Desde que el proyecto Bolivariano, que encarna nuestro presidente Hugo Chávez y asumido por la mayoría de las mujeres y hombres de esta República Bolivariana de Venezuela; fue calificado por el Departamento de Estado Norteamericano como contrario a los intereses del gran capital y enemigo de la política desarrollada por la pasada y nefasta administración de george bush; se han implementado y ejecutado toda una gama de políticas tendientes a liquidar el proceso bolivariano, siendo la más acabada el golpe de estado del 11 de abril del año 2002 siguiendo con el paro petrolero del mismo año. Teniendo esta política una continuidad en el tiempo ya no solo a nivel de Venezuela, sino que se ha hecho extensiva a nivel continental a todo proyecto semejante o parecido, como quedo evidenciado con la arremetida contra la hermana República de Bolivia y el hermano Evo Morales.

La acción más contundente de la continuidad de las políticas desestabilizadoras contra el proyecto bolivariano, es la guerra sicológica o guerra de cuarta generación, para lo cual el departamento de estado norteamericano ha contratado mediante grandes sumas de dólares de los contribuyentes norteamericanos; al consorcio internacional, experto en operaciones sicológicas, el grupo "The Rendon Group". El cual trae como aval político-operativo, el derrocamiento de Noriega en Panamá, la operación de matriz internacional de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak y la campaña de la seguridad democrática del presidente de Colombia Álvaro Uribe; entre sus operaciones mejor connotadas. Una de las operaciones sicológicas más maquiavélicas y mejor elaboradas de rendon group, es el montaje del antisemitismo, que revela la injerencia del sionismo internacional en todos estos procesos desestabilizadores en los cuales participa dicho grupo.

Las presuntas agresiones a minorías étnicas, en este caso al Pueblo Judío, es un suceso que genera antipatía y rechazo emocional, en la opinión pública dado la percepción cognitiva de la victimización de los judíos y su holocausto. El asalto a la Sinagoga de Maripérez del pasado viernes 30-01-09, encaja como anillo al dedo en las operaciones de guerra sicológica, de acusar al gobierno venezolano de antisemitismo y de hecho de enemigo del Pueblo Judío. No es la primera vez que se monta esta matriz contra el presidente Chávez y la Revolución Bolivariana, partiendo de la sensibilidad del tema a nivel nacional e internacional; no es casual que faltando quince días para la realización del referéndum para la Enmienda Constitucional, ocurran hechos como éste y sean magnificados por la canalla mediática nacional e internacional; con el consabido rechazo y malestar que el hecho y el tema generan; lo cual se podría traducir en opinión contraria a la Enmienda Constitucional.

El Antisemitismo fue transformado en un elemento de chantaje, para descalificar cualquier crítica al perverso proyecto sionista, este rotulo significa ser estigmatizado como enemigo del pueblo judío, lo que genera en el acusado sanciones económicas y ser sometido al escarnio público, dado el poder que en estas aéreas detentan los grupos sionistas a nivel internacional. Como ha sido demostrado sociológica y antropológicamente, semita es una denominación para clasificar los grupos étnicos originarios de toda la zona del oriente medio, desde los tiempos de Abrahán, lo que implica que los aborígenes Persas, Árabes y los mismos Hebreos en menos cuantía, forman parte de los habitantes originarios de la región de Palestina; lo que demuestra que todos los grupos son semitas y no solo los judíos; como lo ha demostrado el investigador y estudioso de tema George Zade en su libro "Palestina y la Desinformación" (página 11).

El lobby sionista a nivel internacional ha direccionado sus grandes capitales hacia los consorcios mediáticos y grupos de operaciones sicológicas como rendon group, logrando posesionar en el subconsciente en primer lugar de los grupos judíos la presunta predestinación y supremacía sobre sus semejantes, para justificar las agresiones y el despojo por parte de la cúpula sionista que hoy gobierna el estado de Israel, de su patria al Pueblo Palestino y justificar las crueles acciones que de forma sistemática realiza el aparato represivo israelí contra los palestinos, como la limpieza étnica y la pretensión de echar de sus tierras a los habitantes de palestina como ha venido ocurriendo desde 1917. Esta percepción se ha hecho extensiva al resto de la opinión pública para justificar todo atropello y agresión contra todo el Pueblo Árabe y cualquier otro grupo o individualidad que manifieste discrepancia o rechazo contra la política que desarrolla el sionismo internacional, como de manera soberana lo ha manifestado el presidente Chávez y la revolución Bolivariana.

El sionismo internacional nunca perdonara al presidente Chávez y a la Revolución Bolivariana, haber marcado un precedente y romper el paradigma, de la omnipotencia del Estado Israelí y el temor al lobby sionista internacional. La decisión soberana primero en el año 2006, durante la agresión al hermano Pueblo del Líbano, de retirar nuestro embajador en Tel-Aviv y luego en enero del 2009, la ruptura total de relaciones diplomáticas con el Estado de Israel. Han marcado un precedente histórico y político en la diplomacia internacional, ante la postración de la Naciones Unidas (ONU), la timidez de la Liga Árabe y demás entes internacionales, solo el gobierno y el Estado Venezolano junto al hermano Gobierno y Estado Boliviano, concretaron su rechazo con la agresión de la cúpula sionista que gobierna el Estado de Israel contra el hermano Pueblo Palestino.

Nos sumamos al rechazo manifiesto y contundente de nuestro presidente y del canciller Nicolás Maduro, a los actos vandálicos contra la sinagoga; que las investigaciones de los organismos de seguridad aclaren los hechos y no canalla mediática. La connotación internacional de los hechos apuntan a las operaciones de guerra sicológica, no solo contra la enmienda sino contra el mismo Pueblo Judío con el cual hemos convivido por más de cincuenta años; reiterándoles la armonía de la que han gozado, no solo la comunidad Judía sino todas las creencias que conviven en nuestro país.

(*)Comunicador Comunitario


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