Con el nombramiento de Rafael Gil Barrios, presumimos que el comandante Hugo Chávez le entrega la responsabilidad a un hombre que tiene experiencia en el funcionamiento de la CVG, y que realizara el intento de desmontar la burocracia rancia que impera para comenzar con la transición definitiva hacia el Socialismo. Esperamos que Rafael Gil Barrios, abandone la comodidad de la oficina y ejerza una gestión en las calles del estado Bolívar, visualizando con su equipo y al lado del pueblo guayanes las propuestas para concretar las bases del desarrollo endógeno. Pero esa actitud va a depender de la voluntad política empeñada con la revolución bolivariana; pues como es conocido el nuevo Presidente de la CVG, le sobraran jala mecates profesionales, sindicaleros, la clase política camaleónica, palangristas que no salen de la casa matriz; así como los “empresarios” que son solo pedigüeños de prebendas de las empresas del estado para beneficiarse de los contratos onerosos, los cupos de aluminio y el acero, ojala haga caso omiso de ellos.
Ante la necesidad de transformar el modelo capitalista por un modelo socialista, pasa por empezar por la Corporación Venezolana de Guayana en ponerla al servicio de los Consejos Comunales y Comunas como expresión de la nueva geometría del poder, este iniciativa pasa por utilizar toda una experiencia y conocimiento de la tecnocracia que ahora debe estar a disposición de los humildes y dejar de ser serviles a los intereses de la oligarquía guayanesa.
Desde nuestro punto de vista la CVG, ya cumplió su rol en la condición de ente promotor y ejecutor del desarrollismo concebido y puesto al servicio de las trasnacionales que se han aprovechado en el tiempo de la materia prima y la energía de los guayaneses, así como; el fracaso de la integración en Ciudad Guayana de Puerto Ordaz y San Félix, como asiento humano para suplir de mano de obra al parque industrial de las Empresas Básicas. Para los que dudan de esta afirmación veamos el gran problema de contaminación ambiental que arropa a Ciudad Guayana, que solo se visibiliza en las enfermedades bronco pulmonares que afecta a sus habitantes, por permitir que los urbanismos cada día se construyan mas cerca del perímetro industrial y somos cómplices ante la incapacidad de dar respuestas a las necesidades de construir viviendas en sitios libres de alta contaminación. La CVG, es quien administra gran parte de las tierras urbanas en Ciudad Guayana, por lo que tiene corresponsabilidad en el crecimiento planificado del desarrollo que por razones de la dinámica social se les escapo de las oficinas de cuatro paredes y grupúsculos que pretendían manipular sus usos a su antojo y conveniencia.
Diferimos de este modelo de desarrollo de puerto o exportación, solo de la materia prima; además de excluir del proyecto del crecimiento planificado al pueblo de San Félix y pueblos circunvecinos; siguiendo la orientación de la extinta transnacional Orinoco Mining Company de crear en Puerto Ordaz un campamento para los trabajadores sin tomar en cuenta las relaciones humanas y los antecedentes históricos e idiosincrasia del guayanés.
El control obrero y los consejos de trabajadores deben ser punta de lanza de una CVG socialista, para desarrollar la cultura consejista como practica política de participación y por supuesto decirle a Rafael Gil Barrios que debe buscar a los que participan en estas experiencias para debatir el rumbo que juntos deben construir para darle viabilidad al Plan Guayana Socialista como experiencia inédita y de ejemplo para Venezuela de lo que somos capaces los trabajadores.
Invitamos a Rafael Gil Barrios a que no vaya hacer uno más de los presidentes de la CVG que se conforma con ver desde el ventanal de la sede en AltaVista el Cachamay y estar todo el día recibiendo adulaciones de los que lo rodean para cuidar su escritorio, le invitamos a trascender como el presidente que hizo la transición de un cascaron vacío a un instrumento de la transformación. Buenos ejemplos tiene la historia de Venezuela de hombres que aprovecharon el poder para hacer cambios radicales como el general José Gregorio Monagas quien hubiese pasado inadvertido de nos ser por el decreto de “abolición de la esclavitud”, por lo que siempre será recordado por propios y extraños.
Usted tiene la palabra.
Trabajador de ALCASA