La guerra sucia que ya lanza sus misiles indica que vamos por la ruta correcta.
La directiva de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela nos recibió en San Bernardino con un desayuno y una conversación franca y cordial con todos sus miembros.
El Centro Islámico de Venezuela también nos abrió las puertas de su sede en El Paraíso, junto a una nutrida representación de la comunidad árabe.
Ambas comunidades de origen extranjero, fundidos en la venezolanidad, forman parte de la Caracas Metropolitana que aspiramos gobernar a partir del próximo 8D con conciencia plena de su heterogeneidad y complejidad.
En Palo Verde compartimos con una catarata humana en las escaleras de los caídos, llamada así por la masacre neoliberal cometida durante el Caracazo de 1989. Lo mismo en El Estanque, en mi Coche natal, durante el relanzamiento de Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, política pública para rehumanizar y reurbanizar nuestras zonas populares, las cuales deben ser parte integral de la ciudad y no, como se las despachaba en la vieja República, simples áreas marginales.
En esos y demás lugares la misma receptividad, apoyo y entusiasmo. La misma confianza en que, con la clave de la participación popular y el apoyo resuelto del Gobierno, podemos resolver juntos los problemas concretos en materia de abastecimiento, agua potable, movilidad, convivencia, seguridad, recolección de desechos y, en general, el acceso a servicios de calidad.
Como gran coordinador y articulador de la ciudad, el alcalde metropolitano puede y debe comprometerse con la gente en la solución práctica de problemas concretos y no escudarse detrás del conflicto político nacional para desatender sus obligaciones y cabalgar sus ambiciones personales o grupales sobre los hombros de la gente.
De Macaracuay, Los Ruices, Santa Cecilia, Santa Eduvigis y La Urbina son también muchos vecinos que vienen abriendo las puertas de sus residencias y esperanzas a la opción del futuro. La guerra sucia que ya lanza sus misiles indica que vamos por la ruta correcta. Vamos palante contigo.
