En un contexto donde la soberanía y la autodeterminación de los pueblos son más importantes que nunca, la reciente imposición de sanciones por parte de la Administración de Joe Biden contra 16 funcionarios y miembros de Poderes Públicos en Venezuela ha desatado una ola de rechazo no solo por parte del Estado venezolano, sino también por el pueblo que se siente agraviado ante la intromisión extranjera en sus asuntos internos.

Desde el norte, se pretende dictar lo que debemos hacer, ignorando nuestra historia y nuestra lucha por la independencia. La soberanía no es solo un término político; es un principio fundamental que nos permite decidir nuestro propio destino sin injerencias externas. El pasado 28 de julio, el pueblo venezolano se pronunció de manera contundente al ratificar al Presidente Nicolás Maduro para su reelección en el periodo 2025-2031, reafirmando así su voluntad y su derecho a elegir a sus gobernantes.

Es momento de decir "basta". La historia nos ha enseñado que las intervenciones extranjeras rara vez traen soluciones; más bien, generan divisiones y sufrimiento. La imposición de sanciones no solo afecta a los funcionarios señalados, sino que repercute en la vida cotidiana de millones de venezolanos, quienes ya enfrentan dificultades económicas y sociales.

Venezuela es un país rico en recursos y en cultura, con una población resiliente que ha sabido enfrentar adversidades. La comunidad internacional debe respetar nuestra soberanía y apoyar soluciones que surjan desde dentro, en lugar de imponer condiciones que sólo perpetúan el conflicto y la polarización.

El pueblo venezolano ha dejado claro que no acepta ser tratado como un apéndice gringo, incapaz de tomar decisiones. La autodeterminación es un derecho inalienable, y es hora de que se reconozca. En lugar de sanciones, necesitamos diálogo y respeto; en lugar de imposiciones, cooperación genuina que considere nuestras realidades.

Por eso, hoy levantamos nuestra voz y decimos: Yankee Go Home. Es tiempo de que los Estados Unidos reconozcan nuestra soberanía y se abstengan de interferir en nuestros asuntos internos. La verdadera amistad entre naciones se construye sobre el respeto mutuo y la no injerencia. Es hora de que el mundo escuche el clamor del pueblo venezolano por la paz, la dignidad y el derecho a decidir su futuro.

Nicolas Maduro el hombre de acero

Nicolás Maduro ha enfrentado múltiples adversidades durante su mandato, pero su enfoque en la recuperación económica de Venezuela se ha mantenido firme. En un contexto global donde las dinámicas geopolíticas están cambiando, el país busca reactivar su industria petrolera, un pilar fundamental de su economía.

La recuperación de la industria petrolera no solo implica aumentar la producción y exportación, sino también modernizar las infraestructuras y atraer inversiones. A pesar de las sanciones y las limitaciones impuestas, el gobierno ha trabajado en reestructurar la industria, buscando alianzas estratégicas con países que comparten una visión antiimperialista. Estas alianzas han permitido a Venezuela diversificar sus mercados y fortalecer su soberanía económica.

Además, el gobierno ha promovido políticas que fomentan el esfuerzo propio y la autosuficiencia. El impulso a la producción nacional en otros sectores, como la agricultura y la manufactura, es parte de una estrategia más amplia para reducir la dependencia del petróleo y construir una economía más resiliente.

El camino hacia el crecimiento económico no es sencillo y está lleno de desafíos. Sin embargo, el compromiso de Nicolás Maduro y su administración con el desarrollo del país es evidente. La visión de un futuro próspero para Venezuela, basado en el esfuerzo colectivo y en la cooperación internacional con aliados que respetan su soberanía, es el motor que impulsa esta nueva etapa.

Reflexiones al cierre

Así, Venezuela se levanta ante las adversidades, reafirmando su identidad y su deseo de construir un futuro en el que la dignidad y el bienestar de su pueblo sean la prioridad. Con determinación y unidad, el país avanza hacia un horizonte de crecimiento y prosperidad.

Venezuela se levanta, Maduro Presidente.