Chavistas al borde de un ataque de nervios

La expectación colectiva en torno a la salud del presidente Hugo Chávez, de reposo postoperatorio en Cuba, recuerda un episodio que se vivió en Venezuela hace seis años, finales de mayo 2005, cuando el líder decidió desaparecer un par de días para visitar a su hija Rosinés en Barquisimeto.

En aquel entonces escribí un ar- tículo para Quinto Día, reproducido en Aporrea.org, bajo el mismo título que encabeza estas líneas, y que parafrasea el de una divertida película del español Pedro Almodóvar: Mujeres al borde de un ataque de nervios.

Sólo para refrescar cómo opera la industria del rumor, reproduzco aquí el artículo en cuestión, no sin antes renovar votos por la recuperación del Presidente para que el pueblo pueda corear pronto un nuevo “volvió, volvió, volvió”. Léase, pues, a la luz de los últimos rumores:

““Tú debes saber más que yo. Dime qué es lo que está pasando”.

Las llamadas, correos y mensajitos tenían el mismo tono imperativo de los transeúntes que creían encontrarse, al fin, con alguien que sí sabía de la vida del Presidente.

La curiosidad de por qué no había asistido a la marcha del sábado se transformó en perplejidad el domingo cuando no hubo Aló, Presidente. Las palabras de José Vicente (“él también es un ser humano”) y el anuncio de Andrés Izarra sobre la cesión del espacio presidencial a la Liga Mundial de Voleibol apenas contuvieron lo que vendría después: una avalancha de rumores que transformaron la incertidumbre natural de los ciudadanos en un estado anímico rayano en la desesperación. Chavistas al borde de un ataque de nervios.

Aquellos sentimientos también se apoderaron de una parte de los adversarios del Presidente. La relación patológica que se ha establecido entre algunos de ellos y el gobernante se expresó en la discreta angustia de mucho escuálido de a pie (“Mira, ¿por fin dónde se metió el loco?”) y en la explícita declaración de uno de sus jefes, Antonio Ledezma, quien criticó la ausencia del Presidente en la marcha en defensa de la nueva Pdvsa y contra el terrorismo.

Cada nueva hipótesis sobre el paradero y salud de Chávez rodaba tan rápido como Pastor Maldonado en un autódromo.

Las empresas telefónicas hicieron su agosto. Que si está enfermo. Que si lo mataron. Que si lo envenenaron. Que si hubo un atentado. Que si los militares lo tienen secuestrado. Los rumores menos dramáticos lo ubicaban, para variar, en Cuba, al lado de Fidel Castro. Cosa más grande.

En medio de tal incertidumbre, algunos personeros del Gobierno, hablando off the record, le echaban la culpa a Lina Ron, indomable lideresa de la UPV, por haber revivido la consigna “¡queremos ver a Chávez!”, la misma del 12/4/2002, cuando al Presidente lo tenían preso los militares.

Pero, en justicia, los rumores no nacieron con la actitud de Lina.

Ya el viernes, un día antes de la marcha, la maquinaria del run-rún se había activado con una especie que se regó como pólvora: “Hay un golpe. José Vicente está preso”.Las llamadas para intentar la confirmación o desmentido del rumor servían, a su vez, para regarlo más, en efecto multiplicador.

Nunca se sabrá si el tsunami de rumores y la angustia masiva de estas 48 horas sin Chávez fueron el resultado de una operación psicológica destinada a desestabilizar el país, de una cadena de casualidades aprovechada por la autóctona industria del rumor o, simplemente, de una decisión del Presidente de hacerse extrañar por un rato, refugiándose en el mundo infantil de Rosinés, con sus crepúsculos barquisimetanos.

La maquinaria del rumor, terca como burro mañoso, pretendió desvirtuar, incluso, la reaparición de Chávez en TV, al atardecer del lunes. “Júrame que eso que está transmitiendo el canal 8 es en vivo, que no es un montaje”, se oía ahora, con el mismo desespero, en las llamadas telefónicas. “Na’ guará e’ susto”, suspiraron unos… y muchos de los otros también cuando confirmaron que ése era Hugo Chávez, vivito y coleando, como el del 13”.

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COTUFAS
LA POSTERGACIÓN DE LA CELAC

La posposición de la cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), anunciada ayer debido al reposo del presidente Chávez, alargará un poco las vacaciones políticas de Luis Inázio Lula Da Silva. El ex presidente de Brasil tiene la primera opción de convertirse en el primer secretario general de la nueva organización, que reúne a 33 países del continente, es decir, a todos menos EEUU y Canadá. Se trata de la región con la mayor cantidad de materias primas estratégicas del mundo (bosques tropicales, biodiversidad, agua, minerales, hidrocarburos). Aglutina a 597 millones de habitantes (8,53% de la población mundial), 21 millones de km2, un PIB de 5.488.085 millones de dólares (8% del PIB mundial), reservas internacionales por $1.936.953,31 millones, el 15% de la producción de petróleo mundial y 17,3 % de las reservas probadas globales (255 mil millones de barriles), el 28% del agua dulce del planeta con cuatro de los ríos más caudalosos del planeta, 40% de las especies animales y vegetales conocidas, cerca de 50% de los bosques primarios del mundo y el 75% de las 370 millones de poblaciones autóctonas del mundo. Una potencia en potencia, cuyo nacimiento no necesariamente agrade a las ya existentes.

POR LA CONTRALORÍA

La presidenta del TSJ, Luisa Estela Morales, podría pasar a ocupar la vacante dejada por Clodosbaldo Russián en la CGR. Una de las candidatas a relevarla en el tribunal es Gladys Gutiérrez, magistrada y ex procuradora general de la República.

Villegasccs@gmail.com


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Ernesto Villegas Poljak

Periodista. Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información.

 @VillegasPoljakE

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