De entrada manifiesto: me sumo a la ola de protesta que hoy recorre al mundo de la izquierda por la entrega hecha por las autoridades venezolanas, del camarada Joaquín Pérez Becerra, a sus pares colombianos. Y cómo interpretar esta difícil y penosa situación que hoy embarga al compañero Joaquín sino de craso error político, difícil de justificar a menos que existan otras informaciones que muy pocos conozcan. Es necesaria una explicación política al respecto, pues el liderazgo del Comandante Chávez dentro de la izquierda mundial no puede ser mellado. Más aun conociendo que el camarada Joaquín nunca fue un guerrillero colombiano –cuestión que tampoco justificaría su entrega- y que hasta hace poco circulaba libremente por toda Europa, sin una sola orden de captura emitido por un organismo internacional en su contra. Nuestras dudas se magnifican.
La manipulación y las mentiras son las mejores armas del enemigo. Las grandes cadenas privadas noticiosas son los laboratorios donde las fabrican. La verdad que nos ocultan los medios de la derecha colombiana es que Joaquín es uno de los pocos sobrevivientes a las matanzas de los dirigentes de la Unión Patriótica perpetrada por el Gobierno de Colombia a través de sus grupos paramilitares, manejados por el ejército colombiano y por Israel. También se conoce que el camarada Joaquín fue concejal en Colombia, su país, del que tuvo que huir para evitar ser asesinado por esa misma oligarquía que ha sumergido por muchos años al pueblo colombiano a la más extrema violencia y al exterminio de su resistencia. Por suerte Joaquín obtuvo asilo político en Suecia, y desde allí dirige la agencia de noticias ANNCOL, un portal que emite informaciones relativas a las FARC, pero también de otras muchas organizaciones políticas y de intelectuales revolucionarios del mundo. Por eso nos preguntamos ¿Qué hay de malo su actuación informativa?
Hoy mucho se ha comentado sobre Joaquín Pérez Becerra. Hoy lo han catalogado de “terrorista”, cuando hasta ayer era un completo desconocido por esos mismos medios de la derecha colombiana. Naturalmente, a Joaquín la burguesía lo ha pretendido descalificar con ese injusto calificativo “bushista” que justificaría hasta su tortura y asesinato.
Joaquín no es más que un consecuente revolucionario. Su único fusil ha sido siempre su pluma. Joaquín ha luchado por la Paz de su país, y su único “pecado”, por el que condenado, es por opinar y por dedicarse a denunciar a los verdaderos criminales colombianos, y a sus amos del norte, quienes aun prosiguen asesinando inocentes y robando las riquezas de su país.
Nunca olvidaremos que el Estado Colombiano es el principal responsable de los asesinato de varios candidatos presidenciales de la izquierda y de un sin número de diputados, alcaldes, concejales y dirigentes sindicales políticos de izquierda. El narco-gobierno de Colombia se destaca por ser líder en masacres de inocentes colombianos (recordemos los Falsos Positivos) quienes nunca militaron en partidos y movimientos políticos alguno, la desgracia de estos últimos es haber nacido pobres. ¿Qué hay de malo en denunciar esto?
Un revolucionario nunca puede ser abandonado por sus compañeros de ideas y de lucha. Exigimos al gobierno colombiano libertad para el compañero Joaquín Pérez Becerra.
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