Muchas veces nuestro fundador y director Guillermo García Ponce uso la vieja anécdota del dirigente socialista alemán Auguste Bebel cuando quería hacer referencia a los saltatalanqueras que eran aplaudidos por la oposición.
Después de un acalorado discurso pronunciado por Bebel en el parlamento teutón, buena parte de la derecha se paró y aplaudió al dirigente, este viendo tal reacción se detuvo y se pregunto en voz alta ¿Qué has dicho, viejo imbécil, que la canalla te aplaude?
Me viene a la memoria esta anécdota viendo toda la parafernalia con la que fue detenido en Venezuela el periodista sueco Joaquín Pérez Becerra, sobre quien pesaba una orden de difusión roja emanada por INTERPOL, a petición del Estado colombiano, vinculándolo a las FARC con datos entregados por las “supercomputadoras” de Raúl Reyes que sobrevivieron un feroz bombardeo de aviones y que aun así siguieron intactas. Las mismas computadoras en las que había archivos comprobando la relación de nuestro comandante Hugo Chávez y las FARC ¿recuerdan eso?
Ahora resulta que un periodista, refugiado político, sobreviviente de la masacre de la Unión Patriótica, quien se encontraba en Suecia en calidad de refugiado político, avalado por la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano, que dirige una página en internet afín a la lucha de la FARC, independiente que se considere valida o no esa forma de lucha ¿puede ser considerado como “terrorista”?
Las autoridades venezolanas emitieron un comunicado notificando del hecho, comunicado que en su última parte reza “El Gobierno Bolivariano ratifica así su compromiso inquebrantable en la lucha contra el terrorismo, la delincuencia y el crimen organizado (subrayado por el autor), en estricto cumplimiento de los compromisos y de la cooperación internacional, bajo los principios de paz, solidaridad y respeto a los derechos humanos”.
Insisto en lo anterior calificar de terrorista a un ciudadano sobre el que aun no se han presentado pruebas de su vínculo con las FARC, no es algo atolondrado para quedar bien con alguien?, ¿no se supone que todo detenido se presume inocente hasta que se demuestre lo contrario?
Es preciso y sano para nuestra revolución señalar de la forma más fraternal, pero también mas enérgica cuando se está cometiendo un error que a la postre podría sentar un precedente poniendo a Venezuela como un país con una fuerte contradicción, por un lado se lucha por un sistema de igualdad, una lucha de izquierda y un socialismo nuevo como contraposición al capitalismo y por el otro se detiene a luchadores internacionalistas por la misma causa bolivariana, se le califica de terrorista y delincuente sin siquiera darle el beneficio de la duda.
Según las últimas informaciones reseñadas por el Correo del Orinoco, el activista sueco Dick Emanuelsson ya el cónsul, la embajadora y las autoridades suecas en el país, están haciendo gestiones para aclarar que Joaquín Pérez es sueco y no colombiano por lo que una deportación y o una extradición supondría un bochorno político y una vergüenza diplomática de proporciones.
Ya Santos salió declarando su agradecimiento al presidente Chávez por esta acción y se vanagloria que el mismo se lo pidió a lo cual Chávez accedió, de ahí mi recuerdo de la anécdota de Auguste Bebel. La canalla nos está aplaudiendo, ¿Qué hemos hecho?
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