Todo comenzó en el Comité de Desarrollo Cultural de Tacarigua, CDC-, en el estado Nueva Esparta.
Un día llegó Pablito Romero Millán con un tablero y la juventud del comité empezó a jugar ajedrez. Al poco tiempo aunque parezca mentira- yo era uno de los más destacados.
Todos los días al llegar de la escuela, corríamos al comité a jugar ajedrez. Era un vicio aquello. Se hicieron campeonatos y todavía está por allí un trofeo que un día -debe ser por descuido- gané en un campeonato entre los centros que formaban la Federación de Centros Culturales del Estado Nueva Esparta -Fedecene.
Y vino el campeonato mundial de ajedrez en 1972. Boris Spassky y Bobby Fischer se enfrentaban en Yugoslavia. Desde aquel momento, aunque todos estábamos a favor de la Unión Soviética -Pablito Romero nos había educado para que fuéramos solidarios con Cuba y con la Unión Soviética, y se agradece-, yo veía con admiración cómo jugaba Fischer. Todos los días buscaba la prensa para recortar las partidas. Y siempre recuerdo la partida número once, la que ganó en 36 jugadas Boris Spassky.
Desde aquel momento empecé a ver con simpatía a aquel ajedrecista. Tuvo tanta fama que, Emilio Santana, que escribía en El Nacional unos miniforos, se inventó una entrevista con Fischer, y le preguntó.
¿Cuáles son los tres mejores ajedrecistas? Y él contestó. Primero, Bobby Fischer. Segundo, Bobby Fischer, y tercero Bobby Fischer.
Después volvió a Yugoslavia a darle la revancha a Boris Spassky, y le ganó. Por eso Estados Unidos lo quiso meter preso. Porque había una prohibición de ir a Yugoslavia.
Un trece de julio de 2004 -una fecha memorable, sobre todo para mí-, lo metieron preso en Japón. “Esto no fue una detención, sino un secuestro. Son criminales de guerra y deberían ser colgados”. Dijo Fischer.
Nueve meses después sale en libertad, y Estados Unidos lo sigue pidiendo para encarcelarlo, pero Islandia decidió darle la nacionalidad y hacia allá se fue con su novia, Miyoko Watai, quien preside la Asociación de Ajedrez de Japón.
Al llegar a Islandia, Fischer dijo: “Estados Unidos es el mal. Ellos hablan acerca del eje del mal y sus aliados son los causantes del mal”. Debo decir que, junto a Capablanca, es el ajedrecista que más he admirado.
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