A ocho años penosos, largos y fatídicos del último gran robo del siglo XX, hecho por el Gobierno de España a nuestro país, los que quedamos vivos de la gran empresa VIASA, seguimos aferrados a una justicia que debe reconocer nuestros derechos.
Fiscales y síndicos, entre otros vendidos al enemigo, que han sido destituidos e igualmente desenmascarados por nosotros mismos; porque no abandonaremos nuestra lucha, porque son muchos los que han fallecido casi en la miseria, porque hemos recabado hasta el más mínimo detalle exigido para satisfacer y corroborar que la quiebra es total y absolutamente fraudulenta, que no entendemos porque se nos niega una respuesta lógica; que apoyamos la nueva línea aérea bandera, pero no entendemos porque no se cancelaron antes nuestras prestaciones, ¿por qué si tenemos una vasta experiencia en el conocimiento aeronáutico, no se nos dio la oportunidad de trabajo en ella, sabiendo que la mayoría estamos desempleados?.
No entendemos y nunca lo entenderemos, pero aún quedando el último de nosotros, seguiremos con el puño en alto hasta que alguien con verdadero sentido de justicia, humanidad, patriotismo, nos escuche y ofrezca la respuesta definitiva al por qué de esta tragedia.
Alberto Chópite
Ex-tripulante