El peligro de seguirle el juego al presidente Santos y la oligarquía colombiana

El derecho a la comunicación y la vida del periodista Pérez Becerra

Al escribir esta nota pienso en la historia de los amigos colombianos que conocimos décadas atrás, en nuestra función como corresponsal extranjero en esa nación y en Venezuela. No podemos pasar una página a la historia en aras de una paz condicionada, aquellos que fuimos parte del sueño de una América Latina libre y solidaria, cuando existieron miles de asilados que no eran guerrilleros, que eran madres y padres, condenados por el sueño de sus hijos. Los que vivimos el crimen del presidente Allende, las cárceles y la tortura, no podemos pasar la página del terror del fascismo. Aun tengo en mi conciencia la entrevista al presidente de la Unión Patriótica (UP) Jaime Pardo Leal, que fue la última en su vida, ya que al otro día de realizarla era asesinado salvajemente con toda su familia. Parte de esa historia también la vivimos con la muerte por el sicariato de Bernardo Jaramillo, el nuevo presidente abogado de los derechos de los trabajadores bananeros de Urabá. Ellos fueron parte del exterminio de este partido, que vio morir en asesinato y tortura a miles de sus dirigentes, diputados, concejales, alcaldes. Crímenes de lesa humanidad que los gobiernos de Colombia nunca investigaron ni procesaron a sus culpables.

Hoy con la detención de Joaquín Pérez Becerra, periodista, director de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL) en Venezuela, debemos reflexionar si es legal o ilegal el procedimiento de su detención, porque nunca fue solicitada su extradición por Colombia a Suecia. Existe una orden de captura por la INTERPOL? ¿Sabía el presidente de Colombia Manuel Santos de su viaje, como para preparar una nueva trampa de la derecha y pedirle al presidente de Venezuela Hugo Chávez que lo extraditara en base a sus acuerdos con narcotraficantes y mafiosos? ¿Por qué no fue detenido en su viaje desde su Suecia?. Son muchas las interrogantes las que surgen en este procedimiento, lo que si esta claro que Santos no le hace honor a su apellido, ya que de santo no tiene nada, participó y dirigió las acciones militares y el terrorismo de Estado del expresidente Uribe, hasta participó en la trampa de incluir a Chávez en las negociaciones de liberar a los secuestrados en manos de la FARC, para luego acusar al mandatario venezolano de financista y apoyo de la guerrilla (antes de ser presidente) en la telenovela de las computadoras incautadas al asesinado Comandante de la guerrilla Raúl Reyes.

Nadie es culpable para ser extraditado hasta que se compruebe su delito

Lo llamativo de la versión de cómo el presidente Santos solicita la captura y extradición de Becerra, es que no se condice con el procedimiento legal entre ambas naciones, ya que deben entregar los colombianos un expediente y hacerlo a través de la INTERPOL y los poderes judiciales de Colombia y Venezuela. Pero aparte del tema procesal, ¿cómo podemos obviar el tema humanitario del periodista colombiano, que perdió a su esposa en la guerra sucia de la derecha colombiana, luego se asiló y perdió su ciudadanía colombiana, para hoy ser ciudadano sueco? ¿Cómo procede una solicitud de extradición a una persona que hoy no es colombiano? Se analizan todos estos hechos. ¿Cuál es la premura de Santos para enviar este mensaje? Cito: “Le di el nombre y le pedí que si nos colaboraba para su captura (…) No titubeó (…)Hablé esta mañana con el presidente Chávez, y le agradecí” (en declaraciones a la prensa colombiana). ¿No es llamativo que ponga en un aprietos al mandatario venezolano, obligándolo a tomar decisiones contra los derechos de asilo, la falta de pruebas y la falsa acusación de miembro de las FARC en el aparato internacional? ¿qué esconde esta nueva estratagema de la oligarquía, que acuerdos se tejen con la CIA y el gobierno de EEUU?.

Hay que tener cuidado en las relaciones internacionales con el pragmatismo, porque es un bumerang que se vuelve hacia nosotros. Para Santos y su sector financiero-industrial los acuerdos con Venezuela son prioritarios, pero en su concepción política, el enemigo es el modelo bolivariano. Por eso desde el santanderismo, se intentara aislar al presidente Chàvez de los preceptos socialistas, y de crear una quinta columna con la oposición, a la cual cobija apoyando el asilo del golpista Carmona Estanga, sin proceder a la solicitud de extradición de Venezuela. La política nos se hace por una sola vía, se hace con respeto a los derechos de los pueblos y los ciudadanos.

Creemos en el derecho a la autodeterminación de los pueblos, concebimos el derecho a la vida y a la libertad como un principio inviolable. Como socialistas no podemos dejar de defender el derecho a la integridad, la libertad y la vida del periodista Becerra. Llevamos décadas sufriendo persecuciones los periodistas de izquierdas y alternativos. Desde nuestra trinchera del pensamiento alzamos nuestra voz por los derechos de nuestros hermanos colombianos pisoteados por mas de medio siglo de exterminio y tortura.

Hoy desde el socialismo venezolano concebimos la vida como un proceso al cambio, en la búsqueda de erradicar la injusticia y la desigualdad. Pero como se dice en nuestra tierra “ojo pelao” con la solicitud del reaccionario presidente colombiano, que solo concibe una Venezuela en manos de la oposición Sí a las buenas relaciones con los vecinos, pero que respeten el derecho al histórico asilo venezolano, presente desde las obscuras décadas de las dictaduras en America Latina.

diegojolivera@gmail.com


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Diego Olivera

Periodista. Director de Barómetro Internacional

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