Desde hace varias décadas en América Latina se discuten diversas opciones para superar uno de sus peores males,la pobreza. El debate en torno al tema ha estado atravesando por un sorprendente y diverso esfuerzo institucional contando con la participación de centenares de profesionales que en toda la región han observado el problema y por ingentes recursos provenientes de los mas variados espacios de financiamiento nacional y multilateral. El tema de la pobreza igualmente ha estado en los planes de influyentes ONG,en la discursiva y protocolaria diplomacia de cumbres, en el compulsivo espectro mediático y en la retórica de las élites que gobiernan tanto en el Sur como en el Norte del planeta.
No obstante la centralidad y urgencia del problema, al evaluar los avances la gran conclusión es que los esfuerzos en pro de susuperación han sido escasos, o por el contrario y dramáticamente, la realidad ha sobrepasado los diagnósticos que condujeron a tales iniciativas.En muchos casos, la pobreza no ha disminuido sino, por el contrario, se ha incrementado.Las razones aducidas para explicar tan dramático panorama como las opciones para avanzar en sus soluciones son variadas y van desde las interpretaciones más técnicas hasta las de orden político general. lo verdaderamente cierto es que todas se inscriben en visiones de mundo que marcan los destinos de millones de seres humanos que vivimos en este continente.
En el conjunto general de obstáculos y retos que tiene la Revolución Bolivariana, las misiones responden a cuestiones medulares de pasado, presente y futuro de la sociedad venezolana.En primer lugar, dada la acumulada deuda social que engendraron las élites políticas en su alianza directa con el capital transnacional y su traducción en los niveles de pobreza y desigualdad, cuestión que persiste y que no ha sido derrotada.En segundo lugar, por la aceleración del tiempo político, derivada de la necesidad de efectuar las transformaciones en un contexto de no pocas adversidades y donde la diversidad de ataques y situaciones planteadas obliga a las fuerzas políticas y sociales partícipes de la revolución a acometer los cambios que la mayoría de la sociedad reclama;y por ultimo, la visión de futuro,en la que se dibuja el camino hacia una sociedad distinta, hoy claramente perfilada en los márgenes del proyecto democrático constitucional.
Lo anterior conduce desde una perspectiva más conceptual ala comprensión de una doble necesidad y que se distingue sustantivamente de la concepción liberal dominante de hoy se tiene sobre el Estado.Mientras los mentores del neoliberalismo han decretado la reducción del Estado a su mínima expresión, el Proyecto Bolivariano ha tenido que acometer una operación no poco sencilla:fortalecer el Estado sin re- burocratizarlo, intentando a la vez hacer más ágiles y eficaces sus funciones y procedimientos (Continuará...).
*Abogado y miembro emisora comunitaria LLovizna 104.7 FM de Ciudad Guayana. j_martorano@hotmail.com, juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar.Cel.:0416-4861966.