Coyuntura de PDVAL requiere nueva estructura

Recordamos con añoranza los comienzos de PDVAL, así como los de MERCAL, en los que uno podía ir y hacer unas muy buenas compras, con poco dinero y en un tiempo razonablemente corto. Lucían como la solución ideal para favorecer al pueblo, aun conviviendo con distribuidores de alimentos privados. ¡Qué tiempos aquellos!

Hoy día, con la presión de demanda originada por la conspiración derechista, la estructura original de PDVAL (no hablo de Mercal porque aquí en Margarita hay una sola tienda en Pampatar y yo vivo en el área de Juangriego) no se da abasto para satisfacer las necesidades del pueblo en una forma sensata y adecuada, en un tiempo razonable, sin agotar las energías y la paciencia de nuestra gente, y con la debida disponibilidad de productos alimenticios. Personas de la tercera edad que debemos soportar hasta 7 u ocho horas de interminables colas (que comienzan a formarse en la madrugada), de pie, bajo el sol inclemente o la lluvia impertinente, amén de las tensiones, discusiones y malos tratos que se presentan producto de la exacerbación de los ánimos que esas condiciones impulsan.

Hay varios problemas que deberán ser atacados y resueltos, a fin de poder prestar un servicio cónsono con las aspiraciones de la revolución y de las necesidades y aspiraciones legítimas de los usuarios, como los siguientes:

• Se necesita triplicar (por lo menos y cuidado si no más) el número de cajas registradoras, así como disponer de suficiente personal para operarlas durante todo el tiempo.

• Es preciso ampliar los espacios de las tiendas lo suficiente y necesario para la comodidad de las personas y el tránsito fluido y rápido para seleccionar los artículos y procesar las operaciones de caja.

• Es absolutamente necesario mejorar la logística de alimentación de productos a las tiendas, de manera que puedan conseguir en un solo sitio lo que necesitan y no tener que trasladarse a otra tienda a ver si consiguen lo que allí falta, y llevar un control estricto que garantice que los productos no son desviados a compradores furtivos, fomentando la trampa y la corrupción.

Así como se obliga a los privados disponer de suficientes cajeras y cajas registradoras para evitar grandes colas, así mismo deberá hacerse en este caso, aunque eso conlleve un incremento razonable de precios para cubrir los costos que ello signifique.
También debe ser obligatoria la disponibilidad permanente de puntos de venta en cada caja para acelerar el flujo de compradores.

Habría que considerar también la ampliación a 12 horas de la jornada de ventas, tal como hacen los supermercados privados, ya que no se trata de hacernos un favor con unas pocas horas, sino de prestar un servicio cónsono con las necesidades de la gente que trabaja y no puede faltar a su trabajo para ir a comprar alimentos.

Si alguien interesado requiere un poco más de detalles sobre los problemas en el área de Juangriego, al final está mi dirección de correo electrónico. Gracias por su atención…
¿Aprobado? Aprobado…. Manos a la obra...

antamori@gmail.com


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