Dos tercios, mayoría calificada, esa fue la meta, toda la campaña se basó en ella, con consignas y slogan, que se confundieron, “Pueblo pa' la Asamblea”, “Pueblo legislador”, toda la maquinaria y el esfuerzo se centro en ese objetivo. Caravanas, concentraciones coparon mediáticamente las noticias del PSUV. Los hechos y las expresiones posteriores son más elocuentes que las palabras, que las explicaciones, que las razones. ¿Que hacer? recurrimos a aquella fábula de Esopo de la Zorra y el racimo de uvas que decía:
“Estaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca.
Mas no pudiendo alcanzarlos, se alejó diciéndose:
-- ¡ Ni me agradan, están tan verdes... !”
O por el contrario revisamos, abiertamente ¿qué pasó? y construimos una estrategia nueva, que refleje la intención de rectificar verdaderamente y nos ayude a recuperar el sendero del Por Ahora, del Referendum Presidencial del 2004, del 13 de Abril.
Las reacciones inmediatas de quiénes tienen la responsabilidad de cara al país, de cara a sus simpatizantes, de cara a los militantes del PSUV, estaba ausente, esperábamos que se asumiera una reflexión honesta, esa que se conectaría con el sentir popular, aceptar que hubo un error de cálculo, una estrategia equivocada, reconocer que se subestimaron algunas alarmas que se dieron tanto en artículos de opinión, estudios de investigación de campo y sobre todo, informes de las bases -me refiero a la radio bemba, a ese informe explícito que se registra en una buseta, en un carro libre, en la esquina-, toda esa información que fue subestimada o descalificados sus proponentes.
Después de los tan esperados resultados, hubo un silencio a nuestro parecer muy grande pues dejo que el vacío y el sentimiento de pérdida se fuera extendiendo y profundizando, una soledad que experimento el pueblo Chavista, en proporciones menores pero que me recordó el 12 de Abril en la mañana. Las posteriores justificaciones y declaraciones son verdaderas pero no consuelan, no son suficientes, no satisfacen, pues no reflejan el reconocimiento de una realidad que esta ahí, que nos está dando en la cara, que tal vez sorprenda a los analistas mediáticos, esos elocuentes oradores que desde las tribunas de nuestros medios declaran hoy con prosapia y acierto, reconociendo que sus modelos y sus teorías racionales no pudieron prever los casos de Anzoateguí y Sucre, de seguro estos resultados no sorprenden a los pobladores chavista que conforman los municipios de los 5 circuitos de uno y los 2 Circuitos del otro, importantes por cierto pues concentran a la mayoría de la población de estos estados.
Cabría también preguntarse: El logro obtenido fue en la misma proporción del esfuerzo empleado y con las expectativas creadas? Estas respuestas ayudarían a descifrar la calidad del triunfo, así evitaríamos los errores de cálculo que ya se manifestaron en el pasado en el síndrome de los 10 millones del 2006, una victoria contundente y significativa, sin embargo minimizada por las expectativas creadas; o el síndrome del Referendum de la reforma constitucional, que nos ganaron por un pelito, que fue una victoria pírrica de la oposición; o la victoria de las elecciones regionales del 2008, ganamos cuantitativamente a nivel nacional, pero aún la espina clavada por haber perdido en Miranda, en el municipio Sucre, en el estado Táchira, en Carabobo, en la Alcaldía Mayor, nos tiene arrechos.
¿Que hacer?
Hay mucho coco, mucho análisis, mucha estadística, para explicar el pasado, rezando que nos ayude a predecir el futuro, queremos la seguridad de la certidumbre de un modelo empírico, matemático, estadístico, pero hay una realidad a la que se le suele llamar inconsciente por los entendidos, que tiene sus expresiones diarias en nuestras estados de ánimos y motivaciones, al igual que en nuestra conducta producto de nuestra cultura, con sus manifestaciones individuales y colectivas, tendremos que aprender a sentir y vivir, es decir a conocer, a aceptar esta realidad que desborda nuestras posibilidades intelectuales e ideales, realidad que gobierna en gran medida lo que hacemos y lo que somos, sólo así tendremos piso firme para avanzar.
Por otro lado, que las explicaciones para convencer con razones que ganamos no nos distraigan en lo sustantivo, que es hacer revolución, no humanización del Estado Burgués. Reconocer que ellos, la oposición ha avanzado, poco, pero ha avanzado, ha focalizado sus esfuerzos y ha moderado sus expectativas, aun cuando pareciera mucha inteligencia a decir por sus interlocutores mediáticos, es una realidad que debemos asumir y preparar nuestra estrategia sin subestimar sus capacidades.
Demostremos que la consigna Pueblo pa'la Asamblea es una intención firme, no cometamos el error de abandonarla como abandonamos los cinco motores constituyentes, pues el poder popular es la esencia de la Revolución Bolivariana.
Patria Socialista o Muerte, no se trata de una elección, parafraseando a Ghandi, es el camino.