Hace poco escuché declaraciones de Adán Chávez refiriéndose a la salud de nuestro presidente. Dijo que se estaba recuperando satisfactoriamente y que regresaría al país en diez o más días. O sea, dijo muy poco. El morbo de la miserable oposición que tenemos anda de moño suelto. Los celulares y twitters resuenan con mensajes macabros y de mal gusto deseando la muerte de nuestro líder.
Sencillamente expresan lo que en sus mentes y corazones albergan: Miseria humana y disociación psicótica propios de gente involutiva. Lo único que sabemos a ciencia cierta es lo que el mismo mandatario declaró sobre el absceso pélvico, eso es todo. El tiempo pasa y el silencio es tenso. Los que acompañamos este proceso bolivariano pedimos sinceramente por la pronta recuperación del comandante, no podemos hacer más nada. Está ocurriendo exactamente lo mismo que cuando fue hospitalizado el comandante Fidel Castro y el caso fue silenciado por muchos meses hasta que por fin reapareció con plenas luces.
Ante el intrigante silencio del presidente Chávez las especulaciones son para preocupar. Ojalá y todo salga bien y dentro de pocos días lo tengamos de vuelta pero el pueblo venezolano necesita una explicación mínima hecha por el mismo señor presidente o por alguien de su confianza para detener esta orgia macabra que los opositores enfermos diluyen por los cuatro puntos cardinales. No estamos hablando de la reclusión clínica de un diputado o un ministro, no, se trata del mismísimo presidente de la república y exigimos una aclaratoria o informe para que todo el país sea notificado de forma veraz, eso es una obligación cardinal y necesaria, obligatoria y pertinente. Hay una falla comunicacional irritante. Ayer martes en la página web de la BBC de Londres se referían al caso como la ausencia del “omnipresente” Chávez.
Es que el líder aparece en los medios casi a diario y eso produjo una dependencia en sus seguidores que siempre esperan alguna noticia que apacigüe las miles de necesidades que tenemos. Es un silencio poco sano para la vida política y tenemos derecho a saber que está pasando con el candidato que elegimos para llevar las riendas de nuestros destinos patrios desde 1999. Que la divinidad salve al presidente de todo peligro.
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