Hay molestia, desencanto e inconformidad con la revolución, pero es el camino… no hay otro. Uh Ah SI VA

Este escrito va dirigido en especial, a los apreciados compatriotas que desde un principio votaron por Chávez y ahora forman filas en el lado peligroso de la abstención, pertenecen al grupo Ni Ni e incluso a la oposición, tal vez como una forma de protesta o voto castigo, situación respetable pero muy criticable desde el punto de vista de la conciencia patria que debe privar en todo venezolano que piense en el destino de las futuras generaciones.

Es verdad que en mayor o menor grado estamos inconformes, molestos y en muchos casos hasta desencantados, con el Gobierno revolucionario, principalmente, por su gestión burocrática, caracterizada por una marcada incompetencia salvo las honrosas excepciones del Comandante-Presidente y unos cuantos camaradas en papeles de Dirección política.

Sin embargo, no podemos olvidar jamás, que estamos en presencia de un proceso revolucionario, con apenas 10 anos de gestión, al cual se incorporaron miles de compatriotas jóvenes sin experiencia en las lides burocráticas, cuyo nacimiento tuvo un carácter aluvional y pacifico, pero además precedido por mas de 4 décadas de marcada corrupción en la cual se formaron y consolidaron poderosos grupos económicos y partidos políticos, que la acción revolucionaria, por mucha voluntad y audacia empleada, no ha podido impedir -por las razones que fueren- que sobrevivan a la sombra del poder o dentro del poder “convenientemente mimetizados”, obstaculizando, conspirando, especulando, y desvirtuando cualquier iniciativa, por muy loable y necesaria que sea, para el desarrollo social y productivo del país.

No es poca cosa sacar un país de la miseria y abandono, por vía democrática y pacifica, sin que se rompa “el celofán” de la tolerancia que pueden soportar los intereses clasistas de la burguesía pitiyanqui y antinacional, prevalidos de apoyo foráneo y de una aplastante mediática poseedora del 80% de los medios de comunicación.

A ello se le agrega la cultura del facilismo y la corrupción, cuya herencia política deviene en una sociedad de cómplices, donde el amiguismo de la mano con el desmedido consumismo y la apariencia social, se convierten en enemigos del avance de un proceso de cambio y transformación revolucionaria, imposibles de contrarrestar con éxito, utilizando los mismos mecanismos burocráticos, patrones de enseñanza y canales regulares construidos por el propio sistema capitalista, durante casi un siglo, y cuya influencia Norteña, ha minado y desfigurado la esencia histórico-cultural e incluso hasta nuestra propia identidad patria.

Por supuesto, que lo anterior no justifica todo lo malo y criticable que pudiera estar pasando, pero al menos, sirve para explicarnos, entender y responder a muchas de las inquietudes e interrogantes que nos agobian y en muchos casos impacientan.

Pero ello no se soluciona, colocándonos de lado o en contra de la revolución y mucho menos haciéndole el juego a la oposición pitiyanqui al no participar de manera positiva en el Referendo y en todos los espacios que nos permita la Constitución Bolivariana para expresarnos y participar, en la construcción del nuevo país que anhelamos y merecemos.

Con mayor razón necesitamos a nuestro único y máximo líder al frente de la nave para que nos conduzca a las aguas tranquilas de un país floreciente, en paz y armonía para disfrute de las nuevas generaciones, y para ello se requiere la enmienda que le abra la libertad de postularse, así como a todos aquellos camaradas que aspiren a cargos de dirección que lo hagan bien y lo merezcan o de lo contrario rechazarlos de acuerdo al principio de la verdadera alternabilidad democrática. Lo que no sirva, podrá tener libertad de postularse, pero NUNCA de ser elegido, en la medida que el pueblo madure y exija a través del voto QUIEN MERECE representarlo y para ello hay que fortalecer el poder popular, única garantía de los cambios que requerimos. Además no olvidemos el poder de los REFERENDOS REVOCATORIOS si nos equivocamos o nos fallan.

Repito: marginarnos es ponernos del lado de nuestro enemigo histórico….puede haber

Molestia, desencanto e inconformidad con la revolucion, pero es el camino. No hay otro Uh Ah SI VA


PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE, VENCEREMOS


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Héctor L. Garzón A.

Economista. Abogado. Profesor universitario. ExViceministro de Agricultura y Tierras (circuitos agroproductivos)

 hectorlgarzon@gmail.com

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