El papel de la Clase Trabajadora y el Rol de un Estado Revolucionario


Las últimas semanas han estado bastante agitadas en el acontecer político nacional, visiones de proyecto país en la pugna histórica entre los intereses del Gran Capital y el deseo transformador de la sociedad, ante la posibilidad siempre presente de construir un mundo más justiciero al servicio de los más necesitados, para que ellos mismos – o mejor dicho nosotros mismos – seamos capaces de liberarnos de las ataduras del Sistema Capitalista Global.

En ese marco referencial de reformas, contrarreformas y propuestas transformadoras desde el ámbito económico surgen planteamientos referidos al papel de los trabajadores y de su incidencia sobre los niveles de producción del aparato productivo nacional. Desde el sector de la Burguesía se desarrolla una lógica argumentativa para justificar acciones que agredan los intereses de los trabajadores, sin que hasta la fecha se definan el cómo han influido las diferentes variables del entorno político-económico, como las responsabilidades concernientes a los fraudes en la asignación de divisas bien sean desde el Estado o el Capital, o las penalidades correspondientes por las actividades especulativas del Sector Económico Privado que han desarrollado ganancias exorbitantes durante el período del Gobierno Revolucionario. Apuntan a reventar la cuerda por el lado más débil.

Se pide una reforma a gritos de la LOTTT, que a pesar de no lograrlo por diversas vías ya se han logrado despidos masivos en diversas industrias del País, aunque este instrumento represente uno de los aspectos más importantes de las luchas justas emplazadas por Chávez para garantizar un trabajo digno para el pueblo Venezolano, y devolverle sus conquistas como es el caso concreto de la retroactividad de las prestaciones sociales, que como parte de las agresividades emanadas por el Estado Neoliberal presente a finales del Siglo XX habían sido eliminadas. Así funciona el Capital, justificando con eufemismos malabaristas la apropiación y enajenación del trabajo del pueblo.

No menos cierto es que también producto de la sociedad rentista petrolera, el concepto de redistribución de la riqueza desarrollado en el período revolucionario ha derivado en un acto de tergiversación amañada por una nefasta corrupción esgrimida en consecuencias sociales como el contrabando, el raspado de cupos de dólares, y el abandono del campo laboral para seguir fluctuando en ese mercado especulativo siempre tributante del Gran Capital.

La Clase Trabajadora debe a partir de estos elementos mantenerse siempre en lucha de las conquistas sociales alcanzadas, pero no sólo desde la lógica reivindicativa, sino de la propia transformación del trabajo como concepto emergente para la liberación, de forma tal que permita desarrollar nuevas relaciones sociales de producción, acompañado del campo de conocimiento, la innovación y la formación permanente, para garantizar siempre una producción que cubra las necesidades básicas insatisfechas como planteamiento prioritario.

Por otra parte un Estado Revolucionario siempre al lado de la Clase Trabajadora debe ser capaz de promover las garantías necesarias para desarrollar un sistema económico-productivo no solo en defensa del Salario sino para la Construcción del Socialismo.

"El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan." Karl Marx

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Nelson Ortega

Aprendíz de Socialista, Bolivariano, Investigador, Planificador Ingeniero en Informática, Diplomado en Innovación Tecnológica, Msc. Planificación Global. www.masrevolucion,blogspot.com

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