7 Nov. 2015 - Aunque el Ejército de Estados Unidos "no busca" una nueva Guerra Fría, está decidido a oponerse a potencias emergentes globales como Rusia y China con el fin de proteger el "orden internacional" dominado por EE.UU., afirmó el secretario de Defensa del país norteamericano, Ashton Carter.
Este sábado en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, Carter se manifestó con esta declaración directa y franca, llena de acusaciones contra Rusia, a la que culpó de actuar con "ruido de sables nuclear" y de "la violación de la soberanía" de los aliados de Estados Unidos.
El funcionario militar estadounidense volvió a poner en una misma fila con el Estado Islámico a Rusia y China a la hora de enumerar los desafíos para Estados Unidos. "Elementos terroristas como el EI, por supuesto, están totalmente opuestos a nuestros valores. Sin embargo, otros retos son más complicados, y teniendo en cuenta su tamaño y capacidad, son potencialmente más dañinos", dijo.
"Parece que algunos actores están decididos a eliminar estos principios y socavar el orden internacional que ayuda a cumplirlos. Por supuesto, ni Rusia ni China pueden revocar ese orden. Sin embargo, ambos lo desafían", expresó Carter.
La agencia AP, citando a Carter, informó que Rusia y China están desafiando la "preeminencia estadounidense" y el llamado "orden mundial" administrado por Washington. En ese contexto, Carter señala que sus "actividades desafiantes" pueden verse en todos los niveles posibles, ya sea en el mar, en el aire, en el espacio, o hasta incluso en el ciberespacio.
"Lo más inquietante" para el funcionario estadounidense es el llamado "ruido de sables nuclear de Moscú", que en su opinión "plantea cuestiones sobre el compromiso de los líderes rusos a la estabilidad estratégica y su respeto por las normas contra el uso de armas nucleares".
En el contexto de esa 'histeria' del Pentágono, cabe recordar la reciente reacción de Moscú a los nuevos planes de Estados Unidos de desplegar bombas nucleares avanzadas en la base aérea Büchel en Alemania. El despliegue es el último movimiento planeado como parte de un programa de intercambio nuclear conjunto de la OTAN.
"El despliegue de nuevas armas nucleares en Alemania rompería el equilibrio estratégico de las fuerzas en Europa generando tensión", sostuvo por entonces el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.