“Si se calla el cantor calla la vida/ porque la vida, la vida misma es todo un canto”, cantaba Mercedes Sosa. Y cobra vida hoy ante la detención del cantor latinoamericano Juan Conrado y su posible entrega al narcoterrorista gobierno colombiano.
Nuestro gobierno bolivariano tiene la responsabilidad de NO permitir que se calle el cantor Julián Conrado, amigo y hermano del padre cantor Alí Primera. No debemos permitir esta entrega. Ya nos lo habían matado en la masacre del gobierno colombiano en Ecuador, cuando asesinaron a Raúl Reyes. Dijeron que uno de los cuerpos, que no entregaron, era del cantor. Cuerpos que estarán enterrados, incluyendo el de Reyes, en alguna Macarena personal de Uribe. Nos alegra que el cantor haya aparecido pero no en estas circunstancias.
Seguimos sin entender, Presidente, esa celeridad de nuestros ministros. ¿Por qué “cantan” tan rápido?. Si se detiene a alguien, primero se confirma quién es, un cafecito, qué hace, antes de la declaradera y los comunicados. Si es nuestro sencillamente SE DEJA IR. Interpol no tiene nada que ver con nosotros. Si el Che viviera hoy, el Che tendría alarma roja, ¿lo entregaríamos?. Es falso que uno entregue a los suyos. Esa idea de Libertador Morales que entrega a su hijo sólo se da en las malas películas.
La red de escritores tiene que actuar, se trata de un colega, de un poeta. No es contra la revolución venezolana, es a favor de la revolución latinoamericana, la patria grande. Los intelectuales tenemos que hablar, salir de ese silencio cómplice inexplicable.
Que todas las emisoras comunitarias pongan la música de Julián todos estos días a toda hora para evitar la entrega.
Los poetan deben hablar, porque todo lo que callen será utilizado en su contra.