La CELAC en Caracas enfurece al Tio Sam

Desde los tanques de pensamiento pentagonistas, la campaña mediática contra Venezuela sigue en franca escalada. Sabotear el lanzamiento en Caracas de la CELAC –Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños—el próximo 5 de julio, parece ser el target coyuntural, adicionalmente seguir tratando de erosionar el prestigio internacional de Hugo Chávez y su revolución bolivariana.

A doscientos años, tal y como lo visionó Simón Bolívar, los pueblos latinoamericanos y caribeños decidieron conformarse en una instancia de encuentro para dilucidar sus asimetrías y abordar los desafíos comunes que los agobian; pero juntos como iguales, no por la imposición a sangre y fuego de un país que se cree el regente mundial; EEUU.

A pesar de nuestras diferencias naturales, los jefes de estado y de gobierno de los países de esta región, acordaron unirse ignorando la mediación y el “permiso” del “hermano mayor”; esto ha enardecido al establecimiento washingtoniano, pero más aún, que el nacimiento de ese ente sea bajo el auspicio de Hugo Chávez.

Ante tal atrevimiento, se emprendieron acciones para aniquilar la iniciativa. Se activó en los últimos meses una gran ofensiva contra Venezuela, traducida en operaciones de Guerra de IV Generación; tales como operaciones psicológicas, mas fondos a opositores radicales, campaña mediática para sembrar dudas en la comunidad internacional sobre la legitimidad y talante democrático de nuestro líder, y avivar frustraciones en los sectores más humildes de la población.

Asimismo, comenzaron las amenazas y sanciones contra nuestro país. Hilary Clinton, anunció sanciones por nuestras relaciones comerciales con Irán. Pdvsa y Cavim fueron las primeras castigadas. Además, el nuevo ventrílocuo de los guerreristas, Connie Mack, ha estado muy activo en la gran prensa internacional, informando que se arreciarán las sanciones para presionar a Hugo Chávez a dejar el poder.

La idea libertaria bolivariana y la imagen de un líder que impregna de amor y humanismo la mente y corazones de los pueblos de la América toda, enerva a la burguesía yanqui y sus lacayos. No soportan el protagonismo de la gente y mucho menos el empoderamiento y altivez que han ganado en tiempos de revolución. Por ello, el férreo ataque a la figura de Chávez y su proceso de de cambios.

Definitivamente, la clase oligárquica norteamericana no termina de entender que estamos en un “cambio de época”, en la cual los pueblos no aceptamos más ser marionetas del Tío Sam o de algún otro. Ya nadie nos ordena como conducir nuestro destino, somos libres, decidimos nuestras políticas de Estado; escogemos nuestros amigos y socios comerciales, nadie nos lo impone.

*Director Nacional del Frente Cívico Militar Bolivariano

frecimibol@gmail.com


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Héctor Herrera Jiménez*


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