En estos días recuperé un libro que me ha devuelto a aquellos tiempos “antes de Chávez”, fermento del actual período histórico y que, por tanto, no debería quedar excluido de un inventario sobre los 12 años de la Revolución Bolivariana.
El autor es Ricardo Escalante y se titula De la caída de Pérez a la del Banco Latino (Vadell Hermanos, 1994). Veterano reportero político, Ricardo fue jefe de prensa de Octavio Lepage y de Ramón J. Velásquez cuando a éstos les tocó completar el período de CAP en la Presidencia, entre mayo de 1993 y febrero de 1994. El autor condensó numerosas anotaciones, vivencias, documentos y fotografías de ese tiempo. Lepage estuvo 14 días, al término de los cuales ironizó: “No me gustó ser Presidente”. Velásquez estuvo ocho meses.
Once llamadas… y nada
De todas las anécdotas recogidas por Ricardo, quien, por cierto, de chavista no tiene un pelo, hay una que quiero traer al presente. Cito:
“Ese deseo de Ramón Jota de pronunciar frases para la constancia en el Boletín del Archivo Histórico (de Miraflores) fue muy evidente cuando, por ejemplo, en la sesión del Consejo de Ministros el 8 de julio se llegó al tercer punto del ministro de Hacienda, que era el Proyecto de Presupuesto de Ingresos y Gastos para el Ejercicio Fiscal 1993, correspondiente a Pdvsa, por 1.236.270 millones de bolívares”.
“El Presidente intervino para señalar en términos enérgicos –acompañados de un golpe en la mesa– que cuando menos 11 veces había llamado telefónicamente a Gustavo Roosen, presidente de Pdvsa, para solicitarle información sobre la marcha de la empresa y sobre el panorama petrolero, sin haber obtenido respuesta. Agregó que el señor Roosen no podía ignorar que el centro de gravedad del país era la Presidencia de la República, y que si no lo destituía de inmediato era para evitar una crisis política nacional”.
Velásquez, según Escalante, remarcó que su hombre de confianza y principal asesor en materia petrolera era su ministro de Energía y Minas, Alirio Parra, “y así debía entenderlo Roosen”.
“Ya para rematar advirtió que si Roosen quería que el mencionado presupuesto de Pdvsa se aprobara, pues tendría que ir a defenderlo en esa mesa del Consejo de Ministros”, agrega el autor.
Días después, tras un viaje al exterior, Roosen visitó a Velásquez en Miraflores durante una hora. El Presidente, cuenta Escalante, no le hizo “la grave admonición que todos los ministros suponían, pese a que técnicos del gobierno tenían dudas sobre su eficiencia como presidente de la matriz petrolera venezolana”.
“Hablaban de endeudamientos de Pdvsa realizados sin la autorización del Ejecutivo”, añade Escalante.
Tremendo regalo
Roosen había sido nombrado por CAP, quien primero lo tuvo como ministro de Educación. Él nada tenía que ver con la docencia. ¿Sus credenciales? Era un gerente neoliberal, ligado al Grupo Polar, de cuya División de Alimentos fue number one. Hasta hace poco estuvo al frente de Cantv, cuando era propiedad de Verizon, antes de ser renacionalizada en 2007.
El episodio dibuja bien cómo la Cuarta República regaló la gallina de los huevos de oro a intereses privados. Algo que terminaría de profundizar la “apertura petrolera” adelantada bajo el gobierno de Rafael Caldera, cuando los precios del petróleo fueron llevados a su mínimo histórico.
Escalante describe los quebraderos de cabeza de Velásquez para cubrir un inmenso hueco fiscal. Con Pdvsa de su cuenta, no se contaba con ella para el interés nacional. Además de la implantación del IVA, estrenado en ese interinato, se hicieron gestiones para obtener dinero del BID. Había, según Escalante, “un panorama desolador en lo económico y fiscal”. Enrique Iglesias, presidente del BID, vino a Caracas y, según recuerda el autor, se explayó en elogios al país y al presidente Velásquez, al tiempo que prometió agilizar los créditos en curso. Pero… “Transcurridos los ocho meses del gobierno del presidente Velásquez, no se tenía noticias de que los créditos sobre los cuales el doctor Iglesias se expresaba en términos halagüeños se hubiesen acordado y entregado”, desliza Escalante.
De allí venimos.
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