La oposición venezolana es totalmente predecible, tan predecible como la salida del sol. Incapaz de un movimiento inteligente persiste en sus errores: el uso de la mentira y su proverbial estulticia. Tanto monta, monta, tanto es de bulto. Sus acciones son una mezcla perfecta de idiotez ilustrada e ingenuidad. No cambia, no innova, en definitiva, no piensa.
Estas características ya graves, la condujo a derrotas electorales continuadas. Los fracasos no la condujo a la reflexión y la autocrítica necesaria, por el contrario, profundizó la vocación al desastre, al transferir la conducción de sus acciones a una nueva dirigencia: El Departamento de Estado y sus operadores nacionales, los dueños de los medios de comunicación. De nueva cuenta, en lugar de pensar y diseñar sus acciones políticas se colocó en manos de empresarios inescrupulosos, con muchos billetes y poder pero sin el menor tacto e intuición política. Puso a tejer un delicado encaje de bolillos a unos elefantes. Cuesta abajo en la rodada, el tejido político devino en áspera tela de saco, en vulgares iniciativas propagandísticas diseñadas por periodistas y presentadores, verdaderos aprendices de brujo e inútiles para tal menester.
El día de hoy no sería distinto. Pasó lo que tenía que pasar. Los conductores de la política oposicionista, desde las salas de redacción y los estudios de radio y televisión, aprovecharían los actos con motivo de la muerte de Juan Pablo II para llevar agua al molino seco de sus planes desestabilizadores. Roberto Giusti y Martha Colomina desgranaban la quinta esencia del talento político al decir que, la misa exequial de ayer en Altamira había sido un "acto de fe, convertido espontáneamente en exitoso acto político por la población". No faltó el aderezo de la "líder política", Doña Martha Colomina, cuando, al confirmar la aseveración del talentoso Giusti, añadió qué: "Cuando una voz con autoridad llama el pueblo responde", o que las preces universales en las cuales se pidió a Dios que ayude a Venezuela, se referían a que "la defienda de Chávez". Mentirosos y torpes, por separado y los dos ligaditos, igual.
Mentirosos, porque no hubo un acto religioso devenido en acto político espontáneamente. ¡Mentira!. Es una soberana mentira y lo saben, pero.son torpes. La verdad es, que el acto religioso fue eso y poco más y qué, son ustedes quienes intentan desviarlo, a posteriori, y pintarlo con matices políticos. Esto pone en evidencia una ausencia total de escrúpulos y una estulticia irredimible, porque las seis mil personas que fueron a la misa lo hicieron convocadas por su fe y el cariño que pudieran tenerle a Juan Pablo II. De ninguna manera fueron conscientemente al culto "para sacar a Chávez". Ustedes sí lo hicieron, el pueblo, aún el de esa zona, no lo hizo. Por otro lado, se emocionan con muy poco, apenas seis mil personas y empiezan a soñar con marchas para sacar al "tirano". ¿Abrase visto mayor despropósito?.
El autoengaño es total. Dicen que nadie es peor ciego que el que no quiere ver. Venezuela es un país con casi 90% de bautizados, (formalmente católicos), y en ese país, según Luís Vicente León, insospechable de chavismo, más del 70% acepta y respalda el gobierno de Chávez. Torcer el sentido religioso de un acto cultual para conferirle una determinada posición política ofende gravemente a la inmensa mayoría del pueblo cristiano que no está dispuesto a tolerar tales agresiones. En todo caso, tales agresiones no les alcanzan ninguna ganancia, pura pérdida.
En el caso específico de la misa en Altamira, estaban allí, -tengo pleno conocimiento-, las comunidades católicas de base, de Petare, la Dolorita, Mariches y la Plaza El Indio de Chacao. Sí, allí estaban por su fe. Allí estaban asistiendo a un acto de fe. Allí estaba, -¡entérense!- la misma gente que el 13 de abril de 2002 bajó a rescatar a su presidente de las garras, justamente de ustedes mismos. ¿No les parece torpe seguir ofendiendo a este pueblo?. No, claro que no les parece. Por eso están como están y por eso seguirán de mal en peor. ¡No tienen compón! ¡Se perdieron esos reales de la NED y USAID! ¡Sigan así!, por ese caminito...hasta el 3021.
