los europeos, pero nuestros hermanos del Norte se han mantenido inmóviles espectadores de esta contienda……"
Realmente los patriotas esperaban la ayuda del gobierno del Norte, García de Sena en 1813, hizo gestiones en Washington y la respuesta que obtuvo fue que estaba en paz con España. El comportamiento indiferente de los gringos respondía a una política deliberada que llegó a tener la Ley de Neutralidad sancionada el 3 de marzo por el Congreso norteamericano.
Bolívar entendía la mala actitud de los norteamericanos en contra de la independencia de las colonias españolas y el 20 de diciembre de 1819, en carta al Presidente de Cundinamarca se quejaba: "….y aún nuestros hermanos del Norte, han permanecido tranquilos espectadores de nuestro exterminio."
En 1817 desde Angosturas, Simón intenta iniciar una política que este dirigida a lograr el reconocimiento de los países que tenían alguna importancia en esos días.
Lino de Clemente es enviado para lograr el reconocimiento y obtener ayuda, pero fue vetado por los gringos por el asunto de la isla Amelia, incidente donde un grupo de patriotas toman ese territorio español de la Florida y son expulsados por el gobierno de Monroe.
El 12 de julio de 1818 llega Angosturas un agente enviado por el gobierno de los Estados Unidos. Bolívar pensaba que ese embajador venía a reconocer al gobierno de Colombia Bautiste Irvine, pero estaba equivocado.
Venía a realizar una nota de protesta ya que los patriotas venezolanos habían detenido las goletas "Tiger" y "Libertad" en el río Orinoco, que comerciaban armas con los españoles. Habían tratado de burlar el bloqueo que tenía el Almirante Brión contra los realistas en el Puerto de Angosturas.
Se produce un duelo epistolar entre el yanqui y el Libertador, quien luego comprendería que si los norteamericanos prestaban auxilio militar a una nación beligerante, es implícita una declaratoria en contra de su enemigo y eso se lo manifestaría al embajador norteamericano en una misiva el 6 de agosto de 1818.
En otra carta de 20 del mismo mes, el caraqueño señalaba: "Habló de la conducta de los Estados Unidos del Norte con respecto a los independientes del sur y sus rigurosas leyes promulgadas con el objeto de impedir toda especie de auxilios que pudiéramos procurarnos allí."
Ya para la epístola de 7 de octubre, el Libertador al ver la terquedad de Irvine y que insiste en llamar la captura de los barcos que llevaban al ejército español armas, "ilegales" finaliza:
" ….Parece que el intento de V.S. es forzarme a que reciproque los insultos , no lo haré, pero si protesto a V.S. que no permitiré que se ultraje ni desprecie al gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndolos contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra población y el resto que queda ansia merecer igual suerte."
Irvine retorna a los Estados Unidos en 1819, pero los yanquis no dan por terminado el asunto.
El 25 de julio se aparece el Comodoro Perry para continuar el reclamo y el Vicepresidente Zea cede ante las presiones, actuación que indigna al Libertador.
Ya nada bueno podían esperar de los norteamericanos los patriotas colombianos, no sería hasta el 8 de marzo de 1822 cuando los gringos reconocen la Independencia del Colombia la Grande.
El caraqueño sabía que tenían la necesidad de una fuerte unidad de los pueblos con un mismo idioma y unas mismas costumbres, por eso plantea a Joaquín Mosquera; Ministro de Colombia; para las Repúblicas del Sur; la necesidad de un Cuerpo Anfictiónico o una Asamblea Plenipotenciaria.
Para el 7 de diciembre de 1824, Bolívar convoca el Congreso de Panamá, dirige una convocatoria a los gobiernos de Colombia, México, Río de la Plata (Argentina), Chile y Guatemala.
Los Estados Unidos se dedican a sabotear la convocatoria, pero para ese año ya Simón tenía un pésimo concepto de los gringos y así se lo manifestó a José Rafael Revenga:
"Jamás conducta ha sido más infame que la de los norteamericanos con nosotros…"
A Guillermo White le expresaba en una carta:
"La América del Norte, siguiendo su conducta aritmética de negocios, aprovechará la ocasión de hacerse de las Floridas, de nuestra amistad y de un gran dominio del comercio."
Con ese conocimiento el Libertador debía contar con un arma para enfrentar las amenazas de los Estados Unidos y esta era: La Unidad Latinoamericana.
La iniciativa de invitar a los yanquis fue de Santander y esto dañaría los planes de Simón Bolívar, la invitación realizada por el granadino a los gringos fue un duro golpe a la unidad de los países latinoamericanos.
Simón se oponía a la presencia de los Estados Unidos en el Congreso de Panamá.
El gobierno norteamericano instruye a sus agentes diplomáticos para sabotear la constitución de una Asamblea Plenipotenciaria. Mientras Bolívar trabajaba para lograr la Unidad Latinoamericana, los yanquis arreciaban para evitar que esa unidad se concretara.
La mentira, el soborno y el apoyo del contrabando de armas para los españoles, era la táctica del gobierno norteamericano. Cuando se conoce la celebración del Congreso de Panamá, los Estados Unidos e Inglaterra con sus agentes consulares comienzan con las infamias, tácticas que no han dejado de realizar en estos tiempos.
Para el año de 1829 los Estados Unidos envían a Bogotá un Embajador de nombre William Henry Harrinson y ese hombre no se podía catalogar como una persona nada conciliadora, era de personalidad violenta.
Como serían sus reacciones que cuando en un banquete, alguien propone brindar por el caraqueño y Washington, este hombre; militar de carrera; rabioso grita que es mejor Washington muerto que Bolívar vivo.
Ya para ese tiempo se habían caído las caretas, los yanquis incentivan el alzamiento del General Córdoba, ya se encontraba Colombia la Grande moribunda y Bolívar luchaba para impedir que se acabase, pero al final el Héroe caraqueño había arado en el mar.
Hoy en día los yanquis, no han cambiado nada, quizás ahora son más maquiavélicos que en esos tiempos y una muestra que hemos tenido son las sanciones unilaterales y la descarada injerencia en el diferendo del Esequibo, siempre destinados a plagar la América de miseria en nombre de la libertad, como aquel 5 de agosto de 1829 se lo dijo Simón al señor Patrick Campbell.