La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, defendió este lunes que un representante de su Gobierno asista a la investidura el próximo viernes del mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, porque, según dijo, “le corresponde a los venezolanos definir” su Gobierno.
“En el caso de Venezuela, irá un representante a la toma de posesión, pero no vemos por qué no deba ser así, le corresponde a las y los venezolanos, no a México, definir”, declaró la mandataria en su conferencia matutina.
La gobernante mexicana, quien asumió el 1 de octubre, justificó reconocer la victoria de Maduro, a pesar de las objeciones de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que han tratado de empañar la victoria del líder chavista en julio pasado.
“La postura (es la) que está en la Constitución, con todos los gobiernos del mundo, la autodeterminación de los pueblos”, respondió Sheinbaum cuestionada por su aparente cambio de opinión.
La presidenta había adelantado hace dos semanas que enviaría una representación de su Gobierno a la investidura de Maduro, que podría ser el embajador, Leopoldo de Gyves, lo que marcó la primera vez que reconoció la reelección del mandatario venezolano.
Sheinbaum anunció desde el 15 de octubre una postura “imparcial” sobre la situación poselectoral de Venezuela, lo que marca la coherencia de los gobiernos mexicanos en el marco del respeto a la autodeterminación de los pueblos y el respeto irrestricto a la soberanía de los países.
El anuncio de la mandataria mexicana ocurre mientras el prófugo de la justicia, el opositor venezolano Edmundo González Urrutia, realiza una gira en América para conseguir desesperadamente el apoyo de gobiernos derechistas ante la investidura de Maduro.
González Urrutia se ha reunido y buscado apoyo con representantes de gobiernos a punto de entregar el poder, como el estadounidense Joe Biden o el uruguayo Luis Lacalle Pou, quienes están desacreditados en sus respectivos países y perdieron contra sus adversarios políticos. También se reunió con el argentino Javier Milei, quien ha visto cómo se revierte el apoyo que conquistó con artimañas en su país, que atraviesa una crisis económica de grandes proporciones.