Si nos sentamos a llorar por no haber logrado todos los escaños de la Asamblea Nacional, es un error, no sigamos con las utopías, al menos en este momento. La mejor postura que debemos asumir, es la de visualizar nuestra realidad venezolana tal y como es. Es falso que tanto el PSUV, como la mesa de la unidad opositora, iban a conquistar, un control total del congreso, aún así, somos mayoría, y esa victoria tan importante, le corresponde a un pueblo comprometido con la revolución bolivariana.
La pluralidad política tan necesaria en una sociedad nueva, se ha alcanzado en estas elecciones parlamentarias, si se comprende que pluralidad significa participación de grupos activos con tendencias diversas afines o no, en todas las instancias sociopolíticas de una nación.
Lo logramos con nuestro buen empeño democrático de ir a elecciones, para elegir diputados, resaltándose así, el protagonismo del pueblo. Gracias a este proceso limpio con un Consejo Electoral cuya transparencia es ejemplar, el concepto de pluralidad política entra en acción, aún sabiendo, que no se había dado antes por estrategia de la oposición para deslegitimar el proceso, recordemos la retirada que hicieron en las anteriores elecciones parlamentarias, estrategia retrograda, que enloda su rol antagonista.
Es importante este nuevo elemento político en de la historia de la Venezuela actual, porque así, construimos la patria socialista que anhelamos, superando las faltas. No es bueno para una democracia, que un solo partido junto al pueblo, construya el país, en nuestras condiciones, pues siempre existirá el oponente que se siente aislado, que se siente rechazado en lo que respecta al ciudadano, y también aquel, que se impone para destruir lo que hacemos , estos son los poderosos con sus medios recurrentes.
Bajo esta perspectiva, sino luchamos para llevar a cabo, un modelo socialista ejemplar, tarde o temprano todo se desplomará, por la presencia de actores, que no hemos sabido combatir en lo interno, actores, que desarticulan y dan a la ciudadanía un aire de vivir en una crisis perenne, que con ellos gobernando acabaría, y a lo externo, las maquinas de la derecha internacional, desarmonizando y demonizando al presidente Chávez. No debemos olvidar que estamos erigiendo sobre bases ya experimentadas, con grandes rasgos desigualdad, pero arraigadas a una clase, que le ha conseguido prestancia y poder, pero también criticadas e ignoradas por otros. La sociedad venezolana de exclusión y arrogancia, que ha permitido dejarles pensar a los poderosos que son dueños de la patria. Por sus frutos los conoceréis y ellos tienen bien delineado lo que deben imponer para hacer añicos la Revolución Bolivariana.
Nuestro país es diferente, como cualquier otro país latinoamericano o del mundo, es rico en diversidad, en razas, en cultura, en geográfica, en intereses, y también en clases sociales con su roles bien específicos. La revolución ha comenzado desde arriba, mediante la convergencia liderazgo –pueblo, y promover desde arriba tiene su precio, tiene trabajo y entrega, tiene que romper con esquemas bien acomodados en lo económico , que van a generar choques con una clase dominante que siempre estuvo enlazada a una clase política dirigente , ambas en continua retroalimentación desde sus inicios, tiene que romper con modelos de consumo disfrazados de prosperidad, que asume la clase media , diseñados por la burguesía para su fortalecimiento, tiene , también, que destruir vicios en la administración pública que obstaculizan el desarrollo social institucional , dirigido hacia el bienestar social, tiene que educar a la población para la toma de consciencia .
Pero más allá de todo el trabajo difícil, están los medios de comunicación privados, que no perdonan un cambio de paradigma societal, pues ellos son los controladores y sustentadores del sistema, deciden quién debe gobernar a un país y que tipo de mensaje es el adecuado para mantener sometida a la población, aislándola de los cambios importantes que se suscitan. De allí el papel tan determinante que ha ocupado Globovisiòn y otros medios, para desestabilizar el proceso revolucionario venezolano. Es por eso, que un gran número de venezolanos, se pregunta, del porqué se permite tanto irrespeto a las prácticas gubernamentales, sobre el liderazgo del presidente y su persona, pues se está dando permiso al desmoronamiento de la revolución.
Al hacerles participes , en el desarrollo histórico social de Venezuela, por decisión popular, los opositores al gobierno , deben asumir con responsabilidad su tarea como diputados, dar para construir y no destruir. Han estado destruyendo, vemos lo que hacen con esta guerra mediática tan salvaje en cada amanecer venezolano, ¿seguirán ahora, destruyendo las mentes y los proyectos dignos que han asumido los ciudadanos, desde la Asamblea Nacional?, es lo que una mente sensata como la de mi amiga Laura, puede preguntarse, ella cansada de convivir con ese odio del día a día, que no da cabida a la comprensión, mucho menos a la paz. Ella quiere vivir tranquila, sin los inconvenientes que genera tener al lado a un vecino opositor, que le agrede en su condición socialista, y más aún, por existir una Asamblea Nacional roja rojita. Mi amiga calla, e intenta comprender el mensaje, no colocándose la franela roja para ir a votar, luego se encierra en su casa en la espera de los resultados.
Habrá holgura, sí, la habrá, al menos para los conductores de esta revolución tan hermosa que ha llegado a Venezuela, gracias a Dios, porque ahora se comenzará a edificar con sabiduría, fuerza y lo más importante, esa política repetitiva sobre lo que dicen los opositores en sus canales de TV, un grave error, que hay que descartar. El debate, no se logra, repitiendo sus videos y mensajes fatídicos, los medios con los que contamos, no son lo suficientemente amplios, como para darnos el lujo de reproducir su ideal burgués de destrucción masiva, además de ser, una torpe idea, el seguirles el juego utilizando nuestros propios recursos, que si debemos utilizar para construir el socialismo, si es lo que anhelamos, con modelos educativos acordes a la propuesta política-ideológica del gobierno. No nos comportemos como ingenuos chismosos, dado que la situación mediática en Venezuela, es bien compleja, sin dejar de ser vigilantes, seguir nuestros objetivos, que jamás debemos desvirtuar.
La cuestión descansa en saber seleccionar los mensajes que damos y encaminarnos hacia la toma de programa y de proyectos por parte del pueblo. Al asumir sus proyectos los ciudadanos, la participación popular es inamovible. Más, al posesionarse el gobernante los programas vitales, como el de vivienda por ejemplo, que ya lo hizo saber el presidente Chávez, en rueda de prensa, se evita la congestión institucional que entraba por múltiples razones, las prioridades de los más necesitados, obstáculos que presenta muchas veces el oponente infiltrado.
Recordemos siempre: El modelo socialista debe ser ejemplar. La vigilancia al opositor, impecable, impulso a la sanción por violación a las leyes a plantas de TV burguesas, con autoridad, y el mantenimiento de las prioridades sociales, una constante que no se puede dar, ni a segundos, ni a terceros.
Sigamos adelante con alegría y responsabilidad, hoy más que nunca el poder popular en acción.
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