Como Uds. bien lo saben, la mayoría de las empresas expropiadas por el estado, pasan a ser regidas por los trabajadores organizados. Gran parte de esas empresas, cerraron fácticamente sus puertas para evadir el pago de las acreencias laborales de los trabajadores, muchos de los cuales se mantuvieron meses y meses haciendo guardia en las puertas, en busca de una solución, mientras el patrono, se disfrutaba la vida a costa del sudor de los más débiles y sus dineros ganan intereses en las cuentas bancarias particulares de los explotadores.
Esa situación fue una constante en la vida económica de la Venezuela colonizada y pretende permanecer hoy, en la que se quiere salir del yugo de dominación imperial. El sábado 12 de junio del 2010, en el diario “Yaracuy al día” pagina 5 destaca un titular de una información con la declaración de un sindicalero adeco, hoy presidente del partido UNT en el estado que dice textualmente: “NO HAY UNA EMPRESA EXPROPIADA QUE HAYA TENIDO ÉXITO”. Vean bien la solidaridad, estima y respeto que un vividor del sudor y del trabajo de los obreros, tiene por las clases que dice defender. Ya de entrada según este señor, los trabajadores son unos incapaces o unos corruptos, que no están en capacidad de enfrentar el manejo de sus medios de producción. Son los descalificativos que los patronos siempre han usado en contra de los trabajadores, en la palabra de un supuesto defensor de las conquistas y reivindicaciones obreras. Estas frases vienen en razón de la expropiación del estado del central azucarero Santa Clara, una empresa que se convirtió en un antro de robo y desfalco en contra de los cañicultores y de de los obreros, una empresa que cuando la caña tenia 9 o 10 grados Brix, los pagaban a 5 0 6 grados. Misma empresa, que expuso la vida de cientos de sus trabajadores debido a las condiciones precarias de trabajo que impuso, en cada zafra, nunca faltaba uno o dos obreros muertos y otros lisiados por esa condición, pero el sindicalero Félix Serrano, nunca dijo nada al respecto, él solo iba a cobrar su cuota sindicalera de complicidad y desvergüenza, con la cual llevaba un ritmo de vida muy superior a sus instrumentos de manipulación (los trabajadores). Este señor jamás ha empuñado un destornillador o herramienta de trabajo alguna, se gana sus altos ingresos, negociando las reivindicaciones obreras a los patronos por un módico precio. Hoy pega el grito al cielo por que se le acaba la teta sindicalera y entonces acusa al estado, a los obreros, de incapaces, de brutos, de derrochadores y de ineptos. Así paga el diablo vendido y vendedor de conciencias y sudores. Esa es la esencia de su oposición política y económica, capaz de entregar a Venezuela en las garras del imperio, por solo obtener cuatro dólares inorgánicos sin esfuerzo, para sustento de sus vicios, esa es la clase de dirigente sindical que militó en AD, COPEY y ahora UNT y que se opone a los cambios revolucionarios populares y a la superación de la clase obrera de sus yugos de explotación capitalistas. ¡NO VOLVERAN!
javiermonagasmaita@yahoo.es