Hace algunos días, conversando
con una buena amiga me dice a manera de reflexión “El policía
que yo quiero, es aquel que esté dispuesto a dar todo por la sociedad
y no aquel que esté pendiente que sacarle a
la gente”, partiendo desde esta expresión, sin duda alguna,
entre las prioridades de un policía tienen que estar factores relevantes
como la ética, que viene dada por una buena formación que pueda ofrecer
confianza a la gente.
Resulta oportuno decir
que el trabajo de “policía” es modesto que apenas alcanza
para vivir. Para muchos son los “malos” de una sociedad que
tanto los necesita, un amigo policía me dice “(…) da gusto servir
a los demás y nos sentimos importantes cuando salvamos una vida o protegemos
a un inocente (…) pero hay veces que
todos no arrojan ofensas e insultos cuando cumplimos con nuestro deber
(…) cuando salgo de la casa no sé
si volveré porque nuestro trabajo es de riesgo constante
(…) no tenemos horario, pues bien es cierto que trabajamos
24 horas pero en ocasiones por una necesidad del servicio nos doblamos
en horarios (…).”
Se observa claramente
que es una cruel realidad, es un trabajo que no es para cualquiera,
no es tan fácil salir a las calles, ante esto un policía debe tener
madurez mental, control emocional, sensible a los problemas sociales,
líder, condición física, valor y VOCACION DE SERVICIO. La
aprobación, en el año 2008, por parte del Presidente Hugo Chávez,
del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica del Servicio
de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional, es la herramienta para
que se cristalice la voluntad política del Gobierno Bolivariano de
avanzar en el sentido de saldar la deuda con toda la comunidad policial
y con el pueblo que demanda cambios radicales en las instituciones policiales.
Dentro de esta ley, el
nuevo policía debe ser competente de solucionar los conflictos por
las vías no violentas, mediante la utilización de mecanismos de conciliación
los cuales generan una cultura de paz y una tradición de resolución
de los conflictos por las vías comunitarias e institucionales pero
solo usar la fuerza de forma gradual y diferenciada cuando sea necesario
y para proteger derechos.
Cabe agregar que el género
femenino se debe apropiar dentro de las instituciones policiales, como
piezas clave de esa transformación y aumentar su número, colocándolas
en funciones estratégicas operacionales, por la capacidad de las féminas
del orden - control y porque está demostrado científicamente que
LAS MUJERES NO SE DEJAN SOBORNAR como los hombres.
Es un compromiso ético
dignificar la función policial, que tiene que ser asumido por todos
los funcionarios y funcionarias de buena voluntad, por sus autoridades
y por la comunidad en general de cara a fundar un nuevo modelo policial
que logre, efectivamente, brindar seguridad, respetando los derechos
fundamentales.
Caminemos hacia la dignificación
del policía, que es una responsabilidad compartida y un compromiso
ético de nuestro tiempo, respetemos a la autoridad por lo que es, porque
tal vez el policía que uno ofende, al que uno le grita o al que tacha
de “vendido” es nuestro primo, nuestro hermano, nuestro padre,
y tal vez mañana ya no esté aquí por que dio su vida por una sociedad
que realmente no se lo merece. ¡MUY IMPORTANTE!
Pidamos un mejor policía, pero demos una gota de sudor por ser "Un
Mejor Ciudadano".
Abogado