Punto de vista: “a cada conspiración le sigue un perdón y a cada perdón una nueva conspiración…”

(20 de septiembre de 2014) .- La madrugada de este sábado 20 de septiembre se dio a conocer en los medios del país que Iván Simonovis, cuya condena se emitió en 2009, cuando un tribunal lo condenó a él, a Henry Vivas y a Lázaro Forero a 30 años de cárcel por los hechos ocurridos el 11 de abril de 2002, cumple casa por cárcel.

Como se recordará Simonovis fue inculpado por un crimen de lesa humanidad, por su responsabilidad en la masacre de Puente Llaguno y la Av. Baralt, de la ciudad de Caracas, donde fueron masacradas varias personas y otras fueron heridas, algunas con graves secuelas.

Antes de los hechos de Abril de 2002, Simonovis fue nombrado por el entonces alcalde mayor, Alfredo Peña, como secretario de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Metropolitana de Caracas.

Cabe recordar que durante el golpe de estado del 11 de abril perpetrado contra el presidente Hugo Chávez, día en el que opositores convocaron una marcha, los acontecimientos finalizaron con un saldo de 19 muertos y centenares de personas heridas, victimas de franco tiradores y efectivos de la Policía Metropolitana, al mando de Simonovis, policía que actuó no como un cuerpo de seguridad y dfensa para mantener el orden, sino como brazo armado de los sediciosos en contra de un gobierno legítimamente constituido y de amplio respaldo popular que la oligarquía apátrida y parasitaria venezolana se proponía derrocar con el apoyo de militares facciosos, corporaciones mediaticas, un grueso sector empresarial nacional y transnacional y el Departamento de Estado norteamericano.

Luego de estas acciones golpistas, Simonovis dejó la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Alcaldía Metropolitana. No obstante, el 22 de noviembre del 2004, cuando pretendía huir desde el aeropuerto internacional de La Chinita, en Maracaibo, con destino a Miami, para evadirse de la acción de la justicia, fue detenido por funcionarios policiales.

En amplios sectores nacionales y de la opinión pública hay decepción por estas medidas que serán de seguro interpretadas por la recalcitrante oposición venezolana no como un gesto de medida humanitaria, sino como un triunfo y una señal de avance en el acorralamiento y debilitamiento lento al que pretende someter al Gobierno Nacional.
Antecedentes de sujetos corruptos o asesinos como el de la jueza Affiuni,el propio Henry Vivas, Lazaro Forero o el comisario zuliano José Sánchez Montiel, alias “Mazuco” ponen en evidencia la vulnerabilidad del estado venezolano ante las presiones de los sectores opositores, que se asumen como un poder de facto y que se arrogarán esta liberación como una patente de corso e impunidad ante un Gobierno que no reconocen y un Estado que no respetan.
La gravedad de las supuestas patologías de Mazuco, Vivas, Forero, Afiuni y otros “próceres” de la violencia opositora les duró solo hasta que les concedieron medidas sustitutivas de libertad. A partir de allí por “milagro” se recuperaron plenamente.
“A cada conspiración le sigue un perdón y a cada perdón una nueva conspiración…” reflexionaba con amargura El Libertador ante la caída de la primera república.
Mientras el Estado siga dando muestras de debilidad y poca eficiencia en cuanto a la aplicación severa y ejemplar de las leyes, los conspiradores, los corruptos, los mafiosos, los contrabandistas, los paramilitares, los neonazis, los acaparadores, los terroristas, los inescrupulosos, los guarimberos y demás enemigos del pueblo y la patria venezolana, seguirán con sus acciones reaccionarias de violencia y generación de muerte y caos. Porque el delincuente siempre pondera la magnitud del castigo a que se hará acreedor por sus acciones y continuará insistiendo en su ejercicio delictual si las penas y castigos son de facil evasión o son sencillamente irrisorias.



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