En otra muestra de servilismo y de autoengaño, el gobierno bolivariano va a entregar al guerrillero Julián Conrado al narco-presidente Santos
El ministerio de Relaciones Interiores y Justicia de Venezuela anunció a través de un comunicado la detención del guerrillero colombiano Guillermo Enrique Torres Cueter, alias “Julián Conrado”, en el estado Barinas, quien era requerido por la narco-justicia de su país.
Torres Cueter es integrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y según el comunicado oficial, estaba solicitado mediante difusión roja de Interpol, de fecha 23 de julio de 2002. Como la mayoría de los guerrilleros del mundo, y como estaría el propio Chávez si hubiera triunfado el golpe de estado de 2002.
El ahora detenido era conocido como “el cantante de las FARC”, debido a que puso al servicio de la organización insurgente sus habilidades musicales, y compuso diversidad de temas que hablan de la lucha revolucionaria.
El régimen estadounidense ofreció una recompensa de 2,5 millones de dólares a quien facilitara la captura del revolucionario colombiano. En Colombia, Torres deberá responder ante los narco-tribunales por los delitos de tráfico y porte de estupefacientes, extorsión y lesiones con fines terroristas.
A través de su cuenta en la red social Twitter, el narco-presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, agradeció a su homólogo venezolano, Hugo Chávez, la captura del guerrillero: “Gracias al Presidente Chávez por la captura de alias “Julian Conrado” terrorista de las Farc que tanto daño le hizo al país”, escribió.
Julián Conrado pertenecía al Estado Mayor de las Farc y en las fracasadas negociaciones en El Caguán, por la intransigencia del narco-gobierno, hizo parte de la comisión temática de ese grupo guerrillero que organizaba las audiencias públicas en la zona de distensión que exigió FARC.
Había sido dado por muerto tras el sanguinario ataque aéreo y terrestre que los narco-militares de Colombia perpetraron contra un campamento guerrillero en el que se murió el comandante Raúl Reyes; no obstante días después Medicina Legal descartó que uno de los cuerpos encontrados fuera el del guerrillero.
Una vez practicada la detención de este ciudadano colombiano de 57 años de edad en territorio venezolano, el gobierno nacional, en una decisión que repugna, anunció el inicio de los trámites administrativos para su entrega a la justicia del vecino país.
El ministerio de Relaciones Interiores y Justicia de Venezuela anunció a través de un comunicado la detención del guerrillero colombiano Guillermo Enrique Torres Cueter, alias “Julián Conrado”, en el estado Barinas, quien era requerido por la narco-justicia de su país.
Torres Cueter es integrante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y según el comunicado oficial, estaba solicitado mediante difusión roja de Interpol, de fecha 23 de julio de 2002. Como la mayoría de los guerrilleros del mundo, y como estaría el propio Chávez si hubiera triunfado el golpe de estado de 2002.
El ahora detenido era conocido como “el cantante de las FARC”, debido a que puso al servicio de la organización insurgente sus habilidades musicales, y compuso diversidad de temas que hablan de la lucha revolucionaria.
El régimen estadounidense ofreció una recompensa de 2,5 millones de dólares a quien facilitara la captura del revolucionario colombiano. En Colombia, Torres deberá responder ante los narco-tribunales por los delitos de tráfico y porte de estupefacientes, extorsión y lesiones con fines terroristas.
A través de su cuenta en la red social Twitter, el narco-presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, agradeció a su homólogo venezolano, Hugo Chávez, la captura del guerrillero: “Gracias al Presidente Chávez por la captura de alias “Julian Conrado” terrorista de las Farc que tanto daño le hizo al país”, escribió.
Julián Conrado pertenecía al Estado Mayor de las Farc y en las fracasadas negociaciones en El Caguán, por la intransigencia del narco-gobierno, hizo parte de la comisión temática de ese grupo guerrillero que organizaba las audiencias públicas en la zona de distensión que exigió FARC.
Había sido dado por muerto tras el sanguinario ataque aéreo y terrestre que los narco-militares de Colombia perpetraron contra un campamento guerrillero en el que se murió el comandante Raúl Reyes; no obstante días después Medicina Legal descartó que uno de los cuerpos encontrados fuera el del guerrillero.
Una vez practicada la detención de este ciudadano colombiano de 57 años de edad en territorio venezolano, el gobierno nacional, en una decisión que repugna, anunció el inicio de los trámites administrativos para su entrega a la justicia del vecino país.