Para que no sea peor el remedio que la enfermedad en la UNESR

La destitución de la actual rectora de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, así como se desea y espera la pronta remoción de las demás autoridades que acompañaron y respaldaron su desaprobada gestión por las presuntas irregularidades cometidas según lo evidencia el informe del Contralor Interno de la UNESR consignado ante el Ministerio Público, es recibida por los integrantes de esta institución con cauta aprobación.

Las experiencias previas nos han aleccionado a no celebrar tan pronto los logros de las luchas porque, por obra y gracia de la burocracia de los ministros de educación universitaria anteriores, que han desoído las proposiciones al respecto hechas por los ueserristas, se han vuelto “sal y agua” con la designación-imposición de los rectores sustitutos, ya que nos han generado con su actuación la duda de si son peores o iguales que los precedentes. De aquí la cautela o el recelo con relación a las designaciones por venir, ante la posibilidad de que vuelva a repetirse “la vieja historia o historieta”.

Por ello es que el Movimiento 3 de Octubre de la UNESR le ha propuesto al nuevo ministro Manuel Fernández que designe transitoriamente hasta el mes de enero a quien vaya a cumplir las funciones de rector, mientras se producen las necesarias y suficientes mesas de trabajo con los docentes, empleados administrativos, obreros y estudiantes para elaborar un plan de acciones inmediatas y mediatas para todos sus ámbitos (académicos, administrativos, organizacionales, de servicios, laborales, etcétera) orientadas por una dirección estratégica planificada que supere la deplorable situación actual de la UNESR. Asimismo, para que se integre de inmediato el Consejo Superior de la institución quien ejercerá la función contralora que le corresponde sobre las autoridades designadas. Y por último, para organizar una consulta democrática entre los sectores comprometidos con la transformación revolucionaria de la UNESR y de la nación para proponerle al MPPEUCT candidatos solventes en todos planos a considerar (ético, académico-administrativo, político, etcétera) con el propósito de escoger las autoridades definitivas, poseyendo así legitimidad para favorecer su gobernabilidad.

Con respecto a la participación de los trabajadores universitarios (docentes, administrativos y obreros) en la elaboración del plan de acción institucional y su trascendencia estratégica, es imprescindible que se produzca en nosotros un cambio radical con respecto al sentido de nuestro trabajo universitario en común.

Pese a que todos somos asalariados debido a la necesidad histórica de sobrevivencia del capitalismo de liberar la fuerza de trabajo esclava y semiservil no remunerada para que fuese “libre” de venderse laboralmente en sus fábricas según su calificación o formación por un salario y, de ese modo, crear con nosotros mercados (individuos solventes o con dinero) para poderles comprar a los capitalistas sus productos fabriles o mercancías para que no vayan a la bancarrota, no debemos reconocernos como iguales tan solo por esa condición mercantilizada y fragmentada por la división social-jerárquica del trabajo a la que nos redujo el capitalismo.
Condición que nos aliena o impide la posibilidad de realizarnos o satisfacernos en lo que hacemos: un trabajo es bueno, regular o malo según lo que paguen y no por su finalidad realizadora socialmente o sentido sociocultural trascendente.

No obstante esa condición de explotación alienada a que nos ha conducido el capitalismo, contra la cual hay que luchar incansablemente incluso conquistando mejoras salariales y en las condiciones laborales, aunque parezca contradictorio que luchamos por mejorar las condiciones propias de explotación, los trabajadores debemos superar nuestra fragmentación incluyéndonos y reconociéndonos dignamente todos en un marco social y cultural realizador existencialmente que contribuya a resistir mientras nos liberamos definitivamente de la mera condición de asalariados que debemos rechazar.

Esa posibilidad de liberarnos radica en reconocernos juntos como una comunidad que favorece un propósito trascendental para la sociedad: la de contribuir a resguardar y defender una institución que cumple con la alta misión de reproducirla cultural, científica y tecnológicamente por medio de la formación, la investigación y la extensión, por más que el capitalismo quiera que sea una fábrica barata que produzca fuerza de trabajo calificada o formada según las necesidades de su división social y jerárquica del trabajo. Por ello, todos somos universitarios ya que nuestro hacer, cualquiera que sea, es indispensable para que la UNESR funcione bien. En ella nos reconocemos como co-responsables y, en función de esto, hay que demandar la democrática constitución inmediata de las mesas de trabajo para que nuestra voz sea decisoria respecto de los cambios que se han de hacer para bien de la institución y de todos sus integrantes. En nuestra fuerza y lucha está la posibilidad de que sea distinta. Liberándola, nos liberamos. Impidamos otra designación rectoral errática.


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Jorge Díaz Piña

Doctor en Ciencias de la Educación (ULAC), Magister en Enseñanza de la Geografía (UPEL), Licenciado en Ciencias Sociales (UPEL). Profesor universitario de la UNESR

 diazjorge47@gmail.com

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